El Joventut logra un triunfo de dudoso m¨¦rito

El Montigal¨¤ Joventut necesit¨® que el TDK Manresa sufriese el s¨ªndrome de la victoria alcanzable para lograr un triunfo de dudoso m¨¦rito. Los nervios que atenazaron en los ¨²ltimos dos minutos a los jugadores manresanos, sobre todo a su base y hasta ese momento aut¨¦ntica figura del partido, AIarc¨®n, malograron un excelente trabajo e imposibilitaron la primera sorpresa de esta fase final. En esos fat¨ªdicos 120 segundos, el TDK err¨® tres 1 + 1 (dos de ellos Alarc¨®n) y s¨®lo consigui¨® dos puntos en palmeo afortunado de Singleton. El olor a victoria se les atragant¨® a los animosos hombres de Pedro Mart¨ªnez, lo mismo que el aroma de desastre hab¨ªa atenazado las manos y los cerebros de los verdinegros durante casi toda la segunda parte. En la jugada decisiva, Pressley le rob¨® el bal¨®n a un exhausto Alarc¨®n y machac¨® en solitario la canasta de la victoria.El Montigal¨¢ ha perdido el ¨¢ngel que le estaba acompa?ando durante toda la temporada. Ese estado permanente de gracia se iba traduciendo en contundentes victorias, casi sin esfuerzo y siempre con el marcador a favor, claramente a favor. Pero las vacas flacas ten¨ªan que llegar. El problema es que nos da la impresi¨®n de que ni los jugadores ni Lolo Sainz tengan claro el camino para salir de la crisis.

El evidente. baj¨®n de juego se traduce b¨¢sicamente en una p¨¦rdida de precisi¨®n. El Joventut sigue jugando de una manera que es su manera, un estilo definido desde hace muchas temporadas y que est¨¢ enraizado en casi todos sus jugadores. Ataques r¨¢pidos, fluidez en el movimiento del bal¨®n y ausencia de dadas al lanzar a canasta. La crisis no ha cambiado nada, salvo que el bal¨®n no entra. Ayer ni siquiera llegaron al 40% en tiros; de campo.

Mientras un luchador TDK estuvo a punto de enviarles a casa con dos d¨ªas de adelanto. Para ello tampoco necesit¨® hacer un partido glorioso, sino no dar el partido por perdido cuando a mitad de la segunda parte el Joventut parec¨ªa en disposici¨®n de romper el encuentro. Entonces surgi¨® Alarc¨®n con sus tiros de tres puntos, consiguiendo dar vida al encuentro y metiendo el miedo en el cuerpo a sus rivales. Mientras tanto, Singleton dominaba el rebote aprovechando la ausencia de Thompson. Esto era todo, unido, por supuesto, a un inquebrantable esp¨ªritu de lucha. Su compostura dur¨® hasta que la victoria apareci¨® a la vista. En ese momento, los plomos se fundieron y la oscuridad se cerni¨® sobre unos agotados jugadores, incapaces de acertar en la soledad del tiro libre y que permitieron dos rebotes ofensivos definitivos capturados por los americanos del Joventut.