Aquella campa?a de 1980

Hay una clara falta de entusiasmo entre los dem¨®cratas del Congreso en la investigaci¨®n que han lanzado sobre la teor¨ªa, horrible y sin probar, de que, para evitar que Jimmy Carter sacara ventaja electoral en 1980 consiguiendo la vuelta a casa de los diplom¨¢ticos secuestrados en Ir¨¢n, los responsables de la campa?a de Reagan conspiraron con funcionarios iran¨ªes para retrasar su liberaci¨®n. ( ... ) Como afirman los l¨ªderes dem¨®cratas, "la gravedad de las acusaciones y el peso de las evidencias circunstanciales exigen un esfuerzo para aclarar los hechos", es decir, que va a comenzar una investigaci¨®n a puerta cerrada. ( ... ) Reagan ha negado categ¨®ricamente las acusaciones de conspiraci¨®n, afirmando que sus contactos con Ir¨¢n durante la campa?a estaban encaminados al leg¨ªtimo prop¨®sito de liberar a los 52 americanos. Bush, que en 1980 era candidato a la vicepresidencia con Reagan, tambi¨¦n ha negado su participaci¨®n o su conocimiento de la conspiraci¨®n. Los dirigentes dem¨®cratas aceptaron expl¨ªcitamente su negativa cuando anunciaron la investigaci¨®n. Es ocioso pensar que los investigadores van a llegar al verdadero fondo de1asunto.( ... ) Un resultado inconcluyente puede tomarse como una evidencia de ocultaci¨®n. Pero puede que una cuidadosa investigaci¨®n ( ... ) reduzca las incertidumbres, suavice algunos de los rumores y ofrezca una versi¨®n superior a la que disponemos hoy. Teniendo en cuenta las circunstancias, no ser¨ªa poco.8 de agosto