La patria vasca
NO DEBEN de haber pasado ni dos a?os desde el d¨ªa en el que un conocid¨ªsimo dirigente de Herri Batasuna (HB), emplazado a definirse sobre el modelo pol¨ªtico que consideraba ¨®ptimo para Euskadi, evocaba a Albania como admirable ejemplo de "conciencia nacional". No fue aqu¨¦lla su mejor tarde, porque a rengl¨®n seguido cit¨® a la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, la ex RDA, como paradigma de desarrollo socioecon¨®mico arm¨®nico. El Aberri Eguna, o D¨ªa de la Patria vasca, ha coincidido este a?o con la disoluci¨®n oficial del Pacto de Varsovia y la celebraci¨®n de las primeras elecciones democr¨¢ticas celebradas en la patria de Enver Hoxha.Tal vez por ello, el lehendakari Ardanza ha recordado a quienes siguen apoyando a ETA que "la conciencia nacional no se impone con amenazas y chantajes: con esos m¨¦todos lo m¨¢s que se consigue es el silencio, el miedo, el odio soterrado que un d¨ªa les estallar¨¢ en las manos". Por otra parte, el propio Ardanza se ha extra?ado de que no haya en el entorno de ETA y HB media docena de personas con la valent¨ªa necesaria para "obligar a parar" a los fan¨¢ticos y exigir el relevo de los dirigentes etarras que han conducido a su movimiento a un "callej¨®n sin salida".
Mensajes similares, aunque con matizaciones significativas en cada caso, fueron em¨ªtidos este pasado fin de semana por los l¨ªderes de los tres partidos nacionalistas democr¨¢ticos, actualmente coligados en el Gobierno aut¨®nomo vasco. Ciertamente, no fue eso lo ¨²nico que dijeron. Pero el hecho de que personas con tan diferentes trayectorias coincidieran en resaltar el rechazo de la violencia como uno de los rasgos de autoidentificaci¨®n colectiva dignos de ser evocados en tan se?alada fecha del santoral nacionalista refleja la evoluci¨®n producida estos ¨²ltimos a?os. Pues hace apenas cinco o seis el Aberri Eguna era m¨¢s bien la ocasi¨®n para proclamar la identidad fundamental de todos los nacionalistas, a despecho de las divergencias que sobre los m¨¦todos, pac¨ªficos o violentos, pudieran existir. Entonces se clamaba contra las extradiciones, ahora se pide mayor eficacia a la polic¨ªa francesa: eso ha cambiado en Euskadi.
Eso y que incluso en la fortaleza del fanatismo parecen abrirse paso algunas voces cautamente cr¨ªticas. Muy cautamente, porque los mismos que se atreven, a insinuar que tal vez habr¨ªa que estudiar la posibilidad de considerar la conveniencia de participar en las instituciones forales declaran que la de ETA es una violencia "subjetivamente justificada", dado que los motivos de sus actores son "altruistas". La cuesti¨®n sigue siendo qui¨¦n manda: Herri Batasuna ya particip¨® en las Juntas Generales -especie de Parlamento provincial de base comarcal y escasa relevancia pol¨ªtica- y el Parlamento Foral de Navarra. Hasta que un buen d¨ªa los jefes de ETA consideraron inconveniente esa participaci¨®n, y se acab¨® el asunto. Algunos parlamentarios que estuvieron en desacuerdo, como Jos¨¦ Antonio Urbiola, se exillaron en Venezuela: ahora se presenta encabezando la lista del PNV por Navarra. Si finalmente HB vuelve a esos foros, alguien deber¨ªa responder de los 10 a?os perdidos. Pero ?qui¨¦n levantar¨¢ la voz?
Seguramente nadie mientras no surja en el seno mismo de ETA alguien capaz de amparar la disidencia. Pero para favorecer ese decantamiento pedido por Ardanza ser¨ªa muy conveniente que tambi¨¦n en el nacionalismo democr¨¢tico se tuviera la valent¨ªa de ir algo m¨¢s all¨¢ de lo que su p¨²blico est¨¢ acostumbrado a escuchar. M¨¢s concretamente, que se abandonase ese tono de dramatismo ("somos un pueblo sojuzgado", dijo Garaikoetxea) o amenaza ("el PNV est¨¢ por la independencia", desliz¨® Arzalluz) que, si bien forma parte de la liturgia del Aberri Eguna, nada tiene que ver con la realidad pol¨ªtica vasca de 1991.
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