M¨¢s estabilidad, menos representatividad
En un gran n¨²mero de ayuntamientos se han formado mayor¨ªas m¨ªnimas, sin ning¨²n socio superfluo
El elevado n¨²mero de coaliciones poselectorales que han formado los partidos puede dar una notable estabilidad a los alcaldes recientemente elegidos, aunque tambi¨¦n ha creado numerosas situaciones perversas desde el punto de vista de la representatividad. Efectivamente, en cerca de la mitad de los grandes ayuntamientos que se constituyeron el pasado s¨¢bado (capitales de provincia y ciudades con m¨¢s de 100.000 habitantes), la elecci¨®n del alcalde tuvo lugar mediante una coalici¨®n de varios partidos. Esto ocurri¨® exactamente en 28 de los 59 casos considerados.Todas estas coaliciones sin excepci¨®n pueden considerarse ideol¨®gicamente conectadas, es decir, formadas por partidos que ocupan espacios contiguos en una dimensi¨®n izquierda-derecha. Esta notable afirmaci¨®n de coherencia pol¨ªtico-ideol¨®gica de los partidos en la elecci¨®n de socios puede sostenerse si se acepta una ubicaci¨®n de los mismos relativamente simple, basada en sus propios comportamientos y en concordancia con lo que indican las encuestas de opini¨®n de los electores.
De acuerdo con ello, se distinguen cuatro espacios: uno de izquierda, ocupado por IU y algunos partidos nacionalistas radicales; otro de centro-izquierda, en el que se coloca el PSOE; otro de centro-derecha, en el que se incluye el CDS y los regionalistas y nacionalistas moderados, y otro de derecha con el PP.
En ninguno de los casos mencionados (ni previsiblemente tampoco en ninguno de los 11 ayuntamientos grandes cuya constituci¨®n ha quedado aplazada) ha ocurrido, pues, que IU se haya coligado con los regionalistas o el CDS sin el PSOE ni que el PP lo haya hecho con los socialistas sin los regionalistas o los centristas. En lo que se refiere a Catalu?a, la coherencia es asimismo muy grande si se alinean los partidos de este modo: ICPSC-ERC-CiU-PP. Y, en lo que respecta al Pa¨ªs Vasco, la visi¨®n de los partidos que los ciudadanos declaran al ser preguntados, sintetizable en la ordenaci¨®n HB-EE-EA-PNV-PSOE-PP, tampoco contradice las preferencias reveladas de ¨¦stos en la formaci¨®n de coaliciones, tanto si el PNV opta por un frente nacionalista con EA y EE, seg¨²n lo hizo para la formaci¨®n del actual Gobierno aut¨®nomo, como si pacta con el PSOE, tal y como ha hecho ahora en los ayuntamientos y diputaciones.
Mayor¨ªa m¨ªnima
Las numerosas negociaciones y pactos que las pasadas semanas han tenido lugar parecen haber puesto de manifiesto una voluntad ampliamente compartida de dar estabilidad a los gobiernos municipales.Todos los estudios comparados muestran que los gobiernos m¨¢s estables son los de "mayor¨ªa m¨ªnima", bien porque sean de mayor¨ªa absoluta de un solo partido, bien porque est¨¦n formados por el n¨²mero justo de miembros que les permite ser mayoritarios sin ning¨²n socio superfluo. A estos les siguen los gobiernos con mayor¨ªas sobredimensionadas, en las que alg¨²n partido puede ser desalojado o desertar. Y, finalmente, los m¨¢s inestables son los gobiernos en minor¨ªa, que pueden ser derrotados por una mayor¨ªa. alternativa mediante una moci¨®n de censura.
Aun en el caso de que alguno de los partidos que votaron a un alcalde el pasado d¨ªa 15 no pase a formar parte de la comisi¨®n de gobierno correspondiente, como ha anunciado IU en varios casos en que ha apoyado a un alcalde socialista, la previsi¨®n de estabilidad no se altera si, como parece veros¨ªmil, el tal partido vuelve a apoyarle ante una moci¨®n de censura hostil.
Por ello, cabe prever un alto grado de estabilidad de los alcaldes reci¨¦n elegidos porque, como se observa en el cuadro 1, en la presente convocatoria de 1991 ha habido m¨¢s mayor¨ªas m¨ªnimas que nunca, una sola mayor¨ªa sobredimensionada y un n¨²mero hasta ahora muy bajo de alcaldes en minor¨ªa.
De hecho, incluso IU ha incumplido en varios casos su estricto acuerdo de limitarse a impedir alcaldes de derechas. As¨ª, en Almer¨ªa, Palencia y las ciudades madrile?as de Alcal¨¢ de Henares, Alcorc¨®n y M¨®stoles ha dado su apoyo al PSOE sin que ¨¦ste lo necesitara, ya que no hab¨ªa posibilidad de que se formara una mayor¨ªa alternativa de centro-derecha y el candidato socialista habr¨ªa sido designado igualmente alcalde por ser el cabeza de la lista m¨¢s votada.
Inestabilidad escasa
El mismo tipo de apoyo, estrictamente innecesario pero favorable a la estabilidad, ha recibido el alcalde socialista de Zamora de los concejales del CDS, el alcalde popular de Le¨®n de los concejales de la UDL y el de Melilla de los del PNM, el alcalde del PDC de Ceuta de los concejales del CEU y del PSPC y el alcalde nacionalista de Bilbao de los concejales socialistas.Adem¨¢s, de los 11 alcaldes en minor¨ªa, la previsi¨®n de inestabilidad ha de reducirse, en rigor, a aquellos cinco que podr¨ªan ser derrotados por una mayor¨ªa conectada alternativa. En tal situaci¨®n s¨®lo se hallan los alcaldes socialistas de Huesca y Palencia, vulnerables a una mayor¨ªa de concejales que est¨¢n situados a su derecha, y los alcaldes populares de Segovia, Lugo y Oviedo, amenazados por una mayor¨ªa de concejales a su izquierda.
Para comprender el elevado grado de estabilidad relativa que todo ello permite vislumbrar, hay que tener en cuenta que en el a?o con mayor n¨²mero de coaliciones, 1979, ¨¦stas se basaron en un pacto general en torno al PSOE y el PCE, con participaci¨®n de otros peque?os grupos marxistas en algunos ayuntamientos de Madrid y Arag¨®n, CIU y ERC en Catalu?a y PSA en Andaluc¨ªa, que dio un alto n¨²mero de coaliciones sobredimensionadas, de las que algunos de sus miembros tendieron a desentenderse durante la legislatura.
En 1983, la inercia de tales pactos tambi¨¦n produjo mayor¨ªas sobredimensionadas por incorporaci¨®n de los comunistas a coaliciones en las que el PSOE ten¨ªa una mayor¨ªa absoluta. Por otro lado, con respecto a 1987, hay que recordar el alt¨ªsimo n¨²mero de alcaldes en minor¨ªas entonces elegidos (40 sobre 70), debido en todos los casos a la inhibici¨®n del CDS, lo cual incentiv¨® las mociones de censura, el transfuguismo y, en general, los signos de inestabilidad.
En cambio, ahora, los partidos regionalistas que ocupan en buena medida el espacio centrista, e incluso el CDS all¨ª donde ha conservado representaci¨®n, han mostrado una mayor tendencia pactista. De hecho, en todos los partidos se han observado esfuerzos por evitar, mediante la formaci¨®n de coaliciones mayoritarias m¨ªnimas, las situaciones propensas a la inestabilidad.
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