La muerte de un m¨¦dico con sida en EE UU abre una pol¨¦mica sobre el r¨ªesgo de contagio a los pacientes
El Johns Hopkins Hospital de Baltimore (Maryland), uno de los centros de asistencia comunitaria m¨¢s prestigiosos de Estados Unidos, ha aconsejado a unas 2.000 personas que han sido intervenidas en el centro que se sometan a la prueba del sida. El consejo hospitalario se ha centrado en los pacientes de un m¨¦dico que el pasado mes de noviembre muri¨® a consecuencia de la enfermedad. Actualmente, en Estados Unidos, 5.000 m¨¦dicos con sida ejercen su profesi¨®n. La acci¨®n del Johns Hopkins Hospital es hist¨®rica y marca un nuevo rumbo en la actitud de la sociedad ante esta enfermedad.
Se trata de la primera ocasi¨®n en que un gran centro sanitario estadounidense realiza una campa?a de estas caracter¨ªsticas. El Johns Hopkins Hospital ha abierto la pol¨¦mica sobre el peligro que corren los pacientes al ser tratados por m¨¦dicos infectados por el virus, y deja sobre el tapete el peligro que entra?a el ejercicio de los m¨¦dicos con sida, uno de los temas m¨¢s delicados desde la aparici¨®n de la enfermedad.Las cartas recomendando el an¨¢lisis han sido enviadas a los pacientes del doctor Rudoplh Almaraz, un respetado onc¨®logo de Baltimore que muri¨® de sida el pasado mes, a la edad de 41 a?os. El hospital ha rechazado las acusaciones de "alarmismo" lanzadas por la familia y los colegas de Almaraz. La American Civil Liberties Union (ACLU) ha explicado que la acci¨®n del hospital s¨®lo se puede justificar cuando existen pruebas concluyentes de que los pacientes de un m¨¦dico han podido ser infectados.
Joann Rodgers, una portavoz del centro sanitario de Baltimore ha declarado a EL PA¨ªS que la mayor parte de las cartas ha salido hacia sus destinos", y rechaz¨® las acusaciones lanzadas contra el hospital."Nuestros pacientes tienen el derecho a estar perfectamente informados de todo cuanto est¨¦ relacionado con su salud, y el hospital cree que no se pod¨ªa ocultar la informaci¨®n", declar¨® la portavoz, que explic¨® que el doctor Almaraz trabaj¨® como internista del Johns Hopkins durante dos a?os y que durante ese tiempo intervino a numerosos pacientes en los quir¨®fanos del centro.
En las cartas del Johns Hopkins Hospital, el centro ofrece an¨¢lisis gratuitos a los pacientes de Almaraz con problemas economicos. La portavoz declar¨® que la decisi¨®n del hospital no se basaba en ninguna consideraci¨®n de tipo legal, "sino en una decisi¨®n m¨¦dica".
Infecci¨®n accidental
Algunos expertos en medicina han recordado que el riesgo de un paciente de contraer el sida durante su contacto con un m¨¦dico infectado por el virus es muy bajo, y particularmente en los casos en que el profesional utiliza mascarilla y guantes para realizar sus operaciones o revisiones.Existe en estos momentos en EE UU cierta preocupaci¨®n enl os c¨ªrculos m¨¦dicos sobre la infecci¨®n accidental de pacientes, as¨ª como la infecci¨®n de m¨¦dicos y enfermeras que tratan a personas con el virus. La mayor parte de los m¨¦dicos estadounidenses cumple las normativas b¨¢sicas para evitar infecciones, y, pese a los casos de infecciones en la relaci¨®n m¨¦dico-paciente, son escasos, ya que no hay duda de que ¨¦stos existen. La. sangre es uno de los canales de infecci¨®n de sida m¨¢s habituales, y, en la mayor parte de las operaciones quir¨²rgicas, los m¨¦dicos, enfermeras y pacientes est¨¢n expuestos al contacto infeccioso. En el caso de Baltimore se sospecha que el doctor Almaraz contrajo el sida mientras operaba a una de sus pacientes en 1983 en Nueva York, cuando el fantasma del sida a¨²n no se hab¨ªa extendido y las precauciones eran nulas.
2.000 pacientes
Los s¨ªntomas de la enfermedad le aparecieron a principios de este a?o, y ahora, despu¨¦s de su muerte y cuando el hospital ha revisado sus archivos, ha descubierto que en estos siete a?os el m¨¦dico ha intervenido a unos 2.000 pacientes.En 1987, este hospital fue denunciado por un m¨¦dico de Baltimore, Hacib Aoun, que declar¨® haber contra¨ªdo el sida durante un accidente quir¨²rgico. Aoun pidi¨® 35 millones de d¨®lares (3.500 millones de pesetas) de indemnizaci¨®n, pero lleg¨® a un acuerdo con el hospital que jam¨¢s trascendi¨®. El John Hopkins Hospital no obliga a sus empleados a efectuarse la prueba del sida en una clara defensa de los derechos laborales y humanos de los infectados.
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