Las sorpresas de Sadam
Si las evaluaciones de da?os realizadas por el Pent¨¢gono son ciertas, el poder¨ªo militar iraqu¨ª sigue, tras siete d¨ªas de bombardeo, en gran parte intacto: posiblemente unos 700 aviones, m¨¢s de 120 brigadas y un n¨²mero indeterminado de lanzadores m¨®viles de misiles. Es posible explicar por qu¨¦, pero resulta mucho m¨¢s complicado adivinar por qu¨¦ Sadam guarda tanta fuerza sin utilizarla.De hecho, una de las razones de la euforia aliada tras los primeros ataques fue, precisamente, la falta de respuesta por parte de Irak, inacci¨®n que se interpret¨® ya como incapacidad para coordinar materialmente un contraataque, ya como un error de apreciaci¨®n de Sadam, quien podr¨ªa interpretar el bombardeo de Bagdad no como el inicio de la campa?a aliada sino como un golpe selectivo -a lo Tr¨ªpoli- para forzar una negociaci¨®n.
?ltimamente, sin embargo, la explicaci¨®n m¨¢s en boga otorga una visi¨®n estrat¨¦gica cuasi maquiav¨¦lica a Sadam: si Bagdad no respondi¨® inicialmente fue para preservar sus propias fuerzas. Radares que no se encienden y que, as¨ª, no pueden ser detectados; aviones que no combaten y que se protegen en sus refugios; misiles que no se disparan y que aguardan escondidos. Pero ?para qu¨¦? ?Qu¨¦ sorpresa nos puede deparar Sadam Husein?
Militarmente parece que pocas. Al menos ninguna que pueda invertir el curso de la guerra. La aviaci¨®n, de poder despegar, es muy desigual en cantidad y calidad, ha perdido parte de sus mejores aparatos y sus apoyos radar¨ªsticos en tierra parecen haber sido da?ados.
Los misiles Scud modificados, de nulo inter¨¦s militar, han rebajado su poder terror¨ªfico sobre la poblaci¨®n civil a medida que los antimisiles Patriot se revelan m¨¢s eficaces.
Armas qu¨ªmicas
Tal vez la sorpresa m¨¢s pavorosa sea el uso de armamento qu¨ªmico. No obstante, parece que las instalaciones de producci¨®n de dicho sistema han sido destruidas. La aviaci¨®n se encuentra fijada de momento al suelo, por lo que a Irak s¨®lo le queda la artiller¨ªa pesada. Pero los obuses tienen escaso alcance y contra tropas protegidas y entrenadas para luchar en un ambiente qu¨ªmico, los gases asfixiantes no pueden resultar decisivos.
Tal vez la sorpresa nos la reserve Sadam en el terreno pol¨ªtico. Minar la estabilidad de los reg¨ªmenes tradicionalistas de la zona mediante el apoyo a grupos panarabistas radicales puede ser una opci¨®n. Lo mismo que esparcir la semilla del nacionalismo a ¨¢reas m¨¢s lejanas y ampliar as¨ª el conflicto. Incluso llevar la lucha armada al suelo occidental gracias a los grupos terroristas que dependen de Bagdad. Sadam ha dado refugio, sede, dinero y apoyo a terroristas como Abu Nidal y Abu Abbas.
Rafael L. Bardaj¨ª es director del Grupo de Estudios Estrat¨¦gicos.
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