Josip, del veraneo en Lloret de Mar a la muerte en Dalj
Josip Martinovic mostraba muy orgulloso el Kalashnikov que le hab¨ªa entregado el Ayuntamiento de Osijek cuando se alist¨® en la Guardia Nacional croata. Agradec¨ªa con un "?Viva Espa?a!" las varias invitacionesa cerveza en el bar Royal de Osijek, y le hab¨ªa encantado Lloret de Mar cuando estuvo all¨ª hace dos a?os con su mujer y su hija mayor, meses antes de nacer la segunda. De esto hace menos de un mes.Hoy, Josip est¨¢ muerto. No hab¨ªa cumplido a¨²n los 24 a?os cuando el pasado jueves Muri¨® en la vecina localidad de Dalj, en la mayor batalla que hasta la fecha se ha dado en la cada vez m¨¢s cruenta guerra serbo-croata en la regi¨®n croata oriental de Eslavonia. La milicia serbia asegura haber enterrado 82 cad¨¢veres croatas: 35 identificados y el resto en una fosa com¨²n. Tambi¨¦n entreg¨® tres a la Cruz Roja para su traslado a Osijek.
La guerrilla serbia controla totalmente Dalj, si bien ayer a¨²n registraba casa por casa y se o¨ªan tiroteos ocasionales en este pueblo de t¨ªpica poblaci¨®n mixta de la regi¨®n. Croatas y serbios formaban, a partes iguales, en torno al 80% de los habitantes. El resto eran h¨²ngaros. La comisar¨ªa y la escuela, donde polic¨ªa y cludadanos croatas se hab¨ªan hecho fuertes ante el ataque de la milicia serbia, no son ya m¨¢s que algunas paredes maestras y montones de escombros ensagrentados.
Capa de sangre
"En la escuela y en la panader¨ªa de un alban¨¦s cat¨®lico hay partes que est¨¢n cubiertas con una capa de sangre de varios cent¨ªmetros de grosor. Est¨¢ estancada y coagulada. Hay botas completamente encharcadas de sangre, grumos de sangre pegados por la pared, largu¨ªsimos regueros de sangre entre ladrillos, cayendo por escalones, grandes manchas de sangre seca sobre los muebles. Es absolutamente terror¨ªfico", manifestaba Andrzej Gustinic, uno de los primeros periodistas en entrar en Dalj con la milicia serbia.Dirigida desde Borovo Selo, a tan s¨®lo cinco kil¨®metros, la milicia serbia tuvo s¨®lo siete bajas, seg¨²n aseguran sus- mandos. Tambi¨¦n insisten en que en su ataque no recibieron ayuda del Ej¨¦rcito, como asegura la parte croata. El Ej¨¦rcito federal controla todos los accesos a Dalj e impide as¨ª todo contraataque de las fuerzas regulares croatas para reconquistar esta nueva cabeza de puente que la milicia serbia ha creado en territorio croata, a orillas del Danubio. Seg¨²n aseguran, su cometido es evitar enfrentamientos.
Sin embargo, el hecho de que las fuerzas militares yugoslavas -compuestas ante todo por reservistas serbios- en esta regi¨®n nunca hayan impedido los ataques y las conquistas de territorio croata por las fuerzas serbias ha hecho perder toda credibilidad al Ej¨¦rcito entre la poblaci¨®n croata.
"Son todos cetnik ", dice la joven llia, de Osjiek, amiga de Josip Martinovic, equiparando el Ej¨¦rcito a los grupos serbios nacionalistas que dirigen la insurrecci¨®n armada de la poblaci¨®n serbia en Croacia oriental. "?ste es el nuevo s¨ªmbolo del Ej¨¦rcito yugoslavo", dice un cartel en la plaza central de Osijek que muestra la estrella roja con una cruz ganada en el centro.
El s¨¢bado, los ni?os de Osijek, los que no han sido enviados a sitios mas seguros de Croacia o al extranjero, se dedicaban a llenar sacos de arena para nidos de ametralladoras en las confluencias de calles del centro y para proteger las ventanas de los s¨®tanos en donde se han creado los refugios antia¨¦reos.
Como si se tratara de meterles prisa, los aviones del Ej¨¦rcito federal, que ya han atacado otras localidades croatas, como llok y Kostelnica, realizaron este fin de semana vuelos rasantes sobre la ciudad.
Bases serbias
"La prueba m¨¢s fehaciente de que estamos en guerra es que los pocos coches que circulan lo hacen tambi¨¦n por direcci¨®n prohibida. Las reglas civiles, la paz, han sido suspendidas", dice Goran, un estudiante que vive en Yugdva, un suburbio de Osijek cercano a la aldea de Tenja, donde la milicia serbia ha logrado montar una de sus bases.Desde que la poblaci¨®n serbia de una de las partes en que est¨¢ hoy dividida la aldea dio entrada a las fuerzas guerrilleras, Goran, como muchos de sus vecinos croatas, no duerme bien.
El barrio donde vive este estudiante es el objetivo m¨¢s frecuente de los ataques con morteros desde la aldea vecina, que es una de las avanzadillas en la continua ofensiva de las fuerzas serbias para sitiar Osijek, la capital de la regi¨®n de Eslavonia. La principal carretera que une Osijek con Djakovo ya estaba ayer en inminente peligro de quedar fuera del control de los croatas.
"?Qui¨¦n sabe si ma?ana estar¨¦ vivo!", dice Goran al despedirse antes de que caiga defimitivamente el sol, ya que con la llegada de la noche el trayecto hasta su casa es demasiado peligroso. "Llevamos tres d¨ªas relativamente tranquilos, si exceptuamos la granada de mortero que mat¨® ayer a un ni?o de nueve a?os", a?ade como si quisiera convencerse de que el peligro se aleja.
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