Optimismo de G¨®mez-Navarro sobre el ADO

"Por primera vez, nuestros deportistas no se van a quejar de los medios t¨¦cnicos para su preparaci¨®n", dijo ayer Javier G¨®mez-Navarro, secretario de Estado para el Deporte, moderadamente optimista sobre el programa ADO 92, con patrocinio de empresas privadas a las federaciones. "No se pueden esperar milagros, pero s¨ª competir dignamente en Barcelona y conseguir los mejores resultados en unos Juegos Ol¨ªmpicos", a?adi¨®.

En 1990 se ha confirmado que el mayor progreso se ha producido entre las mujeres. Por otro lado, Iberia firm¨® ayer su contrato como patrocinador general por 100 millones de pesetas anuales.G¨®mez-Navarro dijo que ser¨ªa un imprudente si hablara de medallas. "ADO se plante¨® como un programa para que deportes no estrictamente profesionales pudiesen tener mejores condiciones t¨¦cnicas", declar¨®; "sab¨ªamos que no iba a aportar nada al f¨²tbol, al baloncesto masculino o al tenis, ya muy profesionalizados. Pero va a dejar una huella important¨ªsima con independencia de los resultados, a¨²n sin quitar a ¨¦stos su importancia. Hemos tra¨ªdo a los mejores t¨¦cnicos del mundo y eso se va a notar. El mayor progreso se est¨¢ dando en los deportes que ten¨ªan niveles medios y, precisamente, no eran profesionales".

El programa ADO, con el patrocinio privado de m¨¢s de 2.000 millones de pesetas por a?o desde 1988, llegar¨¢ a 1992 habiendo movido unos 12.000 millones. Ha habido federaciones que han permitido a las marcas sacar rentabilidad a la inversi¨®n y otras que no.

Deportivamente, s¨®lo se ha partido de talentos que ya exist¨ªan, o sea sin formar la base, por limitaciones de tiempo. "Dotar de mejores medios t¨¦cnicos no es conseguir milagros", manifest¨® G¨®mez-Navarro; "no quiere decir que haya atletas m¨¢s altos ni m¨¢s fuertes. La idea era Ilusionar a los espa?oles con que hubiera finalistas, crear las condiciones. Eso lo hemos conseguido. En los resultados ya influir¨¢n cosas m¨¢s aleatorias".

El secretario de Estado dijo que el programa se hizo s¨®lo cuando la sociedad espa?ola tom¨® conciencia de la importancia de los Juegos. Se firm¨® en diciembre de 1987, algo m¨¢s de un a?o despu¨¦s de la elecci¨®n de Barcelona. Ahora, a un a?o y medio de aqu¨¦llos, entra, seg¨²n su propia filosof¨ªa inicial, en una recta final cada vez m¨¢s restrictiva en cuanto al n¨²mero de atletas con el objeto de conseguir, al menos, finalistas.