Cabezas a precio
Traductor japon¨¦s, asesinado. Salman Rushdie, escondido.El fanatismo es atroz, tosco y escandaloso. Efectivamente.
En cambio, mi vida en Navarra es una balsa de aceite. ?ltimo balance:
- La ma?ana de A?o Nuevo aparece rota la cerradura-conductor de mi coche, aparcado en la calle.
- El 17 de enero, en el garaje, la guantera del coche amanece arrancada de cuajo, mi documentaci¨®n tirada dentro del motor y un gran cartel de seguros de vida cubre el destrozo sard¨®nicamente.
- En marzo, llamadas telef¨®nicas con insultos a las cuatro de la madrugada. Compro un contestador que proteja mi sue?o y el de mis cachorritos.
- En abril, en la calle, secan de gasolina el dep¨®sito de mi coche.
- En mayo, tres obtusos profesores de Tres Cantos, en carta publicada en EL PA?S, por discrepancias de opini¨®n sobre pintadas, proponen que me pinten a m¨ª mi casa y mi cuerpo. Mi respuesta (por buler¨ªas Fra Ang¨¦lico da Fi¨¦sole) es censurada. Todas mis cartas, menos una, sobre la guerra del Golfo fueron censuradas tambi¨¦n, incluso en el peri¨®dico autorizado para discrepar en tal cuesti¨®n.
- Junio. Mi coche vuelve de Chamonix con los rel¨¦s del ventilador del motor h¨¢bilmente desenchufados. Mi coche y yo seguimos rotos pero vivos, a puro fuertes, vegetalmente.
- A?adamos, por ejemplo, que la Caja de Ahorros de Pamplona lleva tres a?os dejando desiertos premios de poes¨ªa y novela donde yo estaba tan clasificado como Indur¨¢in a la bajada del Tourmalet. No hay quien edite, ni con vicepremios de por medio, la breve historia de mi persecuci¨®n. No encuentro un director de prensa o de editorial honrado y atento; no s¨¦ d¨®nde est¨¢n esos que dice n que han le¨ªdo a Machado.
De todos modos, hay que hacer las cosas as¨ª de bien, como la CIA y dem¨¢s poderes f¨¢cticos de Navarra. (Ya encontrar¨¢n otro banco tras lo del Credit Commerce International). Matar sin firma, como a Olof Palme.
Y tampoco ser¨ªa bueno que los shi¨ªes aprendiesen tanto maquiavelismo como el que gastan conmigo las m¨¢s fuertes instituciones navarras. Personalmente a m¨ª me da lo mismo seguir con la cabeza pregonada o que me devore un c¨¢ncer.-
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