Yo estuve dentro del reactor
La URSS permite a la Prensa el acceso a la central de Chern¨®bil despu¨¦s de la mayor cat¨¢strofe nuclear de la historia
Al entrar en el bloque del reactor 4 lo primero que sorprende es la corriente de aire. Es algo que le hace a uno dudar inmediatamente de la consistencia del sarc¨®fago. Esta construcci¨®n de acero y cemento se edific¨® alrededor del reactor en unos pocos meses tras el desastre de 1986, para impedir que continuara la expansi¨®n de la radiactividad que hab¨ªa quedado en su interior.Las condiciones en que se construy¨® fueron dif¨ªciles. Los niveles de radiaci¨®n de varios roentgen a la hora s¨®lo permit¨ªan a los trabajadores permanecer un d¨ªa, para no sobrepasar la dosis tolerable de 25 roentgen en el transcurso de una vida. Sin embargo, eso ocurri¨® a menudo, sin que el empleo de equipos dirigidos por control remoto lo impidiera.
El trabajo ten¨ªa que hacerse r¨¢pidamente. Los restos del reactor vert¨ªan a la atm¨®sfera m¨¢s radiactividad cada d¨ªa de la que fue liberada en total durante los accidentes de Windscale (Reino Unido) o Harrisburg (EE UU). Por ello, hay pocas dudas de que la construcci¨®n dista mucho de ser perfecta.
Error fatal
Pero el t¨¦rmino no-herm¨¦tico que las autoridades sovi¨¦ticas emplean para la situaci¨®n actual, subestima la realidad. En el curso de mi visita al sarc¨®fago, localic¨¦ varios agujeros en la estructura que me permit¨ªan ver claramente el exterior. Las zonas peores se encuentran en la cubierta del edificio. Un nivel de radiaci¨®n de 4 roentgen a la hora -la exposici¨®n durante 6 horas es suficiente para alcanzar la cuota tolerable de una vida entera- hace que la inspecci¨®n de esta parte del edificio sea imposible. Lo que s¨ª se me permiti¨® ver es la sala de control del primitivo reactor. Aqu¨ª fue donde hace cinco a?os tuvo lugar un experimento que desemboc¨® en el desastre. De noche, porque no hab¨ªa autorizaci¨®n alguna. No deja de resultar sarc¨¢stico el que el experimento en cuesti¨®n tuviera por objeto probar la seguridad del reactor.
Alguien quiso descubrir durante cu¨¢nto tiempo podr¨ªan las turbinas abastecer de energ¨ªa al sistema de refrigeraci¨®n si la fuente de energ¨ªa del exterior fuera cortada. Por razones de seguridad, el operador hizo descender la capacidad del reactor, pero demasiado para hacer posible el experimento. A continuaci¨®n cometi¨® el error fatal. Para corregir la maniobra retir¨® todos los mecanismos de control del reactor, eliminando as¨ª toda restricci¨®n en el proceso. En ese momento las turbinas giraban demasiado lentamente para alimentar el sistema de refrigeraci¨®n con la energ¨ªa necesaria. La temperatura en el n¨²cleo del reactor se elev¨® en cuesti¨®n de segundos, y ¨¦ste se fundi¨® y finalmente explot¨®.
Los mismos paneles donde se cometieron los errores fatales se hallan ahora cubiertos de polvo radiactivo. En medio de la sala queda una enorme caja con arena. Todav¨ªa queda algo del p¨¢nico que debi¨® asfixiar a los presentes flotando en el ambiente.
La cantidad de radiactividad que se desprende del sarc¨®fago diariamente es cinco veces la que un reactor puede liberar en Occidente como m¨¢ximo. La mayor parte de ella sale del edificio a trav¨¦s de los agujeros del techo. Fuertes corrientes de convecci¨®n, creadas por el n¨²cleo del reactor, todav¨ªa caliente, la propulsan hacia arriba.
