Rodar, rodar y rodar
Desde que aterrizaron en junio por los alrededores de la plaza de Espa?a, el destino de los refugiados africanos no ha sido otro que rodar por los s¨®tanos, descampados y subterr¨¢neos de la capital, sin que las autoridades regionales ni municipales les hayan proporcionado ning¨²n albergue donde resguardarse del fr¨ªo.Los locales que han propuesto desde el mes de septiembre las autoridades competentes compet¨ªan en insalubridad y dejaci¨®n. La delegada del Gobierno, Ana Tutor, y la consejera de Integraci¨®n Social, Elena V¨¢zquez, intentaron en septiembre trasladarlos a las localidades de Miraflores y Manjir¨®n. Cuando la decisi¨®n, que se tomaba siempre en reuniones secretas de m¨¢xima reserva, se filtraba a la prensa y los vecinos de las localidades protestaban, Ana Tutor, Elena V¨¢zquez y los representantes de la Cruz Roja y el Ayuntamiento rectificaban sus intenciones y volv¨ªan a proponer lugares a¨²n peores. Fue en octubre cuando la Cruz Roja present¨® un plan para llevar a los africanos a un descampado de la Casa de Campo donde se instalar¨ªan unas casas prefabricadas. El Ayuntamiento se opuso, y se le ocurri¨® otro descampado, a casi dos kil¨®metros de la boca de metro m¨¢s cercana.
El Ayuntamiento comprendi¨® que no fue una decisi¨®n afortunada y estudi¨® entonces la posibilidad de alojarles en una nave en ruinas que se encuentra frente a la estaci¨®n de metro de M¨¦ndez Alvaro, siguiendo el consejo del gerente del Instituto de la Vivienda de Madrid, Miguel Angel Pascual. Finalmente, al tercer teniente de alcalde y coordinador de Urbanismo, Jos¨¦ Luis Garro, se le ocurri¨® alojarlos en el edifico colindante con el albergue de San Isidro. Mientras tanto, los particulares ofrec¨ªan sus sotanos a los refualados. La ¨²ltima oferta es la de un representante del hotel Nacional, ocupado y abandonado el pasado mi¨¦rcoles por la Asociaci¨®n de Inquilinos.
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