La lucha por el poder econ¨®mico pone en peligro la negociaci¨®n entre PNV y PSOE
La ejecutiva del Partido Nacionalista Vasco (PNV) estudi¨® ayer por segunda vez en cuatro d¨ªas la continuidad o la ruptura de las negociaciones para prolongar la coalici¨®n de gobierno con el Partido, Socialista de Euskadi (PSE-PSOE). Ambas formaciones est¨¢n en periodo de reflexi¨®n y a punto de agotar el primer mes de conversaciones sin avances significativos. Las mismas cuestiones iniciales en torno a algunas ¨¢reas de poder econ¨®mico siguen siendo irrenunciables para unos e innegociables para los otros.
La decisi¨®n final sobre la continuidad del intento con los socialistas ser¨¢ trasladada probablemente a una asamblea nacional del PNV, seg¨²n adelant¨® ayer Juan Ram¨®n Guevara, uno de los hombres fuertes de la comisi¨®n negociadora nacionalista, al entrar en la ejecutiva en Bilbao. Guevara admiti¨® que la situaci¨®n es de total bloqueo, no hay ning¨²n contacto concertado entre ambos partidos y "el tiempo apremia". La semana pr¨®xima, deber¨¢ quedar constituida la mesa del Parlamento vasco y el presidente deber¨¢ ser del partido m¨¢s votado, el PNV, seg¨²n Guevara, si no media un acuerdo previo.El tel¨®n de fondo no ha variado desde que sendas delegaciones, encabezadas por Txiki Benegas y Xabier Arzalluz, se encontraran el 13 de noviembre. Para el PNV, una negativa socialista a todos sus planteamientos equivaldr¨ªa a afirmar que el Estatuto de autonom¨ªa ya est¨¢ completado. "Y si eso es as¨ª", afirma Juan Ram¨®n Guevara, "tendremos que reconocer un alejamiento tal entre nuestras posiciones y las suyas que ser¨ªa imposible gobernar juntos". Los socialistas han aprovechado las ¨²ltimas jornadas para advertir que pasar¨¢n a la oposici¨®n si el PNV no renuncia a exigencias como la transferencia de la Seguridad Social. "El objeto de la negociaci¨®n es acordar un programa para la gesti¨®n del Pa¨ªs Vasco durante cuatro a?os, no para romper techos auton¨®micos", afirma uno de sus representantes en la mesa.
Tres cuestiones dividen a ambos partidos, relacionadas con el poder econ¨®mico y las interpretaciones del Estatuto de Gernika: la transferencia de la gesti¨®n econ¨®mica de la Seguridad Social, la creaci¨®n de un banco central vasco y la participaci¨®n del Gobierno aut¨®nomo en las decisiones de las empresas p¨²blicas radicadas en su territorio.
El PNV reclama una Administraci¨®n vasca para recaudar cuotas y distribuir pensiones y prestaciones, una Seguridad Social aut¨®noma paralela al sistema de haciendas forales separada de la del Estado. Igual que estas haciendas contribuyen a los gastos del Estado con un cupo anual, el PNV acepta la necesidad de negociar los flujos financieros en una u otra direcci¨®n.
El PSE cree que la ruptura del principio de "caja ¨²nica" en todo el Estado equivaldr¨ªa a renunciar a una conquista de los trabajadores. En 1986, la UGT vasca se moviliz¨® para requerir p¨²blicamente al partido hermano que no cediera en esta cuesti¨®n. En cambio, el sindicato ampliamente mayoritario en Euskadi, ELASTV, de corte nacionalista, sostiene la tesis contraria y reclama con insistencia la transferencia de la Seguridad Social.
El banco central vasco es otro motivo de discordia. El PNV ha escogido una terminolog¨ªa equ¨ªvoca, aparentemente motivada por un gui?o a sus bases m¨¢s nacionalistas. Lo que quieren conseguir Arzalluz y Jos¨¦ Antonio Ardanza no es un banco ni tendr¨ªa las caracter¨ªsticas com¨²nmente atribuidas a una instituci¨®n monetaria central. Se trata de un ente p¨²blico con capacidad para recibir los coeficientes obligatorios de las cajas y cooperativas de cr¨¦dito vascas (unos 15.000 millones) y manejarlos en los mercados para conseguir rendimientos. No es una gran cantidad, pero el PSE considera innegociable la cuesti¨®n.
El ¨²ltimo gran obst¨¢culo, la participaci¨®n del Ejecutivo de Vitoria en las empresas p¨²blicas estatales ubicadas en la comunidad aut¨®noma, es una novedad.
Los nacionalistas han observado con desconfianza el desembarco de hombres del PSOE en grandes empresas con capacidad para condicionar el futuro econ¨®mico de Euskadi. Es el caso de Enrique Antol¨ªn, traspasado directamente de la Consejer¨ªa de Transportes a la presidencia de Altos Hornos de Vizcaya.
"La gesti¨®n de estas empresas exige unidad para ser viable", afirma el PSE. "Si no, se puede caer en tales enfrentamientos de intereses que acaben en par¨¢lisis".
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