Esperando al 'premier' brit¨¢nico
John Major repite veraneo en el pueblo abulense de Candeleda
El premier brit¨¢nico repite agosto. Por tercer a?o consecutivo, John Major inicia ma?ana su veraneo en el pueblo abulense de Candeleda. All¨ª le esperan los de siempre: la guardesa, la panadera, los del supermercado y el alcalde. Aunque quiz¨¢s ahora con m¨¢s expectaci¨®n: el brit¨¢nico que abandon¨® Candeleda el verano pasado como ministro de Hacienda regresa este a?o nada m¨¢s y nada menbos que como primer ministro. Todo un lujo. El pueblo se llena de periodistas y de polic¨ªas. Pero todo vale con tal de que Candeleda sea conocido en el mundo entero.
La noticia de que John Major, eligi¨® durante los veranos de 1989 y 1990 el pueblo de Candeleda, en las faldas de la sierra de Gredos, para su retiro veraniego no tom¨® dimensi¨®n p¨²blica hasta su nombramiento, a finales del pasado mes de noviembre, como primer ministro del Reino Unido. Hasta entonces, muy pocos sab¨ªan en Candeleda que aquel "turista ingl¨¦s" afable y sencillo que paseaba por el pueblo era un ministro del Gobierno brit¨¢nico. Ahora todo ha cambiado. Nadie pensaba que John Major volver¨ªa este verano a su retiro de Gredos. Pero se equivocaron.El premier brit¨¢nico, su mujer y sus dos hijos tienen prevista su llegada ma?ana por la ma?ana al aeropuerto de Barajas (Madrid) y por la tarde un helic¨®ptero les trasladar¨¢ hasta la finca de Mariano Garrigues D¨ªaz-Ca?abate, situada a unos dos kil¨®metros del pueblo, en la carretera que lleva a la localidad toledana de Oropesa.
El responsable de la pasi¨®n de la familia Major por Candeleda es Tristan Garel-Jones, esposo de Catalina Garrigues, hija de Mariano Garrigues. Miembro del Partido Conservador como Major, Tristan Garel-Jones convenci¨® en el verano del 89 al entonces ministro de Asuntos Exteriores a pasar una semana en la casa de campo que su suegro pose¨ªa en la sierra de Gredos.
Hilo directo con Londres
La casa, situada en una finca de alrededor de una hect¨¢rea y media, sin cercar, y a la que se puede acceder f¨¢cilmente por un camino agr¨ªcola sin que nada ni nadie te detenga, es austera y sin pretensiones. Una piscina ya limpia, una nueva l¨ªnea telef¨®nica con ocho salidas e hilo directo con Londres, dos ventiladores, tres hamacas playeras a¨²n sin desembalar y un caja de seguridad del tama?o de un armario ropero son algunas de las novedades que John Major se encontrar¨¢ ma?ana, y que personal brit¨¢nico se esforzaba el pasado lunes en dejar listo.El matrimonio formado por Feliciano Hern¨¢ndez y Marcelina Rodr¨ªguez, guardeses de la finca de los Garrigues desde hace unos tres a?os, ser¨¢n los que est¨¦n m¨¢s cerca de la familia Major durante su estancia en Candeleda. Marcelina, quien se ocupa de que John Major saboree los platos t¨ªpicos de la zona, cocin¨¢ndole gazpachos, cocidos y buenas sangr¨ªas, intenta estos d¨ªas ocultarse de la Prensa. "Dicen que le han prohibido hablar", coment¨® un miembro de la polic¨ªa municipal, que vi¨® el lunes como la guardesa se escond¨ªa entre los visitantes del tradicional mercadillo semanal al atisbar a los periodistas que trataban in¨²tilmente ponerse en contacto con ella. Quien no oculta nada, quiz¨¢s porque tampoco sabe nada, es la madre de Marcelina, Do?a Mar¨ªa, una simp¨¢tica se?ora de alrededor de 80 a?os, la ¨²nica moradora que el lunes por la ma?ana cuidaba, junto a dos perros inofensivos y pasotas, la casa que ocupar¨¢ John Major. "Yo no s¨¦ nada. A mi no me cuentan nada", dec¨ªa casi gritando Do?a Mar¨ªa.
El pico m¨¢s alto de la sierra de Gredos, el Almanzor, es la vista que John Major tiene desde la casa. "Yo creo que es su amor por la naturaleza y la vida tranquila lo que m¨¢s aprecia el se?or Major de Candeleda", dice el alcalde conservador Jos¨¦ Antonio P¨¦rez. "Se dedica a leer, a pasear por los caminos agr¨ªcolas del Valle del Ti¨¦tar y a descansar". Sin que nadie le moleste. O al menos hasta ahora. Quiz¨¢s este a?o como primer ministro tenga m¨¢s dif¨ªcil el acercarse al pueblo, como ha hecho hasta ahora, a realizar sus compras como cualquier ciudadano. Por ejemplo a la c¨¦ntrica tahona Los Chivitos, dofide compra las hogazas de pan o al supermercado Mari Nieves, desde donde carga el mismo con las cajas de cart¨®n hasta el coche. "Es un se?or amable y encantador. No entiende castellano pero se esfuerza mucho por agradar. Nos; da la mano y sonr¨ªe permanentemente", dice Jos¨¦ Guzm¨¢n, due?o, junto con su hermano Carlos, del supermercado Mari Nieves.
Los de la tahona Los Chivitos le tienen preparada una sorpresa al primer ministro brit¨¢nico. Inocencia, m¨¢s conocida como La Chencha, celebrar¨¢ hoy, a sus 74 a?os, sus bodas de oro con Alejandro N¨²?ez elaborando una gran hogaza especial de pan para John Major, que adornar¨¢ con la siguiente leyenda: Bienvenido a Candeleda. Las medidas de seguridad en torno al primer ministro brit¨¢nico se han reforzado de manera especial con respecto a los a?os anteriores, seg¨²n reconoce el gobernador civil de ?vila, Carlos Vacas.
Candeleda ya est¨¢ preparado para recibir al premier brit¨¢nico. Le agasajar¨¢n para intentar que repita.
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