En el interior del sarc¨®fago qued¨® un 95% del combustible nuclear que hab¨ªa en el momento del accidente. Un 10% del mismo se halla presente en forma de polvo radioactivo. Si el sarc¨®fago se viniera abajo, ello significar¨ªa la liberaci¨®n del doble de radiactividad que la que el incendio extendi¨® por Europa en 1986. Desgraciadamente, tal posibilidad no es una ficci¨®n. Las paredes de cemento del sarc¨®fago son inestables y sensibles a los temblores. La propia Ucrania no es un ¨¢rea s¨ªsmica activa, pero los temblores ocasionados por un terremoto en Armenia o en los Balcanes tienen la fuerza suficiente para echar abajo chimeneas de industrias en Chern¨®bil.
"Aun cuando el sarc¨®fago permanezca donde est¨¢, pueden pasar muchas cosas", dice Yuli Andreev, de Spetsatom, una empresa dedicada a la investigaci¨®n en operaciones de desmantelamiento. "Los restos del reactor incendiado nunca se han reforzado. Un trozo de la cubierta del antiguo reactor, de 2.000 toneladas de peso, cuelga como de un hilo. Si se derrumbara, el polvo radioactivo levantado se escapar¨ªa por los agujeros de la estructura."
Durante mi expedici¨®n por el edificio puedo ver grietas por todas partes. Al exterior se ve c¨®mo la explosi¨®n ha afectado a los edificios pr¨®ximos al reactor. La base del edificio parece s¨®lida a primera vista. En ella se halla el grueso del combustible nuclear que se hundi¨® all¨ª con la forma de una masa cristalina, llamada pie de elefante. Esta masa cristalina se form¨® durante el incendio, al arrojar arena y carburo de boro sobre el combustible fundido. Todo se coagul¨® en forma de gran bloque de cristal. Si alguien tratara alguna vez de extraer el combustible nuclear del reactor, tendr¨ªa que saber exactamente d¨®nde termina.
Cient¨ªficos de Mosc¨² y Leningrado han estudiado intensivamente los restos radioactivos del reactor. A trav¨¦s de las paredes de cemento de la base, en una sala que se me permite visitar, se han tomado muestras del pie de elefante. A partir de las descripciones de c¨®mo tuvo lugar el experimento, puedo llegar a la conclusi¨®n de que las autoridades aprendieron muy poco del desastre.
Sin trajes especiales
Los trabajadores que tuvieron que recoger las muestras lo hicieron sin equipos de control remoto. Tampoco llevaban trajes especiales que les protegieran de las radiaciones. Solamente un escudo de metal les separaba del plutonio contenido en la masa v¨ªtrea, y no eran raros los niveles de radiaci¨®n por encima de 10 roentgen a la hora. En el momento de producirse mi visita la radiaci¨®n hab¨ªa ca¨ªdo hasta un nivel de s¨®lo 0,1 roentgen por hora; suficiente para limitar la visita a esta sala a tan s¨®lo unos minutos.
Aparte del combustible nuclear, tambi¨¦n se han tomado muestras de las paredes de cemento que lo circundan, para ver si la continua radiaci¨®n desgasta la estructura desde el interior. Expertos en materiales, del Centro de Investigaci¨®n At¨®mica de la ciudad alemana de Juelich, afirman que la fiabilidad de la construcci¨®n no se ve afectada por este hecho. Sin embargo, expertos ucranianos dicen que 1.000 metros cuadrados de las paredes de cemento se han visto ya ablandados por la radiaci¨®n.
Partiendo de dos grupos, las soluciones al problema de las filtraciones del sarc¨®fago se hallan en camino. T¨¦cnicos del Centro Nuclear de Chern¨®bil est¨¢n trabajando sobre el dise?o de un nuevo sarc¨®fago, hecho de cemento, como el actual, o de titanio. En ambos casos los restos inestables del reactor se reforzar¨¢n llen¨¢ndolos de cemento. Tambi¨¦n los cimientos ser¨¢n reforzados. Partes ligeramente contaminadas del edificio, como la sala de turbinas, ser¨¢n desmanteladas. Pero los escombros originados deben considerarse como desechos nucleares, para los que los sovi¨¦ticos no tienen lugares adecuados de enterramiento.
