El hospital de los l¨ªos
El Gregorio Mara?¨®n concentra muchos de los problemas de la sanidad p¨²blica espa?ola
Un hospital de 2.600 camas, cuando el n¨²mero ¨®ptimo es de 600, tiene todas las posibilidades de tener problemas. Eso le ocurre al Gregorio Mara?¨®n, el centro sanitario m¨¢s grande de Europa y el ¨²nico que gestiona la Comunidad de Madrid. Desde la noche negra en que murieron sin atenci¨®n dos enfermos en urgencias hasta la huelga de celo que colapsa los ingresos, adem¨¢s de esc¨¢ndalos pol¨ªticos y sanitarios, este hospital une lo mejor y lo peor de la sanidad p¨²blica. Joaqu¨ªn Leguina, presidente regional, lleg¨® a decir que "todo tiene soluci¨®n, menos el Gregorio Mara?¨®n".
Este hospital, donde m¨¢s trasplantes se realizan en Espa?a seg¨²n sus propios m¨¦dicos, ha conjugado ¨¦xitos en las ramas m¨¢s avanzadas de la medicina con la posibilidad de que un paciente se muera en urgencias sin atenci¨®n o en las salas del posoperatorio por falta de cuidados de enfermer¨ªa, como explic¨® un miembro de la Federaci¨®n de Sindicatos M¨¦dicos (Fesime).Este centro atiende a los casi 800.000 habitantes del ¨¢rea sanitaria n¨²mero 1, que comprende los distritos de Vallecas, Vic¨¢lvaro, Retiro, Moratalaz y las poblaciones de Arganda del Rey, Villarejo de Salvan¨¦s y Morata de Taju?a, entre otras. El l¨ªmite de la Ley General de Sanidad esta fijado en 250.000 personas.
Su situaci¨®n es semejante a la de otros hospitales p¨²blicos madrile?os, pero la gesti¨®n depende de la Consejer¨ªa de Salud, no del Insalud, y la pol¨ªtica de personal, de la Consejer¨ªa de Funci¨®n P¨²blica, lo que ha dificultado la soluci¨®n de la actual huelga de celo. Esta protesta con medidas de optimizaci¨®n, como la llaman los m¨¦dicos que la llevan a cabo, comenz¨® el pasado 8 de febrero en demanda de un incremento en el pago de las guardias. Consiste en atender al enfermo seg¨²n el reglamento, que estos m¨¦dicos consideran "muy mal dise?ado".
Si antes del 8 de febrero el mastod¨®ntico hospital estaba atestado de enfermos, s¨®lo unas semanas despu¨¦s el centro es presa del caos: la lista de espera se dispara y las urgencias no dan abasto para atender a los usuarios que llegan, unos 400 cada d¨ªa. A finales de febrero, las ambulancias tuvieron que prestar su camillas al hospital para alojar a los enfermos que transportaban.
Y cosas menos graves
Adem¨¢s de estas cuestiones, de la noche negra y la posterior huelga general, ha habido problemas menos graves. En diciembre del pasado a?o, los enfermos sujetos a di¨¢lisis completaron su tratamiento d¨¢ndole a la manivela, porque el servicio qued¨® sin corriente el¨¦ctrica. En octubre de 1989, varios pacientes denunciaron que hab¨ªan encontrado cucarachas y gusanos en su comida. La bichos entraron, seg¨²n los trabajadores, por las obras.Pedro Sabando, consejero de Salud, ha explicado que la inversi¨®n en obras ha sido de 10.000 millones de pesetas en cuatro a?os. "Nos encontramos un hospital muy grande, pero que estaba muy mal. No pod¨ªamos deshacernos de ¨¦l, as¨ª que tuvimos que hacer obras", argumenta el consejero.
Las obras hac¨ªan falta, como demuestra el hecho de que el 22 de noviembre de 1988 se cayera sobre un paciente el techo de la unidad de nefrolog¨ªa, inundado por la rotura de una tuber¨ªa. Sin embargo, el coste pol¨ªtico de este dinero ha sido grande. Fuentes pr¨®ximas a la consejer¨ªa admiten que incluso el presidente regional, Joaqu¨ªn Leguina, ha apuntado que hubiera sido m¨¢s popular dedicar ese dinero a obras de infraestructura o transporte. A principios de abril de este a?o, Leguina afirm¨®: "En sanidad todo tiene soluci¨®n, menos el Gregorio Mara?¨®n". Los huelguistas le indicaron un arreglo: privatizar el hospital.
Falt¨® a la inauguraci¨®n
Leguina no asisti¨® el 26 de abril a inaugurar los siete nuevos quir¨®fanos, donde, seg¨²n estos m¨¦dicos, se han descubierto varias deficiencias, cucaracha incluida, en las ¨²ltimas semanas.Todas las denuncias son negadas sistem¨¢ticamente por el director gerente del hospital, Francisco Abad Cavaco. Lleg¨® incluso a decir en enero de 1989 que no hab¨ªa camas en los pasillos del hospital, y el 14 de ese mes, este peri¨®dico publicaba una foto con pacientes encarnados en los pasillos, imagen reproducida en las p¨¢ginas de sociedad este mi¨¦rcoles.
Abad aprovech¨® las obras de la unidad de presos para repartir a los reclusos por las plantas, por lo que ahora m¨¢s de 100 polic¨ªas se distribuyen por el centro para vigilarlos. Tal vez la pr¨®xima inauguraci¨®n sea la nueva unidad de presos reclamada por los agentes y los enfermos que comparten habitaci¨®n con reclusos.
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