Obras abiertas
De Rudolf Sirera. DI reccI¨®n:GuIllermo Hera. Int¨¦rpretes: Ricard
Borr¨¢s, Merc? Ar¨¢nega, Pepa L¨®pez,
X.,v1er Ruano. Escenografia y vestuario: Pep Duran y Nina PaA-lowsky.
Producci¨®n de] Centro Nacional de Nuevas Tendencias y de los centros dram¨¢ticos de Cataltifia y Valencia. Madrid. Sala Olimpla, del CNNT, 1 de febrero.
El supuesto esc¨¦nico es el de un escritor que deja entrar en su vida a algunos de los personajes -femeninos: o sea, determinantes- en su vida real; los confunde, se los representa, probablemente a partir de una situaci¨®n verdadera, que estar¨ªa expuesta al final de la obra, imaginando que las escenas en blanco y negro son las quiz¨¢ irreales, son las que se representan en blanco y negro, y la de partida, que es la ¨²ltima, aparece en color.Todo esto que no s¨¦ seguro es porque no debo saberlo: se trata de lo que se llama obra abierta, en la que el espectador debe completar lo que el autor no quiere decir: o no sabe, o no se le ocurre. Puede suceder que el espectador no tenga el menor deseo de hacer ese esfuerzo, y espere que, en la escena, le cuenten el cuento completo; o que le importe algo de que lo que pasa o no pasa.
Y que sepa algo m¨¢s que hacer dramaturgia.- es decir, en este caso, el juego de las escenas con la cronolog¨ªa alterada, entre oscuros.
Puede ocurrir que, aparte de la dramaturgia, al autor no se le ocurra nada. Si yo hiciese una cr¨ªtica abierta, tendr¨ªa que dejar sin revolver este enigma: ?se le ocurre o no se le ocurre nada? Pero no puedo resistir la tentaci¨®n de esclarecerlo: no, no se le ocurre nada. El personaje permanente, el que vive la obra, es un escritor que a?ade, borra o escribe de nuevo en su ordenador: siempre con dudas. A ese personaje no se le ocurre nada, ni sus personajes tienen m¨¢s que papel en su encarnadura, ni dicen nada divertido o inteligente que se presenten ante nosotros, y el autor Rudolf Sirera lo acepta y lo expone as¨ª. No hay comedia ni nada.
Interpretaci¨®n correcta
Nunca el teatro es tan espantoso como para no ofrecer nada. ?ste tiene una interpretaci¨®n correcta, sobre todo en Ricard Borr¨¢s, y un excelente decorado de Pep Dur¨¢n y Nina Pawlosky: un pop art actualizado, y la gracieta de que entre los muebles no haya m¨¢s que sillones, y todos los servicios se resuelvan con ellos. En cuanto a la raz¨®n por la cual tres centros dram¨¢ticos auton¨®micos -Madrid, Catalu?a, Valenciahan colaborado en esta producci¨®n, pertenece tambi¨¦n a la obra abierta: tendr¨¢ que imaginarlo el espectador.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.