'Duras' oposiciones para ser tuno
Seis candidatos afrontaron las pruebas de este gremio universitario
Una muralla de papel y un canastillo de cart¨®n sirven de escenario para la prueba de los pardillos, aspirantes a tunos de la Facultad de Ciencias de la Informaci¨®n. Esta vez se presentaron seis candidatos. Para aprobar el examen, adem¨¢s de cantar o tocar alg¨²n instrumento, hay que someterse a todo tipo de situaciones absurdas. La tuna de este centro docente la integran en la actualidad 25 miembros.
Diego Arizpeleta, un estudiante de 17 a?os, tuvo que participar en un torneo medieval subido en un triciclo. Sus contrincantes, dos experimentados tunos, iban montados en una vespa y portaban una lanza de grandes dimensiones. Tras la desigual lucha, el pardillo se introdujo en una abad¨ªa, donde realiz¨® las funciones de un novicio, tales como tirar de una campana que estaba llena de agua.Antes de empaparse de agua, Diego present¨® una instancia a la tuna de la facultad. La ficha iba acompa?ada de una foto de su cara y otra de su culo. Adem¨¢s debi¨® rellenar un ins¨®lito cuestionario de tipo cultural en el que se inclu¨ªan preguntas relativas a cosas tan diversas como su estado sexual, sus primeras experiencias, las medidas anat¨®micas de la cantante Tina Turner, etc¨¦tera.
Diego, sin embargo, est¨¢ muy contento de ser pardillo. "Aunque te putean un poco y te pueden tener vigilando un armario media hora o mandarte a comprar "cubatas", explica.
N¨¦stor Rosas, Periquito (mote de guerra en la tuna), estudiante de la rama de Imagen y Sonido, de 26 a?os, cuenta que tuvo que vestirse de furcia e ir a a Facultad de Farmacia para que le pusieran un sello en el culo en la secretar¨ªa. Luego volvi¨® y tuvo que ense?arlo a sus compa?eros: "Ligu¨¦ mucho despu¨¦s de aquello", asegura.
A Antonio, El Tronco, de 27 a?os, estudiante de periodismo, cuando pas¨® esta prueba de fuego le hicieron cantar y beber un brebaje afrodisiaco. Adem¨¢s, sus compa?eros le pintaron el trasero con motivos navide?os.
Tradici¨®n secular
La tradici¨®n de las tunas se remonta al siglo XIII, coincidiendo con el nacimiento de las primeras universidades en Espa?a. Entonces, a sus integrantes se les llamaba sopistas, porque por medio de la m¨²sica conseguian sopas en las posadas. Y, siguiendo esta costumbre, los tunos de finales del XX contin¨²an siendo estudiantes universitarios muy amigos de la vida p¨ªcara y desenfadada."Esto no implica que no se cumpla con las labores de estudiante", dice Jes¨²s Hernando, m¨¢s conocido por Lolailo entre los tunos, que considera que es una forma m¨¢s de vivir la Universidad.
La tuna de Ciencias de la Informaci¨®n la componen 25 miembros. Ex tunos que, por necesidades de trabajo o familia, tuvieron que abandonar el grupo siguen manteniendo v¨ªnculos con la tuna. Jorge Garc¨ªa Candau, director general de Radiotelevisi¨®n Espa?ola, fue uno de los fundadores, y todav¨ªa asiste a algunos congresos. "Y es que nunca se deja de ser tuno. Se lleva en la sangre", cuenta Santos Valenciano, de 37 a?os y con 14 de experiencia.
Los tunos disponen de una habitaci¨®n en la facultad para preparar sus actividades musicales. Los viernes y los s¨¢bados se van de ronda.
Todos lo hacen por amor al arte, porque, como dice Santos Valenciano, "no se gana mucho, pero se pasa muy bien". Viven de las propinas, y aseguran que lo que sacan de cantar por las calles se les va en reponer toda la parafernalia tunera.
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