"Los 'civilizados' tenemos que aprender de los indios"
"A pesar de todo lo que sufren no existe el miedo. Hay un brillo en sus ojos, de confianza en el futuro, en aquello en lo que creen, que no hab¨ªa visto hasta entonces en nadie", dice Milton Nascimento, recordando su estancia entre los ind¨ªgenas de la selva amaz¨®nica. "Saben que tienen raz¨®n y que el mundo exterior va a tener que detenerse en alg¨²n momento para solucionar las cosas que han de solucionarse. Es impresionante su sabidur¨ªa".El ¨²ltimo disco de Nascimento; Txai, que en el idioma de los indios kaxinawa significa "otra mitad de m¨ª mismo", ocupa desde hace siete semanas el n¨²mero uno en la lista de world music de la revista Billboard, la biblia de la industria discogr¨¢fica. Y la correspondiente gira por Estados Unidos y Canad¨¢, que ahora llega a Europa, se ha saldado con todos los recintos llenos y un p¨²blico muy receptivo. "La expectaci¨®n lleg¨® a tal punto que en Los ?ngeles por ejemplo tuvimos que dar dos conciertos seguidos la misma noche porque si no la cosa estaba negra".
Redescubierto
Y es que los estadounidenses parecen haberle descubierto por tercera vez. La primera fue en 1968 cuando grab¨® all¨ª su disco Courage; la segunda, en 1975, tras participar en el Native dancer de Wayne Shorter. Se lo toma con buen humor. "Si ¨¦sta no es la definitiva, por mi, pueden continuar descubri¨¦ndome cuantas veces quieran".Para el compositor y cantante brasile?o, que el pr¨®ximo mes de agosto cumplir¨¢ 23 a?os de carrera y que ha grabado 22 elep¨¦s, se trata de "un regalo por tantos a?os de lucha". Un ¨¦xito que atribuye a una conjunci¨®n de factores: "El tema que trata Txai; la fant¨¢stica cobertura que le ha dado la prensa norteamericana; y, tambi¨¦n, el gran apoyo que Paul Simon nos est¨¢ ofreciendo tanto a m¨ª como a la m¨²sica brasile?a con su nuevo disco. Sin olvidar el hecho de haber pasado de la categor¨ªa jazz a la de world music, en la que cabe cualquier cosa que no haya sido hecha en Inglaterra o Estados Unidos, y que abre un campo m¨¢s amplio".
"Yo adoro el jazz pero lo que ocurre en Estados Unidos, aqu¨ª en Europa no s¨¦ si tanto, es esa terrible man¨ªa de etiquetar. Al que le gusta el jazz no escucha el pop; al que le gusta el pop no oye rock... Cuando lo que hay es m¨²sica. Y la m¨²sica, simplemente, o te gusta o no te gusta; es buena o mala".
La idea de Txai naci¨® en California, mientras Milton Nascimento supervisaba las mezclas de su pen¨²ltimo ¨¢lbum, Yauaret¨¦ (1987). "Ten¨ªa ganas de tratar ese asunto, como ya hab¨ªamos hecho con la problem¨¢tica de los negros desde la esclavitud, en la Missa dos Quilombos, pero s¨®lo quer¨ªa hacerlo a condici¨®n de poder ir hasta aquellos lugares; para conocerlos de verdad. Entonces se produjo una curiosa coincidencia porque mientras nosotros est¨¢bamos all¨ª lejos, pensando en eso, en Brasil se constitu¨ªa la Alianza de los Pueblos de la Selva, una entidad de los propios indios y seringueiros (trabajadores del caucho). Sus l¨ªderes me buscaron para ser miembro de la alianza, y les respond¨ª que era un honor, a¨²n m¨¢s, un deber. Fueron ellos los que me facilitaron el viaje a la Amazon¨ªa. Recorrimos durante 18 d¨ªas el r¨ªo Juru¨¢, en el Estado de Acre, en barco y canoa... Deber¨ªas ver lo que es permanecer sentado en una canoa, ?es terrible!", comenta ri¨¦ndose. "Fue algo maravilloso porque nos detuvimos en todos los lugares, a orillas del r¨ªo, para hablar con la gente. Y esa es la mejor parte de la historia porque nadie sab¨ªa qui¨¦n era Milton Nascimento pero me recib¨ªan con los brazos abiertos".
Han transcurrido casi dos a?os desde aquel viaje por las tierras m¨¢s remotas de Brasil pero el embrujo no le ha abandonado. "Tienen una extrema capacidad po¨¦tica. Ya sean viejos, ni?os, j¨®venes... Cuando abren la boca para hablar s¨®lo sale poes¨ªa; triste o alegre, siempre es hermoso intenso. Y est¨¢ el sentido de la fraternidad, de la solidaridad verdadera; algo que los habitantes de la ciudad o nunca conocieron, o lo han olvidado, o no quieren saber. Es tan aut¨¦ntico que pens¨¦: he pasado a?os tras eso y est¨¢ ah¨ª, tan cerca".
Derechos de autor
Por primera vez los ind¨ªgenas recaudan derechos de autor por su colaboraci¨®n en un disco. "La mayor¨ªa de la gente que va hasta all¨¢, graba o filma, y los indios ni siquiera saben lo que se han llevado", dice. "Tanto los indios como los seringueiros viven en p¨¦simas condiciones, de total abandono, as¨ª que la Alianza de los Pueblos se encarga de ese dinero, y ellos mismos lo utilizan como mejor les parece".Adem¨¢s, Milton Nascimento es miembro de Amnist¨ªa Internacional, Greenpeace y la fundaci¨®n Damelle Miterrand. "Estoy disponible para cualquier cosa que necesiten de m¨ª", asegura. Aunque muy preocupado desde siempre por la naturaleza, no acaba de ver claro lo de Eco 92, la conferencia sobre el medio ambiente convocada por las Naciones Unidas para el a?o pr¨®ximo, en R¨ªo de Janeiro. "La gente de la Alianza est¨¢ discutiendo en estos momentos c¨®mo va a ser nuestra participacion. Cuando vuelva a Brasil, y seg¨²n lo que hayan decidido, veremos. Ahora bien, al margen de eso, no tengo mucha confianza, porque el Rio-Eco no puede limitarse a que esas personas de todos los pa¨ªses lleguen y encuentren que R¨ªo de Janeiro es la ciudad m¨¢s bonita del mundo, y que luego todo siga igual...".
Para el m¨²sico de Minas Gerais, de quien el obispo Casald¨¢liga escribi¨® "canta Milton, las estrellas no pueden permanecer impasibles", es necesario que el mundo cambie. "Porque todav¨ªa no he llegado a comprender aquello que aprendimos de peque?os en la escuela, y que dice que el hombre es el ¨²nico animal que razona, que tiene inteligencia".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.