Bush y Salinas dan luz verde a un ¨¢rea de comercio libre entre M¨¦xico y EE UU
Los presidentes de M¨¦xico, Carlos Salinas, y de Estados Unidos, George Bush, dieron ayer su respaldo oficial a la apertura de negociaciones para la firma de un acuerdo de libre comercio entre los dos pa¨ªses, que, de acuerdo al deseo expresado por Bush, deber¨ªa estar concluido antes de que el presidente norteamericano finalice su actual mandato. El clima de cordialidad de las entrevistas qued¨® reflejado en una frase de Bush: "Somos una familia".
George Bush dijo en el discurso m¨¢s importante pronunciado durante sus 27 horas de visita a la ciudad de Monterrey que el acuerdo de libre comercio "es bueno para Estados Unidos y es bueno para M¨¦xico, es bueno para los trabajadores norteamericanos y bueno para los trabajadores mexicanos". "Este acuerdo", dijo Bush, "permitir¨¢ que nuestras econom¨ªas trabajen de forman complementaria e incrementen su competitividad a nivel mundial".El tratado de libre comercio, seg¨²n el presidente norteamericano, "har¨¢ una nueva historia en Am¨¦rica del Norte y ser¨¢ un ejemplo para todas las naciones". El presidente mexicano expuso tambi¨¦n sus esperanzas en que el acuerdo sea "fuente de creaci¨®n de empleos y de aumento de las exportaciones".
Carlos Salinas trat¨® de responder a los temores de que la nueva relaci¨®n con Estados Unidos aisla a M¨¦xico de Am¨¦rica Latina y anunci¨® que el acuerdo de libre comercio ser¨¢ "un s¨®lido puente comercial hacia el norte y el sur del hemisferio". Salinas respald¨® la Iniciativa de las Am¨¦ricas presentada por el presidente Bush, quien expres¨®, por su parte, su deseo de hacer de Am¨¦rica Latina -a donde el presidente norteamericano viajar¨¢ la pr¨®xima semana- "un hemisferio abierto al libremovimiento de bienes e ideas".
Diferencias petroleras
Oficialmente, la Casa Blanca ha precisado que las diferencias de los dos, pa¨ªses en relaci¨®n con el petr¨®leo no tienen por qu¨¦ ser un obst¨¢culo para la negociaci¨®n de un acuerdo, pero las dos partes saben que, sin la participaci¨®n en la explotaci¨®n de los hidrocarburos, el tratado tiene mucho menos inter¨¦s para EE UU.Para M¨¦xico el tema es fundamentalmente una cuesti¨®n de soberan¨ªa.. Salinas tendr¨ªa que pagar un alto precio pol¨ªtico por romper con una tradici¨®n impuesta por el general L¨¢zaro C¨¢rdenas al nacionalizar en 1938 toda la. industria petrolera.
Por culpa de las dificultades econ¨®micas, M¨¦xico s¨®lo ha podido invertir en la industria petrolera en el a?o pasado 1000 millones de d¨®lares, cifra muy inferior a los 6.000 millones anuales de inversi¨®n de ese sector antes de la crisis en 1982.
Otro asunto delicado de las conversaciones entre Bush y Salinas, aunque fuera de la agenda oficial, es el de la situaci¨®n pol¨ªtica mexicana. Bush lleg¨® a M¨¦xico dos semanas despu¨¦s de que se celebrasen en el estado de M¨¦xico importantes elecciones regionales en las que el oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) regres¨¦ a la pol¨ªtica de "carro completo" y borr¨® materialmente a la oposici¨®n de una zona en la que hab¨ªa demostrado dos a?os antes enorme potencia electoral. Las acusaciones de fraude restaron toda credibilidad a esos comicios. Aunque el apoyo de Bush a Salinas es seguro, la situaci¨®n pol¨ªtica en M¨¦xico es tema de preocupaci¨®n en otros sectores de la Administraci¨®n y del Congreso de EE UU.
Incluso para la Casa Blanca va a ser cada d¨ªa m¨¢s dif¨ªcil sostener su apoyo incondicional al Gobierno mexicano si quiere ser consecuente con su pol¨ªtica de respaldo a la democratizaci¨®n de Am¨¦rica Latina. M¨¦xico es hoy, junto a Cuba, el ¨²nico pa¨ªs latinoamericano con un sistema monopartidista, de hecho.
Ayer, la ¨²nica llamada de atenci¨®n de Salinas a Bush fue la menci¨®n a los malos tratos que reciben los emigrantes en Estados Unidos. Salinas pidi¨® un "efectivo respeto a, los derechos humanos de los emigrantes y sus familias". En relaci¨®n con Centroam¨¦rica, el tema m¨¢s tratado por Salinas y Bush fue la situaci¨®n de El Salvador, pa¨ªs sobre el que M¨¦xico ejerce una gran influencia en favor de una soluci¨®n negociada de la guerra civil.
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