Los liberales, favorecidos por la unidad de Alemania
Los liberales alemanes (FDP) respiran tranquilos en esta ocasi¨®n. Han dejado atr¨¢s la temida barrera del 5%, a tenor de todas las encuestas, que en otras ocasiones amenazaba con enviarles a los infiernos exteriores de la pol¨ªtica. El enorme papel de arquitecto de la unidad alemana desempe?ado por su l¨ªder, el eterno ministro de Asuntos Exteriores, Hans-Dietrich Genscher, ha sido decisivo para consolidar esta bonanza electoral. Los temores, por otro lado, de que sus socios democristianos del canciller Helmut Kohl, alcanzaran la mayor¨ªa absoluta, parecen disiparse.
Genscher, adem¨¢s, en un lugar tan poco dado al liberalismo como la antigua Alemania Oriental, se ha encontrado con un regalo muy especial en esta ocasi¨®n. Es uno de ellos cuando hace campa?a al otro lado del Elba.El domingo pasado, en Halle, su ciudad natal, provoc¨® un aut¨¦ntico delirio. Aunque tampoco ha conseguido que en los m¨ªtines coreen su nombre de pila, tal vez por la obvia dificultad de encontrarle el ritmo a un nombre compuesto, Genscher despierta la t¨ªpica admiraci¨®n de aquel que ha triunfado fuera y vuelve a su tierra para ofrecerse como mediador. Y ¨¦se es precisamente su mensaje en el Este.
Durante muchos a?os, Genscher ha visitado al menos una vez al a?o privadamente esta ciudad sajona. Su hermano, encargado de un peque?o taller de reparaciones de autom¨®viles, aprovechaba la ocasi¨®n para pedirle piezas de recambio casi imposibles de encontrar en el pa¨ªs, y el pol¨ªtico liberal se las apa?aba para hac¨¦rselas llegar pese a los evidentes problemas. Entre otros detalles, esto evidencia la confianza que despierta entre sus paisanos.
Pero esta bonanza, que seg¨²n la mayor¨ªa de las encuestas les sit¨²a ampliamente por encima del 10%, esconde un problema de fondo. En los ¨²ltimos a?os, los liberales no han conseguido poner en circulaci¨®n ning¨²n pol¨ªtico joven de recambio. El ministro de Econom¨ªa, Helmut Haussmann, el ¨²nico que, a tenor de la preciada cartera que se le otorg¨®, parec¨ªa despuntar como delf¨ªn, ha resultado ser un peso pluma de la pol¨ªtica, oscurecido por la c¨²pula del partido y por otros ministros democristianos de la coalici¨®n.
Genscher y Lambsdorff tienen ya 63 a?os, mientras que el portavoz en el Bundestag, Wolfgang Mischnick, incluso les supera, y no hay que olvidar que el ministro de Exteriores tiene el coraz¨®n de cristal, habiendo sufrido ya varios infartos. En el Oeste, Genscher explota su calidad de l¨ªder internacional, pero en el Este casi no se refiere a este tema. Sabe que lo que interesa a los votantes es el futuro inmediato, el empleo, los sueldos, la contaminaci¨®n, y promete medidas para hacer de esta parte de Alemania un territorio con una baja fiscalidad que atraiga la inversi¨®n.
Si Genscher es el lado positivo de la campa?a , el conde Otto Lambsdorff, el presidente del partido, asume el papel de cr¨ªtico feroz del candidato socialdem¨®crata Oskar Lafontaine en los m¨ªtines.
Sus burlas y chanzas, sus comentarlos sarc¨¢sticos sobre el programa del SPD y su propaganda, levantan gritos y carcajadas entre la audiencia. Es el FDP un partido que produce una curiosa paradoja. Mientras que en el contexto general los liberales se sit¨²an a la izquierda de la democracia cristiana, en muchos aspectos representan posturas mucho m¨¢s radicales hacia la derecha que la propia CDU. Los liberales son el partido de la peque?a y mediana empresa y de las clases profesionales. Son reacios a la intervenci¨®n del Estado en la vida cotidiana y los m¨¢s fervientes defensores del papel de la Oficina Antimonopolios de Berl¨ªn, el famoso Bundeskartellamt, mientras que la CDU es mucho m¨¢s intervencionista y m¨¢s ligada a la gran industria paraestatal alemana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.