Proceso constituyente
LA ANTIGUA Uni¨®n Sovi¨¦tica abri¨® ayer un periodo constituyente. El poder central que se encarnaba en el Kremlin ha sido sustituido por un directorio del que forman parte Mija¨ªl Gorbachov y los 10 presidentes de rep¨²blicas que han decidido poner en pie un modelo confederal a la carta, que parte del reconocimiento de la soberan¨ªa de cada territorio y, al mismo tiempo, de la voluntad de crear un espacio econ¨®mico com¨²n y un sistema de defensa compartido.Tal propuesta, resultado de un acuerdo previo entre Gorbachov y Yeltsin -la verdadera diarqu¨ªa gobernante despu¨¦s del intento golpista-, intenta detener el proceso de desintegraci¨®n desordenada del que fuera mayor Estado del mundo. Al dar al proyecto un dise?o confederal y establecer criterios muy flexibles de asociaci¨®n voluntaria de las rep¨²blicas, parece haberse optado, con realismo, por establecer un cortafuegos, suficientemente alejado de la zona combustible como para poder iniciar desde ese punto la recomposici¨®n de los lazos rotos en las dos ¨²ltimas semanas.
Ello no s¨®lo corresponde a las expectativas de los sectores que, tanto en la URSS como en otros pa¨ªses, intentan evitar los riesgos asociados a una desintegraci¨®n ca¨®tica del pa¨ªs, sino tambi¨¦n a los intereses inmediatos de las rep¨²blicas: intereses en el terreno estrat¨¦gico, dada la relativa dispersi¨®n del arsenal nuclear, pero tambi¨¦n, y sobre todo, en el econ¨®mico: la interrelaci¨®n y especializaci¨®n determinan la necesidad de mantener lazos entre las rep¨²blicas diferentes a los propios del mercado internacional. Ello es evidente en terrenos como el de la energ¨ªa y otros muchos. Salvada la excepci¨®n de los pa¨ªses b¨¢lticos, no parece que ninguna de las restantes rep¨²blicas pueda competir por s¨ª sola en el mercado mundial ni tampoco fiar su supervivencia exclusivamente a la ayuda occidental. No en vano estamos hablando de una poblacl ¨®n total cercana a los 280 millones de personas.
Para iniciar esa v¨ªa constituyente, la propuesta de Gorbachov implica la supresi¨®n de los ¨®rganos de poder central hasta ahora existentes. Si bien se mantiene el mandato de los 2.250 diputados, su actividad queda pr¨¢cticamente congelada en favor de un nuevo Consejo de Representantes del Pueblo -20 diputados designados por cada rep¨²blica-, un Consejo de Estado -especie de jefatura de Estado colegiada- y un Comit¨¦ Econ¨®mico que se encargar¨¢ de lo m¨¢s dif¨ªcil: poner orden en la dram¨¢tica situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs.
Tras aceptar t¨¢cita y fatalmente como mal menor la independencia de las tres rep¨²blicas b¨¢lticas, que de todas formas ya ha sido reconocida de forma generalizada en Occidente, los proponentes del nuevo esquema han aceptado de forma impl¨ªcita que el ¨²nico futuro para quienes hoy integran la Uni¨®n de Rep¨²blicas Socialistas Sovi¨¦ticas est¨¢ precisamente en mantener la uni¨®n con f¨®rmulas flexibles. S¨®lo as¨ª pueden compaginarse las enormes diferencias de tama?o y desarrollo econ¨®mico, las servidumbres de organizaci¨®n que d¨¦cadas de autoritarismo centralista han impuesto a un enorme y desequilibrado espacio geopol¨ªtico y las necesidades de seguridad que su futuro impone. La revoluci¨®n de agosto todav¨ªa no ha dado todos sus frutos ni se atina ad¨®nde puede llegar.
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