Josep Pernau: "Un periodista debe ser insensible a los halagos del poder"
Josep Pernau es un hombre t¨ªmido y socarr¨®n. Casi siempre sonr¨ªe, pero se pone serio al o¨ªr la pregunta: ?Qu¨¦ es lo que no debe hacer nunca un periodista? Se lo piensa y responde: "Un periodista debe ser insensible a los halagos del poder".
El premio Ortega y Gasset lo ha recibido por Primavera en el Este, un extenso trabajo sobre la Europa ex comunista que describe c¨®mo se vivi¨® a ras de suelo un cambio hist¨®rico. Para hacer m¨¢s accesible al p¨²blico la categor¨ªa -el desmoronamiento de un sistema- Pernau recurri¨® muchas veces a la an¨¦cdota:
"?Y c¨®mo se puede reciclar un profesor de marxismo leninismo?', pregunt¨¦ en Varsovia. Recib¨ª una respuesta original: 'Puede emplearse como croupier en el casino del hotel Marriott".
El cronista -como se autodenomina Pernau a lo largo de la serie- incluy¨® tambi¨¦n chistes que le hab¨ªan contado. Al fin y al cabo, el chiste no es m¨¢s que una an¨¦cdota creada por una mente imaginativa:
"El revisor descubre [en Sof¨ªa] a una mujer sin billete en un tranv¨ªa. 'Lo he tirado', se excusa ella. 'Y por qu¨¦ lo has tirado si vale 0,06 levas? ?Te crees que es como el carnet del partido comunista?".
"La an¨¦cdota llega m¨¢s a la gente", argumenta Pernau. "Si cada d¨ªa encontr¨¢ramos las adecuadas, conectar¨ªamos mejor". Asegura que en su columna diaria trata de incluirlas, aunque lo que define realmente esas piezas es la iron¨ªa, una agridulce socarroner¨ªa que "todav¨ªa hay gente que interpreta mal a pesar de que llevo diez a?os escribiendo esas piezas".
No es el cuarto poder
Los ataques que ¨²ltimamente recibe la prensa desde el poder mueven a Pernau a la reflexi¨®n. "Nunca he cre¨ªdo que la prensa sea el cuarto poder", dice. "Los periodistas tenemos cierta influencia social, pero no poder. Y es esa influencia lo que intentan limitar los que realmente tienen el poder". Asegura que no hay que perder los nervios. "Yo, la verdad, no me siento amenazado. Y de amenazas s¨¦ bastante porque tengo una carpeta llena".
Son an¨®nimos que recibi¨® sobre todo durante su primera etapa de director de Diario de Barcelona, de 1974 a 1977, cuando el franquismo se descompon¨ªa. "Algunas cartas simplemente conten¨ªan insultos. Pero otras hac¨ªan alusiones muy preocupantes. Una me recordaba que cuando mi hijo sal¨ªa de casa para ir al colegio a¨²n era oscuro en la calle". En aquella ¨¦poca, algunos diarios eran aut¨¦nticos parlamentos de papel al dar cabida a opiniones que no ten¨ªan un Parlamento real donde expresarse. La prensa recib¨ªa entonces elogios de gente que ahora la critica.
Pernau empez¨® a escribir en diarios en 1954. "Entonces, el periodismo estaba muy poco profesionalizado. Muchos redactores ten¨ªan un puesto en el Ayuntamiento o en el Gobierno Civil", de donde recib¨ªan principalmente sus ingresos. A su generaci¨®n le toc¨® situar el periodismo en la categor¨ªa de profesi¨®n. Ganarse la vida exclusivamente con el trabajo en los diarios era algo tan fundamental que cuando unos cuantos periodistas crearon en 1966 el Grupo Democr¨¢tico establecieron este requisito como condici¨®n inexcusable para entrar en ¨¦l.
Josep Pernau recibi¨® d¨ªas atr¨¢s el premio Ciudad de Barcelona y va a ser galardonado hoy con el Ortega y Gasset. "Son los dos premios m¨¢s importantes que pod¨ªa obtener. Uno lo interpreto como el aliento de mi entorno m¨¢s inmediato. El otro es un reconocimiento m¨¢s amplio. Al recibirlos pienso que ha valido la pena dedicar 37 a?os al periodismo". Y d¨¢ndole la vuelta al dicho que asegura que lo importante en periodismo es retirarse a tiempo -acu?ado por los que utilizan esa profesi¨®n para medrar en otras ¨¢reas- agrega: "Lo importante en periodismo no es retirarse a tiempo, sino continuar".
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