Las rep¨²blicas de la URSS intentan pararle los pies a Rusia
La veloz sustituci¨®n de la URSS por un Estado de nuevo cu?o guiado por Rusia est¨¢ provocando una reacci¨®n en cadena en las restantes rep¨²blicas, que temen un renacimiento de las ansias imperiales. As¨ª lo expresaba ayer mismo Isl¨¢m Karimov, presidente de Uzbekist¨¢n, minutos despu¨¦s de que esta rep¨²blica y la de Kirguizist¨¢n declararan solemnemente su derecho a la independencia.
Sin menoscabar el protagonismo de los rusos en la liquidaci¨®n del golpe de Estado del pasado d¨ªa 19, Karimov advirti¨® al presidente de Rus la, Bor¨ªs Yeltsin, que ello no le da derecho a esta rep¨²blica (en la que habita m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n de la moribunda Uni¨®n Sovi¨¦tica) a "ponerse por encima de las otras". "Estas acciones no conducir¨¢n a nada bueno", advirti¨®.Este sentimiento pes¨® fuertemente, asimismo, en la ¨²ltima decisi¨®n del S¨®viet Supremo, que ayer dej¨® de existir para permitir que a partir del lunes el Congreso de los Diputados del Pueblo (el superparlamento de la URSS) renueve su composici¨®n, por entender que ha sido c¨®mplice de los golpistas; su presidente, Anatoli Luki¨¢nov, se encuentra detenido bajo la acusaci¨®n de alta traici¨®n. Antes de autodisolverse, el S¨®viet Supremo nombr¨® una. comisi¨®n para investigar la frustrada Intentona golpista. Los representantes de las rep¨²blicas rechazaron la composici¨®n inicial por entender que inclu¨ªa una excesiva representaci¨®n rusa e impusieron una composici¨®n acorde con cuotas republicanas.
De todas formas, estos temores nada podr¨¢n contra una realidad profundamente te?ida por el racionalismo ruso. Incluso el primer ministro de Rusia, Iv¨¢n Sil¨¢iev, prefiere seguir al frente del Gobierno de la rep¨²blica antes que encabezar, como pretende el presidente Mija¨ªl Gorbachov, el Gabinete de la URSS.
Anatoll Sobehak, alcalde de Leningrado (la segunda ciudad de la URSS), sale entretanto en defensa de la continuidad de Gorbachov al frente del Estado y asegura que "no es una pieza de ajedrez en manos de Yeltsin". "El pa¨ªs le necesita", afirma en una entrevista.
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