"Las nuevas ideolog¨ªas valoran m¨¢s al que personaje que gobierna que a la sociedad"
Para simbolizar lo que llama "normalizaci¨®n de la presencia femenina" en la Academia Francesa, H¨¦l¨¨ne Carr¨¨re d'Encausse lucir¨¢, al ingresar en la instituci¨®n a principios de este a?o, el uniforme de almirante del sigloXIX. Carr¨¨re d'Encausse -una soviet¨®loga que predijo la decadencia del imperio de Lenin y Stalin en L'empire ¨¦clat¨¦ y acaba de publicar La gloire des nations, cuya tesis es la independencia inevitable de las rep¨²blicas de la URSS- es la tercera mujer en acceder a la instituci¨®n fundada en 1634 por el cardenal Richelieu. La nueva acad¨¦mica alerta en esta entrevista sobre las nuevas ideolog¨ªas que personalizan el poder.
En su ¨¢tico de la calle de Raynouard, los ramos de flores enviados para felicitarla por su reciente elecci¨®n para la Academia Francesa apenas dejan un hueco libre donde sostener una conversaci¨®n. Al ver a H¨¦l¨¨ne Carr¨¨re d'Encausse pegarse al radiador del sal¨®n para combatir el fr¨ªo parisiense no se dir¨ªa que esta mujer lleva cinco lustros viajando cada dos por tres a la URSS. Y sin embargo as¨ª es.Hace una docena de a?os, en su L'empire ¨¦clat¨¦, Carr¨¨re d'Encausse anunci¨® el car¨¢cter inevitable e inminente de la crisis del imperio sovi¨¦tico. En su ¨²ltimo libro, La gloire des nations, esta universitaria, que se niega por coqueter¨ªa a hablar de su edad, ha vuelto a recordar que nada, ni Mija¨ªl Gorbachov ni la ayuda que le otorgan sus amigos occidentales, puede oponerse a la independencia de unos pueblos artificialmente unidos bajo la bandera roja con la hoz y el martillo.
Pregunta. ?Para qu¨¦ sirve la Academia Francesa?
Respuesta. Yo la veo como una de esas instituciones que representan un lazo importante entre el patrimonio de un pa¨ªs y el mundo moderno. En el mundo en que vivimos, en el que casi todos los puntos de referencia parecen hundirse, las instituciones de este tipo son una lucecita que brilla intermitentemente y expresa una direcci¨®n: la de la continuidad de una cultura pol¨ªtica y literaria. Adem¨¢s, lo s¨¦ porque tengo amigos acad¨¦micos, la Academia Francesa es un espacio de tolerancia y de libertad intelectual. Pensar que voy a tener ese ambiente hasta el fin de mi vida es algo fabuloso.
P. Hasta la elecci¨®n de Marguerite Yourcenar en 1980, ese ambiente de libertad y tolerancia ignoraba a las mujeres. Ahora, con su entrada, van a ser dos mujeres frente a 38 varones. ?No va a sentirse algo inc¨®moda?
R. No. Yo soy universitaria, y en el mundo universitario las c¨¢tedras est¨¢n tambi¨¦n ocupadas masivamente por los hombres. He participado en tantos coloquios donde hab¨ªa s¨®lo una o dos mujeres que estoy habituada a esa situaci¨®n. Yo creo que no debe adoptarse la actitud de pensar que se es una mujer en un lugar, que se pertenece a una categor¨ªa extra?a. Se es, ante todo, un ser humano, y por a?adidura una mujer. Yo no creo haber sido elegida miembro de la Academia por ser mujer, sino por lo que he hecho, por mi trabajo.
P. ?Cu¨¢l es su sill¨®n?
R. El n¨²mero 14. Es un sill¨®n estupendo. Ha sido ocupado por escritores que adoro: Corneille, Victor Hugo, el mariscal Lyautey... En particular, yo soy una enamorada de Victor Hugo desde mi infancia, le he le¨ªdo por entero varias veces. A Victor Hugo se le ama o no se le ama. Yo le amo.
