Sat¨¦lites para todos
La propuesta liberalizadora de la CE marca el fin del monopolio de comunicaciones espaciales
Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, dec¨ªa recientemente en Madrid que el nuevo orden informativo mundial se est¨¢ fraguando en el dominio del espacio por los sat¨¦lites. El reto que ha lanzado recientemente la Comisi¨®n de las Comunidades Europeas para liberalizar las comunicaciones por sat¨¦lite va por este camino. El monopolio que mantienen en esta materia las grandes organizaciones internacionales, regionales y nacionales est¨¢ a punto de romperse, y empresas privadas y hasta los propios usuarios podr¨¢n participar en el control de las grandes redes espaciales de comunicaci¨®n. "La CE est¨¢ empe?ada en que esta transformaci¨®n se haga r¨¢pidamente", ha se?alado en Madrid Paul Verhoef, experto en comunicacioens espaciales y uno de los redactores del Libro Verde de la CE sobre comunicaciones por sat¨¦lite.
Si se cumplen las previsiones de la CE, antes de 1993 las empresas y los particulares podr¨¢n alquilar su propia red para transmitir programas de televisi¨®n, datos, videoconferencias y conversaciones telef¨®nicas mediante servicios m¨®viles, y los hogares podr¨¢n acceder directamente a decenas de programas de televisi¨®n multinacional con una sencilla antena parab¨®lica de menos de 50 cent¨ªmetros de di¨¢metro.Hasta ahora el monopolio de las comunicaciones por sat¨¦lite -se encuentran operativos unos 25 sat¨¦lites de este tipo en Europa- est¨¢ en manos de los consorelos internacionales o regionales como Intelsat, Eutelsat o Inmarsat y de las compa?¨ªas p¨²blicas de telecomunicaci¨®n como France Telecom, Deutsche Bundespost o la propia Telef¨®nica. Cualquier comunicaci¨®n espacial a distancia pasa por sus manos y necesita un permiso y pagar un canon de utilizaci¨®n.
Grandes cambios
En el Libro Verde, que est¨¢ ahora recibiendo las observaciones de los Gobiernos, monopolios de telecomunicaci¨®n nacionales, industrias y profesionales, se proponen cuatro grandes cambios: en primer lugar, la plena liberalizaci¨®n del segmento terreno, incluidos los terminales de recepci¨®n y de recepci¨®n-transmisi¨®n; el acceso libre y sin restricciones a la capacidad del segmento espacial; la libertad de comercializaci¨®n de la capacidad de los sat¨¦lites, y, por ¨²ltimo, la armonizaci¨®n y homologaci¨®n de la tecnolog¨ªa y de los antiguos y nuevos servicios v¨ªa sat¨¦lite.
Pascual Men¨¦ndez, director de Explotaci¨®n de la sociedad de sat¨¦lites espa?oles Hispasat, se ha mostrado partidario de las medidas liberalizadoras, "que permitir¨¢n, entre otras cosas que cada empresa tenga su propia red de sat¨¦lite con sus propias terminales". "Espa?a deber¨ªa adoptar hasta el 93 medidas liberalizadoras concretas para que las empresas espa?olas puedan ir haciendo m¨²sculo, lo mismo que est¨¢ sucediendo en otros pa¨ªses", ha se?alado.
En el documento de la CE se reconoce que un gran n¨²mero de nuevos protagonistas est¨¢n penetrando en el sector europeo de comunicaciones por sat¨¦lite y se est¨¢n poniendo en marcha nuevos sistemas que van a ampliar y diversificar el segmento espacial en los pr¨®ximo a?os. "A medida que la Comunidad Europea se acerca al gran mercado de 1992, estas comunicaciones se est¨¢n convirtiendo en un eslab¨®n b¨¢sico de los servicios y redes transeuropeos necesarios para el mercado ¨²nico europeo y para la Europa del Este", se se?ala en el Libro Verde, en el que se acaba explicando que las comunicaciones por sat¨¦lite "constituyen un requisito previo fundamental para la identidad y la coherencia pol¨ªtica y cultural de Europa".
Desde algunos sectores relacionados con las telecomunicaciones se ha manifestado cierta prevenci¨®n no contra la liberalizaci¨®n de las comunicaciones por sat¨¦lite sino ante las consecuencias que pueden derivarse. Carlos Herrera, subdirector de Relaciones con Organizaciones de Sat¨¦lites de Telef¨®nica y representante de Espa?a en las organizaciones internacionales, ha dicho que hace 25 a?os no exist¨ªan las comunicaciones por sat¨¦lite y hoy no podemos imaginarnos la vidws1n ellos.
Televisi¨®n
"El problema de las comunicaci¨®nes por sat¨¦lite es su propio ¨¦xito, y, dado que en general son un buen negocio, aparecen y aparecer¨¢n compa?¨ªas privadas -sobre todo americanas- que ofrecen cobertura en zonas de gran'densidad de tr¨¢fico, como Europa y Am¨¦rica, mientras que ?frica y Asia se quedan desatendidas porque no son negocio", se?ala Herrera.
Verhoef explica que la mayor parte de la capacidad de los sat¨¦lites se dedica a la radiodifusi¨®n (un 46%), mientras que los servicios tradicionales -telefon¨ªaocupan un 44% y los negocios un 10%. La televisi¨®n se ha convertido en una de las principales fuentes de ingresos de los sat¨¦lites. Eutelsat, por ejemplo, obtiene casi el 75% de sus ingresos de la distribuci¨®n de televisi¨®n. En la actualidad se distribuyen 60 canales de televisi¨®n a trav¨¦s de los sat¨¦lites europeos y se estima que para dentro de ocho a?os se podr¨¢n ver unos 100 canales.
Dentro del ¨¢mbito de la televisi¨®n la llamada "televisi¨®n de difusi¨®n directa" o DBS es la estrella de las transmisiones por sat¨¦lite. Los sat¨¦lites DBS permiten recibir en los hogares las se?ales con antenas parab¨®licas de peque?o tama?o (entre 30 a 60 cent¨ªmetros de di¨¢metro). En Europa existen en la actualidad unos 20 canales de televisi¨®n directa que pueden verse desde el TVSAT (Alemania), TDF-1 y 2 (Francia), BSB- 1 y 2 (Reino Unido), Astra (Luxemburgo), Telex (Escandinavia) y Olympus (Agencia Espacial Europea). A finales de 1990 exist¨ªan en Europa 1,8 millones de antenas de televisi¨®n directa por sat¨¦lite instaladas en los hogares. Seg¨²n las previsiones en 1994 habr¨¢ seis millones de antenas de este tipo.
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