Hassan II desautoriza al Gobierno y ofrece un di¨¢logo a los sindicatos de la oposici¨®n
El discurso de Hassan Il que dirigi¨® a sus s¨²bditos el pasado mi¨¦rcoles por la noche contiene una desautorizaci¨®n hacia el Gobierno de Azedin Laraki y una oferta de di¨¢logo con los sindicatos que convocaron la huelga general del 14 de diciembre. El ambicioso programa econ¨®mico esbozado por el rey es, seg¨²n los expertos, dif¨ªcilmente realizable y contiene importantes lagunas. Sin embargo, ha sido favorablemente acogido por sectores pol¨ªticos progresistas acostumbrados a moverse dentro del campo del posibilismo.
En la primera respuesta directa que el rey ha dado a su naci¨®n despu¨¦s de la revuelta de Fez, el rey Hassan II de Marruecos habl¨® a su pueblo. Fue un discurso directo, en ¨¢rabe dialectal, obviando el cl¨¢sico, que utiliza en ocasiones solemnes y que muchos marroqu¨ªes de clase modesta no comprenden.Fue un discurso de casi una hora de duraci¨®n, en el que intent¨® dar respuesta a algunas de las reivindicaciones econ¨®micas planteadas por los sindicatos de la oposici¨®n.
El rey dise?¨® un programa econ¨®mico e hizo ofertas concretas, como la de incrementos salariales del 15%, puestos de trabajo para 40.000 licenciados antes del fin del mes de marzo o un crecimiento anual de 100.000 empleos en general. Habl¨® tambi¨¦n del problema de la vivienda y de la forma de paliarlo.
Pero lo m¨¢s importante fue la oferta de una carta social, negociada anualmente, en la que se pactar¨¢ cada una de las mejoras salariales y sociales. El monarca ha supeditado la consecuci¨®n de este programa econ¨®mico a un periodo de paz social de cinco a?os.
Di¨¢logo institucionalizado
Con esta respuesta se establece e institucionaliza un di¨¢logo permanente con las organizaciones obreras. La carta social, una de las reivindicaciones planteadas por los sindicatos de oposici¨®n CDT y UGTM en los ¨²ltimos meses, podr¨ªa permitir, en teor¨ªa y de ahora en adelante, que los sindicatos desempe?en un papel importante en la vida pol¨ªtica del pa¨ªs, dentro siempre de un marco institucional.El discurso real lleva tambi¨¦n impl¨ªcita una desautorizaci¨®n o reprimenda hacia el Gobierno de Azedin Laraki, por cuanto revoca la ley de presupuestos para 1991 aprobada hace pocos d¨ªas.
El rey anunci¨® que hab¨ªa ordenado que se celebre una sesi¨®n extraordinaria en el Parlamento para discutir de nuevo el presupuesto. Los debates de este presupuesto fueron boicoteados por la oposici¨®n, ya que en el mismo no se daba respuesta a las reivindicaciones econ¨®micas de los trabajadores.
Con el mensaje del rey -cuyo contenido no puede ser en ning¨²n momento objeto de "debate alguno" por establecerlo as¨ª el art¨ªculo 28 de la Constituci¨®n- no se resuelven los problemas del pa¨ªs.
El mensaje ha orillado cuestiones tan importantes como la apertura democr¨¢tica, la reforma de la Constituci¨®n, la protecci¨®n de los derechos humanos y, sobre todo, las aspiraciones de los marginados. Queda tambi¨¦n en la cuneta una explicaci¨®n pol¨ªtica a la revuelta y a la represi¨®n de Fez.
Con gesto compungido y abatido, el rey asegur¨® que al principio hab¨ªa dado ¨®rdenes al Ej¨¦rcito y a la polic¨ªa de no disparar, ni siquiera al aire, ni siquiera balas de goma, pero posteriormente se vio obligado a "ordenar lo que ten¨ªan que hacer" cuando comprob¨® que los agentes de las fuerzas de seguridad empezaban a caer.
El rey a?adi¨® en su discurso que los responsables de estos desmanes eran delincuentes, drogadictos, contrabandistas, que hab¨ªan aprovechado la ocasi¨®n para enfrentarse a la polic¨ªa. Una explicaci¨®n demasiado simple para un problema demasiado complejo.
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