P. ?Vestir¨¢ usted el uniforme de los acad¨¦micos?
R. S¨ª. Es un uniforme muy bonito. Marguerite Yourcenar siempre se neg¨® a pon¨¦rselo. Jacqueline de Romilly, elegida en 1988, tiene su uniforme, pero no acepta llevar la espada. Yo tendr¨¦ mi uniforme y tambi¨¦n mi espada. Ya ve, avanzamos hacia la normalizaci¨®n.
Cr¨ªticas
P. ?C¨®mo reaccionaron en su tiempo los soviet¨®logos a su L'empire ¨¦clat¨¦?
R. Me trataron de farsante. La mayor¨ªa dijo que me inventaba la tesis de la inminencia del fin del imperio sovi¨¦tico para hacerme la interesante. La cr¨ªtica literaria tambi¨¦n fue muy dura con el libro. Bernard Pivot se neg¨® a invitarme a su programa televisivo, Apostrophes. Ahora, en su libro de memorias sobre esa emisi¨®n, el bueno de Pivot dice que el trato que dio a L'empire ¨¦clat¨¦ fue uno de sus dos o tres grandes errores.
P. ?Por qu¨¦ los soviet¨®logos reaccionaron as¨ª?
R. Porque cre¨ªan en la perennidad de la URSS. Para los partidarios de la URSS, la idea de que estaba cay¨¦ndose a pedazos era una calumnia; para los antisovi¨¦ticos, un intento de desmovilizar la vigilancia occidental.
P. ?Considera usted que el imperio ya ha estallado?
R. Por completo. Se pueden intentar chapuzas como hace Mija¨ªl Gorbachov para retrasar la fecha oficial de la liquidaci¨®n y cierre. Pero las voluntades populares de los pueblos de la URSS ya se han expresado. Los electores han dicho que quieren la independencia. Los imperios mueren, no hay razones para que sean eternos. Espa?a, Francia, Inglaterra han conocido eso. Lo escandaloso es que los hombres de Estado occidentales no quieren ni discutir del asunto. Dicen que esa discusi¨®n har¨ªa caer a Gorbachov. Los hombres de Estado occidentales toman el partido de Gorbachov contra la democracia; todo lo hacen en funci¨®n de ayudar a ese personaje y no a los pueblos de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Es algo que me espanta.
P. ?A qu¨¦ atribuye esa actitud de los l¨ªderes occidentales?
R. Yo creo que hay una peligrosa desviaci¨®n general de los sistemas pol¨ªticos democr¨¢ticos consistente en pensar que lo importante es el personaje que gobierna y no la sociedad. Hay una terrible personalizaci¨®n del poder. F¨ªjese en Francia. Pr¨¢cticamente no tenemos Parlamento. Fran?ois Mitterrand gobierna como un monarca. En ese marco es totalmente normal que el problema de los hombres de Estado occidentales no sea la URSS, sino su hom¨®logo y amigo Gorbachov.
P. En La gloire des nations usted dice: "Gorbachov, hombre valiente y generalmente l¨²cido, no ha entendido el hecho nacional".
R. Es demasiado leninista en sus estructuras de pensamiento para aceptar el hecho nacional.
Renacimiento
P. ?A qu¨¦ atribuye que las naciones de la URSS hayan podido sobrevivir a una ideolog¨ªa tan poderosa como el marxismo-leninismo?
R. La naci¨®n es uno de los marcos naturales m¨¢s antiguos de relaci¨®n de los seres humano, quienes desde tiempos inmemoriales han formado comunidades m¨¢s amplias que la familia basadas en criterios de afinidad y en un cierto n¨²mero de intereses. ?Qu¨¦ eran las ciudades griegas sino un preludio de la naci¨®n? Las ideolog¨ªas o las utop¨ªas han intentado reemplazar por marcos racionales a la familia y la naci¨®n, pero lo que estamos viviendo ahora es un cierto fracaso de esos marcos y un cierto renacimiento de los marcos naturales.
P. ?Y la religi¨®n?
R. La religi¨®n es otra cosa. Es un sistema de valores, no un marco de solidaridad natural. Pero es cierto que, como las naciones, las religiones, sistemas de valores trascendentes, toman ahora su revancha sobre las ideolog¨ªas, sistemas de valores terrestres.
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