La inexistencia de un lugar para enterrarlos hace de la segunda opci¨®n de desmantelar completamente el sarc¨®fago algo dudoso. El reactor de Chern¨®bil es una construcci¨®n gigantesca. La cantidad de desecho que resultar¨ªa de desmantelar el bloque 4 entero exceder¨ªa en muchas veces el total de desechos nucleares producidos por las cuatro estaciones generadoras de Chern¨®bil. Aun cuando las posibilidades sean escasas, los expertos del Spetsatom trabajan sobre ello.
Seg¨²n Yuli Andreev, uno de sus directores, el desmantelamiento puede tener lugar totalmente con la ayuda de robots de control rernoto, evitando as¨ª la exposici¨®n de personas. Los robots que me han mostrado en una sala especial, sin embargo, dan una impresi¨®n que dista de ser convincente. Simplernente el recoger un tabo de pl¨¢stico parece ya una tarea complicada para el robot.
Pero hay otro Factor que reducir¨¢ a¨²n m¨¢s las posibilidades de desmantelamiento. Los alt¨ªsimos niveles de radiaci¨®n del interior del reactor, que a veces sobrepasan los 10.000 roentgen por hora, ser¨ªan demasiado para los componentes electr¨®nicos de los robots.
Los sovi¨¦ticos han encarado este problema antes, cuando, tras el desastre de 1986, intentaron limpiar la zona con veh¨ªculos Lunachod de alunizaje. Estos veh¨ªculos de control remoto resistieron entre 15 minutos y d¨ªa y medio solamenle. 650.000 personas, la mayor¨ªa soldados, hubieron de reemplazarlos. Cada uno pod¨ªa trabajar s¨®lo unos cuantos minutos en la zona, dados los niveles de radiaci¨®n.
Plutonio en Estocolmo
Si durante el desmantelamiento del bloque 4 los robots vuelven a fallar, es muy probable que todo esto se repita. Aparte de ello, el desmantelamiento va a ser una operaci¨®n muy costosa. Cada robot cuesta f¨¢cilmente varios cientos de miles de d¨®lares.
Y todav¨ªa pueden surgir m¨¢s problemas. Una vez situados los elementos de combastible en el inter¨ªor del reactor, los sovieticos est¨¢n seguros de que la as¨ª denominada masa cr¨ªtica, una concentraci¨®n de combustible nuclear que podr¨ªa llevar a una explosi¨®n, no puede fermarse en el momento actual. Seg¨²n advirtieron los expertos alemanes en seguridad de reactores, tal peligro puede aparecer a partir de la compresi¨®n de los elementos de combustible, durante el desmantelamiento, o si se derrumba parte de la construcci¨®n. Para evitar esto, el material nuclear debe extenderse de alguna forma, antes de que se inicie la operaci¨®n. La cuesti¨®n es c¨®mo hacerlo. Los t¨¦cnicos del institutc de desmantelamiento Decom, con base en el Ministerio de Energ¨ªa At¨®mica, en Mosc¨², d¨ªcen que se han lanzado ideas para volar toda la construcci¨®n y, recoger los escorribros radiactivos despu¨¦s. La contaminaci¨®n que se originar¨ªa con esta medida ser¨ªa inmensa, pero, aun as¨ª, menor de la que se producir¨ªa con una explosi¨®n nuclear. "En tal caso encontrar¨ªamos plutonio hasta en Estocolmo", dice VIad¨ªmir Kremnev, del Decom. La propuesta ha sido desestimada, afortunadamente.
En mayo se debe elegir entre el desmantelamiento total y la construcci¨®n de una nueva cubierta. Teniendo en cuenta la falta de medios tecnol¨®gicos y de un lugar de enterramiento seguro para los desechos nucleares, la ¨²ltima opci¨®n es la Favorita. De cualquier forma, la sustituci¨®n del sarc¨®fago solo puede ser una soluci¨®n temporal. En el interior del edificio hay grandes cantidades de plutonio que permanecer¨¢n activas durante varios miles de a?os. Como no hay, construcci¨®n que pueda cubrir un per¨ªodo as¨ª, la cubierta tendr¨¢ que reconstruirse varias veces, liberando una enorme cantidad de desechos radioactivos cada vez.
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