Arantxa no pudo repetir la magia de 1989
Arantxa S¨¢nchez Vicario no pudo repetir su tarde m¨¢gica de 1989 en la final femenina de Roland Garros. M¨®nica Seles (Yugoslavia), la n¨²mero uno mundial, la derrot¨® por 6-3 y 6-4 en una hora y 29 minutos. El partido s¨®lo tuvo la intensidad del de hace dos a?os en el ¨²ltimo juego, que se prolong¨® durante 19 minutos. Arantxa tuvo cuatro ocasiones para romper el servicio de Seles y colocarse con 5-5, y s¨®lo se dobleg¨® en la cuarta pelota de partido de la yugoslava. Arantxa se llevar¨¢ un total de 23,8 millones de pesetas por ser finalista en individuales y semifinalista en dobles femeninos y mixtos. Seles, que tambi¨¦n gan¨® el torneo en 1990, recibi¨® 41 millones.
Arantxa no pudo cerrar el mejor torneo de su vida con su segundo triunfo en Roland Garros. Tuvo sus oportunidades, estuvo muy cerca de conseguirlo, pero fall¨® en tres momentos claves. Con 21 en el primer set se desconcentr¨® al discutir con el juez de silla una bola dudosa; con 4-1 a su favor en la segunda manga no acert¨® con los golpes ganadores; y con 4-5, Seles no la dej¨® aprovechar las cuatro bolas de que dispuso para igualar a cinco.Si lo hubiera conseguido, otro partido habr¨ªa comenzado ' porque la yugoslava comenzaba a dar muestras de fatiga. Seles se vaci¨® para conseguir remontar ese 4-1. Pero es la n¨²mero uno y lo demostr¨® arriesgando al m¨¢ximo al final. Sab¨ªa que no pod¨ªa permitirse que el partido se alargase m¨¢s.
Arantxa comenz¨® el partido a toda velocidad, como hab¨ªa jugado durante todo el torneo. Pero la racha se fren¨® con el incidente con el juez de silla. Fue en el cuarto juego del primer set. En el juego anterior, con 2-0 a su favor y saque de Seles, Arantxa hab¨ªa enviado fuera, apenas por cent¨ªmetros, tres bolas muy dudosas. Cuando ten¨ªa el servicio y 15-0, se le fue otra bola larga, tambi¨¦n muy ajustada. Arantxa perdi¨® los nervios y estall¨®. "?No, hombre, no!", dijo, dirigi¨¦ndose al juez de silla. Golpe¨® furiosamente la red con su raqueta e inici¨® una larga protesta que la descentr¨® por completo. Todav¨ªa enfadada, la espa?ola perdi¨® el juego sin sumar ni un solo punto m¨¢s y cometiendo doble falta.
Al margen de que Arantxa no ten¨ªa raz¨®n en esa protesta concreta -la bola hab¨ªa sido larga-, ese incidente rompi¨® su extraordinario ritmo inicial. Sus dos primeros juegos fueron sensacionales. Rompi¨® el saque de M¨®nica Seles en el juego inicial y conserv¨® el suyo sin problemas. Mov¨ªa a la yugoslava de un lado a otro, impidiendo que llegase con comodidad a golpear la bola. Y arriesgaba s¨®lo cuando era absolutamente necesario.
Evitar la derrota
Despu¨¦s del incidente, Arantxa ya no fue capaz de recuperar el juego y la concentraci¨®n del comienzo hasta casi al final, cuando luch¨® desesperadamente por evitar su derrota. La tensi¨®n pudo con ella durante unos segundos y eso, en una final de un torneo del Grand Slam, puede pagarse muy caro.
Cuando se levant¨® la presi¨®n de Arantxa, M¨®nica Seles entr¨® a fondo en el partido. Al coger su raqueta con dos manos, golpea tan fuerte de derecha como de rev¨¦s, pese a que es zurda. No tiene un punto d¨¦bil y Arantxa, aunque sigui¨® construyendo buenas jugadas, se vio desbordada por el juego de ataque, desde el fondo, de la tenista yugoslava, que le rompi¨® el saque en el octavo juego y cerr¨® la primera manga en 34 minutos.
La violencia en los intercambios fue extrema, algo dif¨ªcil de ver en un partido femenino. Seles golpeaba muy largo y a ras de red, y Arantxa se la devolv¨ªa a¨²n m¨¢s fuerte. Las dejadas y contradejadas, buscando romper el ritmo, eran continuas en los dos lados.
Baj¨®n de Seles
En la segunda manga, Arantxa volvi¨® a tener otra oportunidad. Aprovechando un baj¨®n de Seles, Arantxa se escap¨® con una ventaja de 4 a 1. Fue la primera vez que lanz¨® su famoso grito de guerra: "?Vamos!". Pero, a diferencia de lo que sucedi¨® durante el resto del torneo, la espa?ola levant¨® el pie del acelerador. No jugaba tan alegre, tan segura de s¨ª misma. Cometi¨® demasiados errores directos -47por 29 de la yugoslava- y permiti¨® una segunda recuperaci¨®n de M¨®nica Seles, que la igual¨® a cuatro juegos.
Y entonces reapareci¨® la garra de 1989. Con 5-4 y el saque para la yugoslava, la espa?ola se neg¨® a marcharse. Fue el mejor juego del partido y dur¨® una barbaridad para el tenis femenino: 19 minutos, lo que a veces tardan las mejores en ganar un set en las primeras mangas.
Arantxa tuvo cuatro bolas para empatar a cinco juegos, y eso podr¨ªa haber cambiado el partido. Le falt¨® un poco de suerte en algunas bolas y le sobr¨® la extraordinaria defensa de Seles, una n¨²mero uno que, a diferencia de Steffi Graf, resiste la presi¨®n de los momentos importantes.
Arantxa enardeci¨® al p¨²blico corriendo detr¨¢s de bolas imposibles y alcanz¨¢ndolas con la punta de la raqueta. Contra cualquier otra jugadora, Arantxa habr¨ªa ganado ese juego y habr¨ªa tenido la oportunidad de dar la vuelta al partido. Con Seles fue imposible. La yugoslava golpe¨® cada bola con la fuerza de una violenta bofetada. Las dos apostaban a todo o nada. Fue un juego de ruleta rusa. Y perdi¨® Arantxa, en la cuarta bola de partido, como podr¨ªa haber perdido Seles.
El an¨¢lisis de la final, sin embargo, no puede ser m¨¢s optimista para Arantxa S¨¢nchez Vicario, pese a que haya perdido. Durante todo el torneo ha jugado mucho mejor que en 1989, demostrando sus enormes progresos. Su tenis est¨¢ ya muy cerca del nivel de las tres mejores: Steffi Graf, M¨®nica Seles y Gabriela Sabatini.
Ayer, aunque perdi¨®, Arantxa gan¨® una apuesta consigo misma. El triunfo de 1989 no fue una casualidad y puede repetirse en cualquier momento. Y eso, quiz¨¢s, sea tan importante como haber llegado a la final de Roland Garros por segunda vez en su vida.
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