Silencio en el patio 29 del Cementerio General
Lenta exhumaci¨®n de los cad¨¢veres de 128 v¨ªctimas de la dictadura chilena
Las filas de cruces se extienden por el silencio del patio 29 en el Cementerio General, el mayor de Santiago. Un juez dirige la exhumaci¨®n de los cad¨¢veres de 128 v¨ªctimas de la represi¨®n inmediatamente posterior al golpe militar del general Augusto Pinochet, en 1973, sepultadas sin identificaci¨®n alguna. Una cuerda y los carabineros impiden a los periodistas y parientes de los desaparecidos acercarse.
El trabajo es lento. Se extrae a diario la tierra que cubre seis sepulturas, en cada una suelen encontrar restos de dos muertos, algunos mutilados y con se?ales de bala. Con este ritmo, la excavaci¨®n durar¨¢ m¨¢s all¨¢ del 11 de septiembre, el aniversario del golpe, una fecha que la derecha celebrar¨¢ como de liberaci¨®n", mientras la izquierda marchar¨¢ por los cementerios de Chile.La exhumaci¨®n trajo bruscamente al presente un aniversario que divide al pa¨ªs desde hace 18 a?os. Las iron¨ªas de Pinochet, que felicit¨® a los "buscadores de cad¨¢veres" por el hallazgo y consider¨® una "econom¨ªa" poner dos cuerpos por tumba, fueron rechazadas por todos los sectores.
A diferencia de las madres argentinas, que se negaron a exhumar porque su lucha fue "vivos los llevaron, vivos los queremos", en Chile los familiares prefieren afrontar la realidad -"por doloroso que sea"- a vivir en la incertidumbre, como reconoce Viviana D¨ªaz, dirigente de la agrupaci¨®n de familiares de detenidos desaparecidos. Ella va a diario al patio 29, con la foto, en el pecho, de su padre, V¨ªctor D¨ªaz, que fue secretario general del partido comunista.
Le acompa?an 10 mujeres de la agrupaci¨®n, que acuden, por turnos, al cementerio. Mireya Garc¨ªa, una periodista con un hermano desaparecido, es una de ellas. Una anciana que a¨²n teme identificarse est¨¢ convencida de que ah¨ª est¨¢ sepultado su hijo, fusilado en 1973. La viuda de un escolta del ex presidente Salvador Allende tambi¨¦n aguarda.
Pero es imposible. Muchos fueron enterrados sin ropa y el tiempo torn¨® irreconocible los restos. Los t¨¦cnicos tardar¨¢n meses en la identificaci¨®n. Los huesos de un var¨®n encontrados en 1990, en un sitio que fue del Ej¨¦rcito, junto a los de dos detenidos desaparecidos, no fueron identificados y siguen en el dep¨®sito de cad¨¢veres. "No nos vamos a dar por vencidos hasta que la ciencia los identifique", afirm¨® la abogada Rose Marie Bornand, de la Vicar¨ªa de la Solidaridad de la Iglesia cat¨®lica.
Frente al patio 29 est¨¢n, en un muro, la tumba del cantante V¨ªctor Jara, asesinado por los soldados despu¨¦s de quebrarle las manos, y la de Pablo Neruda y su esposa, Matilde Urrutia. Nerviosa, la abogada Pamela Pereira, que representa a los querellantes, camina por el lugar. Su padre, detenido y desaparecido, podr¨ªa estar entre los restos que est¨¢n siendo exhumados.
"La mayor parte de las v¨ªctimas muri¨® en allanamientos masivos, por caminar en toque de queda, en industrias y barrios perif¨¦ricos", sostuvo Bornand. Tambi¨¦n puede haber v¨ªctimas del Estadio Nacional, convertido en campo de concentraci¨®n tras el golpe. El cuerpo del estadounidense Charles Horman, fusilado en 1973 en el estadio por saber demasiado de la intervenci¨®n norteamericana en el golpe de Estado, seg¨²n la novela y la pel¨ªcula Missing, basadas en su caso, estuvo en este lugar antes de que sus restos fueran trasladados a EE UU.
Los muertos llegaban en camiones. "A veces hac¨ªamos dos o tres camionadas diarias", declar¨® uno de los sepultureros al diario La Naci¨®n. "En la exhumaci¨®n seguramente va a aparecer m¨¢s de un brazo o pierna que no tienen que ver con el que est¨¢ en el caj¨®n. Hubo mucha gente mutilada", agreg¨®. La Comisi¨®n Verdad y Reconciliaci¨®n, que realiz¨® un informe sobre los atropellos contra los derechos humanos durante la dictadura, identific¨® plenamente a 18 de esas v¨ªctimas, entre ellas al cad¨¢ver mutilado del dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, Bautista van Schowen.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Dictadura Pinochet
- Funerarias
- Tanatorios
- Cementerios
- Personas desaparecidas
- Chile
- Servicios funerarios
- Casos sin resolver
- Dictadura militar
- Derechos humanos
- Casos judiciales
- Dictadura
- Historia contempor¨¢nea
- Equipamiento urbano
- Gobierno
- Latinoam¨¦rica
- Sudam¨¦rica
- Am¨¦rica
- Urbanismo
- Historia
- Administraci¨®n Estado
- Empresas
- Justicia
- Pol¨ªtica
- Econom¨ªa