Nicaragua, a la sombra de Sandino
El Gobierno y los l¨ªderes del FSLN colaboraron en un a?o sin guerra y con graves problemas econ¨®micos
ENVIADO ESPECIAL, Un joven soldado est¨¢ en la cola del autob¨²s en una parada del centro de Managua, a pocas manzanas de distancia del Ministerio del Interior, de donde, ha desaparecido el orwelllano r¨®tulo de Centinela de la alegr¨ªa del pueblo. Es el ¨²nico uniformado entre los cientos de personas que pasan por all¨ª a esa hora de la ma?ana, y confiesa que no se sum¨® a la desmovilizaci¨®n ordenada por el Gobierno de Violeta Chamorro porque, ahora que no hay guerra, es m¨¢s seguro el trabajo en el todav¨ªa Ej¨¦rcito Popular Sandinista (EPS) que sumar se al ej¨¦rcito de desempleados del que forma parte casi la mitad de la poblaci¨®n activa.
Los ¨²nicos s¨ªmbolos externos del sandinismo que permanecen son el horrible monumento al obrero internacional -una masa de hierro con la que nadie sabe qu¨¦ hacer ahora- y una silueta de Sandino que sobrevive en el mismo punto en que el famoso general fue asesinado. Sandino se ha convertido, aunque con interpretaciones diferentes, en el punto de encuentro en la historia de Nicaragua entre el antiguo y el nuevo Gobierno.
Tal vez ha sido la sombra de Sandino la que ha protegido durante un a?o, m¨¢s que la convivencia, la colaboraci¨®n entre el Gabinete de Violeta Chamorro y los antiguos gobernantes sandinistas.
Un Ortega en el Ej¨¦rcito
El signo m¨¢s elocuente de esa colaboraci¨®n es el mantenimiento del general Humberto Ortega al frente del Ej¨¦rcito, donde ha respaldado en todo momento las directrices de la presidenta, ya sea para reducir sus fuerzas de 75.000 a 28.000 hombres, o para responder con energ¨ªa contra los huelguistas sandinistas cuando la situaci¨®n lo exig¨ªa.
Junto a la desmovilizaci¨®n del ej¨¦rcito sandinista, que lleg¨® a ser en enero de 1990 de casi 100.000 hombres, las principales conquistas del primer a?o de Violeta Chamorro han sido la finalizaci¨®n de la guerra, la incorporaci¨®n de los combatientes de la Contra a la vida civil y la consolidaci¨®n de una plena democracia. Para un pa¨ªs que despu¨¦s de liberarse de una larga dictadura din¨¢stica se hundi¨® durante 10 a?os en una guerra que cost¨® m¨¢s de 30.000 muertos, el hecho de que durante 12 meses no hayan sonado los fusiles es un verdadero milagro, conseguido gracias a la pol¨ªtica de reconcilia ci¨®n aplicada por el Gobierno.
Reconciliaci¨®n
Algunos de los ejemplos de est reconciliaci¨®n son tan claros como la participaci¨®n del comandante Franklin, ex jefe de Resistencia Nicarag¨¹ense, en un programa del Ministerio del Interior, donde tiene un despacho pr¨®ximo al del sandinista Ren¨¦ Vivas, o como el nombramiento del comandante Rub¨¦n, n¨²mero dos de la Contra, como viceministro.
La reconciliaci¨®n se ve favorecida por el sistema de libertades vigente. "Hemos logrado poner en marcha un r¨¦gimen de plenas libertades ciudanas, de democracia en el m¨¢s puro sentido de la palabra. Estamos empe?ados en la construcci¨®n del Estado de derecho", afirma el presidente del Parlamento, Alfredo C¨¦sar, segundo hombre fuerte del pa¨ªs despu¨¦s de su pariente y ministro de la Presidencia, Antonio Lacayo, yerno de Violeta Chamorro.
Paz y democracia no han sido, sin embargo, razones suficientes para que Nicaragua deje de ser todav¨ªa una naci¨®n turbulenta. Huelgas, barricadas, ocupac¨ªones de centros oficiales, ayunos... se han hecho parte de la vida cotidiana en Nicaragua, por culpa, principal rrien te, de la angustiosa situaci¨®n econ¨®mica.
Paro y devaluaci¨®n
Desde ese punto de vista, lo cierto es que Nicaragua no est¨¢ mejor que hace un a?o. El desempleo ha crecido, los salarios medios no soprepasan los 20 d¨®lares (2.000 pesetas) al mes, la producci¨®n agr¨ªcola no se ha reactivado y la moneda se ha seguido devaluando varias veces por mes. Se puede citar como ejemplo que el billete de 1,0 millones de c¨®rdobas de meses atr¨¢s sigue en circulaci¨®n, pero tiene hoy un valor de dos c¨®rdobas, algo as¨ª como 30 pesetas. La inflaci¨®n en 1990 fue del 10.000%.
