El coraz¨®n de la aventura

La confirmaci¨®n del magisterio de Emilio Salgari no est¨¢ quiz¨¢ tanto en la creaci¨®n de su personaje m¨¢s popular, Sandokan, como en la de su archienemigo: sir James Brooke, el hist¨®rico raj¨¢ blanco de Sarawak. 6Qu¨¦ es un h¨¦roe sin un adversario digno, sin un hombre, que le devuelva una imagen especular, en negativo, de sus propias haza?as, equilibr¨¢ndolas? Si el portugu¨¦s Y¨¢?ez es el Watson de Sandokan, Brooke es su Moriarty, la amenaza de un ac¨¦rrimo enemigo de la misma talla, el hybris encarnado.Pr¨ªncipe devenido pirata por un aciago destino, Sandokan es el equivalente de Brooke, que hace, cuenta la historia, el trayecto inverso. Aventurero, soldado y explorador, Brooke alcanza el t¨ªtulo de raj¨¢ tras vencer con un pu?ado de hombres a los rebeldes dayak, en apoyo del monarca de Borneo. Un retrato en la National Portrait Gallery de Londres muestra al hist¨®rico Brooke con grandes patillas, camisa y lazo marineros a lo Taip¨¢n y una mirada noble, rom¨¢ntica y osada. La vida le catapulta hacia la nobleza como, en la ficci¨®n, lanza a Sandokan a la miseria.

El secreto pues de esa confrontaci¨®n (en la que juega un papel Mariana, la Perla de Labu¨¢n, el objeto amoroso), est¨¢ en que el malayo y el brit¨¢nico comparten una misma identidad esencial. Alrededor de ese secreto juego parece haber tejido Salgari las aventuras de los Tigres de Mompracem.

?Y qu¨¦ aventuras!: batallas navales a bordo del Rey del Mar, peripecias escalofriantes en la densa jungla malaya o en las Sundarbans, los pantanos del Ganges, donde acechan los siniestros estranguladores thugs... Y siempre el aliento del raj¨¢ cazapiratas en la nuca, el omnipresente Brooke.