La balanza tiene dos platillos
Se?or letrado: procure evitar las apostillas, los comentarios, las repeticiones y los ep¨ªlogos". El presidente del tribunal, Jos¨¦ Antonio Jim¨¦nez Alfaro, ha intervenido muchas veces a lo largo del juicio para rega?ar a los abogados de la acusaci¨®n, y a veces, pero con mucha menos frecuencia, a los acusados y testigos. En aras, parec¨ªa al principio, de evitar la premiosidad que impone el modo de preguntar de los acusadores, que, pregunten como pregunten, no obtienen respuestas. Ante esta situaci¨®n de desesperanza -que se agrav¨® cuando toc¨® el turno de declarar a los jefes de los acusados y a los dos directores generales de la Polic¨ªa-, Castells, Salas y Calder¨®n se vieron obligados a insistir en las preguntas una y otra vez. Trataban de que se les dijera algo, casi cualquier cosa. Pero el "no estoy autorizado para responder", "no pienso contestar a eso", "no lo recuerdo", eran realmente las ¨²nicas frases que se o¨ªan. Multa, que le impongan una multa, como dice la Ley de Enjuiciamiento Criminal, dijo uno de los abogados, y luego otro, ante la reiterada negativa a responder de aquellos se?ores que mostraban su poder con el privilegio de no decir nada. Pero el presidente les apoy¨®, hay otra ley que permite callar a los funcionarios. Y el fiscal lo hizo notar.El presidente tambi¨¦n se repite: "El letrado debe concentrarse en los hechos", "lim¨ªtese a tratar lo que es objeto del procedimiento", "el testigo ha contestado a esa pregunta varias veces". Gal¨¢n, de la acusaci¨®n, a quien no dej¨® hacer una pregunta sobre ETA, se quej¨® de que despu¨¦s se lo permitiera al defensor. As¨ª se supo que los acusados estaban en el punto de mira de ETA. Protest¨® el abogado y el presidente contest¨®: "Presente la protesta por los cauces establecidos".
El presidente se acaricia el rostro con una mano, se mira las u?as, incluso a veces parece que se las muerde. Tiene una calva amplia y ascendente hacia la nuca, pero lo que m¨¢s llama la atenci¨®n es la cantidad de veces que consulta el reloj. ?El presidente se aburre? Tal vez s¨®lo desea que este asunto acabe cuanto antes.
El fiscal tiene una voz prometedora, que recuerda a John Gielgud; se espera de ¨¦l una frase llena de iron¨ªa, de veneno. Pero no. Eleva sus brazos ribeteados con las puntillas de su ropaje y se acaricia las aletas de la nariz.
Por la ma?ana declararon la hermana y una novia de Amedo. ?ste ha tenido muchas mujeres y varias de ellas desfilar¨¢n por el juicio. Unas a favor y otras en contra. Inmaculada y Blanca salieron de la Audiencia huyendo de los fot¨®grafos. Las que hoy han testificado han entrado y salido sin ser molestadas. Testificaban a favor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.