Ni chicharros

Antes, el bolsista que se resist¨ªa a dejar una Bolsa aburrida ten¨ªa el recurso de los chicharros. Los chicharros son esos valores calientes s¨®lo para atrevidos, capaces de tener una fuerte subida en muy pocas sesiones, pero, a la vez, muy peligrosos por su capacidad y velocidad de desplome. Ahora, un r¨¢pido repaso a la evoluci¨®n semanal demuestra que ya no quedan chicharros. Los recorridos de los valores son lentos y los topes de variaci¨®n de cambios permitidos en una sesi¨®n parecen exagerados a la vista de la lenta variaci¨®n de los precios.La Bolsa ha dejado de ser un acto de diversi¨®n individual y est¨¢ entrando en un periodo de profesionalizaci¨®n creciente. El dinero no se siente seguro en un mercado cada d¨ªa m¨¢s insensible al macutazo. Los 606 millones de pesetas negociados el pasado martes en la Bolsa de Barcelona marcan el nivel m¨ªnimo del a?o y revelan a las claras que no hay dinero suficiente para animar esta Bolsa. Queda el consuelo de que la bajada de los ¨²ltimos d¨ªas no ha sido un descenso con volumen que est¨¦ preconizando un desplome mayor. Entretanto, el Tesoro dio ayer una nueva bofetada a la Bolsa al subir 0,31 puntos la retribuci¨®n de sus letras y captar 108.000 millones de pesetas.