Las huelgas, pese a servir en ocasiones los intereses pol¨ªticos de los sandinistas, noson simplemente una estrategia de desestabilizaci¨®n de los antiguos gobernantes. Hasta el secretario general del sindicato oficialista, Jos¨¦ Espinoza, de la Confederaci¨®n ?nica de Trabajadorm, reconoce que "algunos trabajadores comienzan a sufrir hambre".
El pasado 3 de marzo, el Gobierno puso en marcha un nuevo plan que pretende poner orden de una vez en su econom¨ªa. Al presentarlo, Anton:.o Lacayo dijo que, si fracasa, el Gobierno renunciar¨¢. "Si fracasa, nos vamos todos", fueron sus palabras.
"Hemos tomado las medidas correctoras m¨¢s urgentes para estabilizar la econom¨ªa y favorecer el crecimiento", af ?rma Alfredo C¨¦sar. El primer resultado de este plan ha sido per ahora el sostenimiento de la nueva moneda, el c¨®rdoba oro, durante m¨¢s de un mes sin devaluaciones.
Pero este plan, como todos los anteriores, est¨¢ cendenado a fracasar si no llega un r¨¢pido y generoso financiamiento externo. Hasta ahora Nicaragua s¨®lo ha recibido los 250 millones de d¨®lares prometidos por Estados Unidos tras la victoria de Chamorro, y algunas ayudas menores, corno los cinco millones de d¨®lares entregados por Espa?a para facilitar la desmovilizaci¨®n del Ej¨¦rcito.En tinas pocas semanas m¨¢s, Nicaragua necesita que, descartada cualquier forma de cooperaci¨®n de los pa¨ªses del Este de Europa, los pa¨ªses amigos de la CE, Estados Unidos, Jap¨®n, Corea, Taiwan, Venezuela y M¨¦xico se pongan de acuerdo para juntar la cifra de 350 millones -de d¨®lares., con los que el Gobierno nicarag¨¹ense se pondr¨ªa al d¨ªa en sus pagos con los organismos internacionales de cr¨¦dito y podr¨ªa aspirar a nuevos pr¨¦stamos tanto del Banco Interamericano de Desarrollo como del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Pese a todo el avance hecho en el ter-reno de la reconciliaci¨®n, la situaci¨®n pol¨ªtica interna tampoco es muy halag¨¹e?a. El Gobierno de Violeta Chamorro -tal vez ella menos que su Gabinete- ha perdido respaldo popular por su entendimiento con los sandinistas.
Acusaciones
Algunas de las acusaciones que le lanzan sus adversarios, como las de nepotismo o abandono de las bases que le llevaron a la victoria, no son del todo gratuitas. Si se hecha un vistazo a la lista de represeritaciones diplom¨¢ticas de Nicaragua en el exterior, se ver¨¢ la enorme influencia de la familia Chamorro y sus allegados.
Parad¨®jicamente, la principal voz, de oposici¨®n a Violeta Chamorro es su vicepresidente, Virgilio Godoy, que ha sido totalmente apartado de las labores de Gobierno y se ha convertido en el portavoz de todos los decepcilonados por la gesti¨®n presidencial, entre ellos, casi la mitad (le los partidos que forrnan parte de la Uni¨®n Naciorial Opositora.
Hay una sensaci¨®n de frustraci¨®n de mucha gente que no votar¨ªa hoy por los partidos controlados por el Gobierno", asegura Godoy, que cumple con su trabajo desde un modesto despacho situado en una librer¨ªa de Managua.
En opini¨®n de ¨¦ste, una de las pr¨ªncipales causas de esa frustraci¨®n es la pol¨ªtica de borr¨®n y cuenta nueva aplicada por Violeta Chainorro en relaci¨®n con el pasado r¨¦gimen sandinista. -Aqu¨ªnadie est¨¢ interesado en averiguar a cu¨¢nto ascienden las fortunas de los sandinistas", dice. El inter¨¦s del d¨²o LacayoC¨¦sar, ambos fr¨ªos tecn¨®cratas no exentos de ambiciones pol¨ªticas, es otro. Su propuesta es m¨¢s bien la de crear un clima de entendimiento nacional -obligatoriamente pactado con ciertos sectores sandinistas- para que su prog rama econ¨®mico funciorie y laempresa llamada Nicaragua sea viable.
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