La seducci¨®n del terror
"Mi objetivo", explica Konchalovski, "era mostrar un Stalin muy simple, extremadamente humano. Quer¨ªa presentarle a trav¨¦s de Iv¨¢n, que le conoce como persona generosa y afectuosa, volcado completamente hacia el pueblo. Estoy convencido de que el verdadero terror y la adoraci¨®n a una persona por ignorancia e ingenuidad son el terreno f¨¦rtil para que el mal crezca. Satan¨¢s act¨²a as¨ª, de la misma forma, o mejor, que Dios"."Como todos los artistas que han pasado gran parte de su existencia bajo un r¨¦gimen totalitario", confiesa, "yo s¨¦ que la forma m¨¢s cruel del terror es la seducci¨®n, Sat¨¢n, que se aparece bajo la forma de Dios o de un ¨¢ngel. Por eso mi Stalin no es un villano, sino un hombre f¨¢scinante".
Tambi¨¦n a Beria, el jefe de la polic¨ªa secreta de Stalin, el hombre que se arrastra en el mundo del terror estalinista y de su propia vida, "he querido hacerlo seductor y sensual. Es un personaje que adora a las mujeres, encarna la seducci¨®n sutil de las fuerzas del mal, m¨¢s cruel que los gulags de Stalin".
El actor sovi¨¦tico que interpreta en la pel¨ªcula al dictador, Alexandr Zbruev, ha dicho que la experiencia m¨¢s terrible de toda su vida fueron los 10 minutos de rodaje en que las masas se concentran en el funeral de Stalin, mientras ¨¦l, inm¨®vil, era depositado en el f¨¦retro. Sin embargo, deber¨ªa saber que las dictaduras y fanatismos tienen mil vidas, como el propio Satan¨¢s. En la ¨²ltima escena de la pel¨ªcula, durante el funeral, Iv¨¢n tiene la visi¨®n de Stalin alz¨¢ndose sobre la multitud. "?C¨®mo est¨¢?", le pregunta. "Muy bien", contesta Stalin antes de desaparecer entre la gente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.