Un accidente 40 veces peor que la bomba de Hiroshima

Los cient¨ªficos no saben hasta cu¨¢ndo y c¨®mo se manifestar¨¢n los efectos de una explosi¨®n nuclear que expuls¨® de 30 a 40 veces m¨¢s material radiactivo que las bombas de Hiroshima y Nagasaki. Esta vez no es s¨®lo una guerra pol¨ªtica de cifras. Seg¨²n el Gobierno sovi¨¦tico, 576.000 personas corren el riesgo de contraer c¨¢ncer y otras enfermedades como consecuencia de la radiaci¨®n, pero otras estimaciones elevan esa cifra a cuatro millones, no s¨®lo en la URSS, sino en otras zonas distantes de Europa.

Un vecino de Chern¨®bil estaba en el tejado de su casa tomando el sol, a ocho kil¨®metros de la central at¨®mica, el s¨¢bado 26 de abril de 1986. En un instante se puso de color marr¨®n, sufri¨® lo que despu¨¦s se ha llarnado moreno nuclear. A las pocas horas se le llevaron en ambulancia, con v¨®mitos incontrolados junto a ¨¦l, sus vecinos estaban tosiendo, vomitando y quej¨¢ndose de dolores de cabeza y con un sabor met¨¢lico en la boca.En el accidente y las operaciones inmediatas murieron 31 personas y aproximadamente 10.000 han fallecido ya como consecuencia de las radiaciones recibidas, seg¨²n VIadimir Chernousenko, director cient¨ªfico de la zona de exclusi¨®n alrededor del reactor.

Durante los primeros d¨ªas despu¨¦s de la cat¨¢strofe fuoron evacuadas de la zona 135.000 personas y nadie sabe con exactitud a qu¨¦ nivel de radiaci¨®n estuvieron expuestos. El accidente fue una bomba de efecto a largo plazo y seguramente sigue matando. La nube contaminada procedente de la explosi¨®n se extendi¨® por el hemisferio norte, registr¨¢ndose en aquellos d¨ªas niveles an¨®malos de radiaci¨®n a miles de kil¨®metros de Ucrania, desde Europa occidental hasta China.

Los cient¨ªficos que intentan averiguar qu¨¦ s¨ªntomas cabe esperar en las personas de Chern¨®bil o en sus descendiente, est¨¢n recurrierido a las investigaciones sobre la poblaci¨®n de Hiroshima y, Nagasaki y a los experimentos con animales en laboratorios, pero la situaci¨®n sin precedentes y los escases estudios dados a conocer impiden adjudicar con certeza a la radiaci¨®n las muertes que se est¨¢n registrando en la zona.

Seg¨²n la organizaci¨®n ecologista Greenpeace, 500.000 personas morir¨¢n en los pr¨®ximos 70 a?os por causas relacionadas con el accidente nuclear. La estimaci¨®n oficial sovi¨¦tica reduce esa cifra a 40.000 y la Agencia Internacional de Energ¨ªa At¨®mica, a 24.000.

Las radiaciones destruyen las defensas del cuerpo, haci¨¦ndolo m¨¢s fr¨¢gil a cualquier tipo de agresi¨®n, y los m¨¦dicos que atienden a la poblaci¨®n de Chern¨®bil han detectado cambios en la composici¨®n de la sangre de las personas que a¨²n trabajan en la central. "Si coges de la mano a alguien, sabes que es de la planta nuclear porque tiene las palmas demasiado h¨²medas, casi mojadas", ha comentado recientemente Helena Kholod, m¨¦dico de un hospital de Chern¨®bil, al diario londinense The Times.

En la regi¨®n se han observado malformaciones en animales. Los productos de la tierra y, las aguas est¨¢n contaminados y, es peligroso, incluso, pisar la hierba. Aunque lasautoridades aseguran que las mujeres que estaban embarazadas en la zona del accidente en abril de 1986 dieron a luz normalmente, se ha recomendado oficialmente a la poblaci¨®n no tener hijos, porque nadie sabe si aparecer¨¢n alteracl ones gen¨¦tIcas en los descendientes de quienes estuvieron y est¨¢n a¨²n en la zona contaminada.

M¨¢s de cuatro millones de personas viven en ¨¢reas de Ucrania, Bielorrusia y Rusia con niveles de radiaci¨®n inaceptables en laboratorios occidentales y, seg¨²n el parlamentario VIadimir Yavorivsky, 1.700.000 personas, incluidos 336.000 ni?os, est¨¢n viviendo en algunas de las zonas m¨¢s contaminadas. Uno de cada diez corre el riesgo de norir por la radiaci¨®n. "Hay que imaginarse un cementerio con 33.000 tumbas infantiles", ha dicho.

Vivir junto a la central

La Organizaci¨®n Mundial de la Salud discute un gran programa para atenuar las consecuencias del accidente, sobre todo los problemas de leucemia y hematol¨®gicos. Un informe elaborado el pasado a?o por m¨¢s de 100 expertos de diversas organizaciones internacionales independientes y de las Naciones Unidas, se har¨¢ p¨²blico en Viena el pr¨®ximo 21 de mayo, informa Vivianne Schnitzer.

Unas 14.000 personas viven a la sombra del sarc¨®fago del reactor o trabajan en la planta, incluidos los cient¨ªficos que continuan investigando lo sucedido. Otras 1.200 se negaron a abandonar su casa o han regresado a la zona de exclusi¨®n porque prefieren seguir donde han vivido siempre y all¨ª reciben suministros dos veces por semana, dado que no pueden comer nada de lo que les rodea ni beber su agua. S¨®lo se ha autorizado el regreso a personas mayores de 65 a?os.

A pesar de todo, los otros tres reactores de la planta de Chern¨®ll siguen produciendo electricidad (hasta su desmantelamiento previsto para 1995) y 16 reactores m¨¢s del mismo tipo funcionan en cinco localidades sovi¨¦ticas. Los responsables, que hab¨ªan paralizado las obras de otras centrales en el pa¨ªs, piensan poner en funcionamiento 12 nuevas plantas nucleares, de tama?o medio, antes del a?o 2000.