La discoteca J¨¢cara cierra para convertirse en un centro comercial

La discoteca J¨¢cara de Madrid cierra sus puertas hoy para en el futuro ser reconvertida en un gran centro comercial, seg¨²n confirm¨® su propietario, Pablo Segundo. Los miles de asistentes a esta sala han podido presenciar en directo los conciertos de numerosos solistas y grupos entre ellos David Bowie, James Brown, Joan B¨¢ez, Mecano, Radio Futura, Eddy Grant y Suzar¨ªne Vega.El cierre se debe a una orden de la junta del distrito de Salamanca, que hab¨ªa precintado el local el 3 de enero pasado por haber organizado en diciembre dos actuaciones musicales en directo sin contar con la correspondiente autorizaci¨®n municipal. Al d¨ªa siguiente, 4 de enero, el precinto fue levantado y la junta concedi¨® un permiso temporal de tres meses para su uso exclusivo como discoteca.

J¨¢cara Plat¨® Madrid, situada en la calle del Pr¨ªncipe de Vergara, abri¨® sus puertas a finales del verano de 1986 como local m ult¨ª disciplinar: sala de proyecci¨®n y de conciertos, discoteca juvenil, punto de reuni¨®n y sede de fiestas y convenciones.

El propietario de J¨¢cara, aue no tiene intenci¨®n de traspasar el local, est¨¢ estudiando varios proyectos de cambio de uso de la sala, pero el que m¨¢s valora es sin duda dedicarlo a actividad comercial. "Puede ser un multicentro con todo tipo de tiendas", sefial¨® Pablo Segundo, que a?adi¨® que est¨¢ gestionando el cambio de uso con Gerencia de Urbanismo.Nueva solicitud denegada

Para el tiempo de transici¨®n entre los distintos usos de la sala, el propietario solicit¨® autorizaci¨®n -que fue denegada ayer mismo- para continuar con la actividad de discoteca en horario de tarde ¨²nicamente los fines de semana. J¨¢cara abre de 19.00 a 22.30 y de 0.30 a 5.00.

Segundo se quej¨® de la actitud de la junta de distrito de Salamanca, que preside Pedro Ortiz, porque, en su opini¨®n, se hicieron las correcciones suficientes para solucionar las deficiencias con el fin de no molestar al vecindario. Pero los vecinos, que eran los denunciantes, no permitieron que entraran en sus casas para medir los decibelios de los conciertos y as¨ª no pudieron demostrar que las deficiencias estaban subsanadas, a?adi¨® Seaundo.