Solchaga admite la Europa a dos velocidades y dice que Espa?a estar¨¢ con los pa¨ªses mas fuerte

F?LIX MONTEIRA, La econom¨ªa espa?ola estar¨¢ preparada para "entrar con el grupo de cabeza de la uni¨®n monetaria"asegur¨® ayer en Bruselas el titular de Econom¨ªa, Carlos Solchaga, en unas declaraciones en las que el ministro acepta de alguna manera la existencia de las dos velocidades. ?se es el centro de la propuesta holandesa que ayer debati¨® el Consejo de Ministros de Econom¨ªa y Finanzas de la CE. Seg¨²n la propuesta, el objetivo de implantar una moneda ¨²nica estar¨ªa reservado de entrada a los pa¨ªses de econom¨ªa m¨¢s saneada. El proyecto cuenta con el respaldo de Alemania y la oposici¨®n de Francia, Italia, la Comisi¨®n y el Parlamento Europeo.

El presidente de la Comisi¨®n Europea, Jacques Delors, consider¨® "inaceptable por razones pol¨ªticas y t¨¦cnicas" una uni¨®n monetaria a dos velocidades, de la que algunos pa¨ªses de la CE podr¨ªan quedar excluidos. Enrique Bar¨®n, presidente del Parlamento Europeo, afirm¨® que "no se puede concebir el establecimiento de sistemas discriminatorios, contra los cuales la CE siempre ha luchado". Para los pa¨ªses retrasados en la adaptaci¨®n de sus econom¨ªas, seg¨²n Bar¨®n, se puede admitir "un periodo transitorio, pero no que formen un grupo separado".Francia suscribe la misma posici¨®n: una sola velocidad con periodos transitorios para los rezagados, seg¨²n explic¨® Jean Claude Trichet, director general del Tesoro. El ministro italiano de Finanzas, Guido Carli, calific¨® la propuesta holandesa de "aberrante". Portugal y Grecia, los principales candidatos a integrar el pelot¨®n de cola, tambi¨¦n est¨¢n en contra.

A pesar de las cr¨ªticas -"el proyecto no ser¨¢ oficial hasta finales de octubre", advirti¨® el ministro holand¨¦s Wim Kok-, la propuesta holandesa parece contar con los respaldos suficientes para prosperar. Los Doce est¨¢n obligados a alcanzar un acuerdo total en diciembre y la opini¨®n generalizada es que no hay m¨¢s remedio que imponer condiciones de saneamiento de las econom¨ªas, "s? es que se quiere que el tren de la moneda ¨²nica eche a andar alg¨²n d¨ªa".

Cambio de posici¨®n

"Espa?a est¨¢ bien situada para la adaptaci¨®n y el ajuste y podr¨ªa estar entre los pa¨ªses de la primera velocidad", manifest¨® Solchaga. "No tengo ese temor", fue su respuesta cuando se le insinu¨® la posibilidad de que nuestro pa¨ªs pueda quedar incluido en el grupo de los rezagados. Aunque la posici¨®nlolandesa no coincide con el proyecto presentado por Econom¨ªa a principios de a?o, Solchaga afirm¨® que "estamos dispuestos a estudiarla de manera constructiva".

De manera impl¨ªcita el ministro acept¨® la posibilidad de la uni¨®n monetaria a dos velocidades. Esto representa un cambio en la posici¨®n del Gobierno, hasta ahora defensor de una sola velocidad con periodos especiales de adaptaci¨®n para los pa¨ªses que tuvieran dificultades.

Precisamente Espa?a reclama una integraci¨®n europea de corte federal y la creaci¨®n de un fondo de compensaci¨®n interestatal para el trasvase de ayudas de los pa¨ªses ricos a los pobres de la Comunidad.

La primera fase de la uni¨®n monetaria se inici¨® el 1 de julio de 1990. El objetivo de convergencia de las econom¨ªas de los Doce est¨¢ lejos de conseguirse y antes de que finalice el pr¨®ximo mes deber¨¢n elaborarse programas de ajuste. El Gobierno espera a la aprobaci¨®n del proyecto de Presupuestos de 1992 para presentar a la CE un programa de reducci¨®n de la inflaci¨®n, moderaci¨®n de costes salariales y contenci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico.

La segunda fase de la uni¨®n monetaria comenzar¨¢ el 1 de enero de 1994. El compromiso de crear en esa fecha el futuro banco central europeo ha sido' abandonado y se posterga al menos hasta 1997. En su lugar, Holanda propone crear un Inst¨ªtuto Monetario Europeo de competencias muy reducidas. La tercera fase o implantaci¨®n del ecu como moneda ¨²nica ser¨¢ debatida a finales de 1996, pero su entrada en vigor, con toda seguridad, se demorar¨¢ algunos anos m¨¢s, quiz¨¢ hasta el a?o 2000.

Las diferencias

El proyecto holand¨¦s propone que al menos seis pa¨ªses, los de econom¨ªa m¨¢s estable, puedan poner en pie la uni¨®n monetaria. Para formar parte del club de adelantados habr¨¢ que cumplir varios requisitos sobre es.tabilidad de precios, tipos de inter¨¦s y d¨¦ficit. Adem¨¢s, Espa?a tendr¨ªa que incluir antes la peseta en la banda estrecha de fluctuaci¨®n -2,25% actualmente, aunque puede reducirse a un 1%-, en lugar del margen del 6% por arriba o por abajo que disfruta ahora.

Como hip¨®tesis de trabajo se baraja que el diferencial de inflaci¨®n con el pa¨ªs m¨¢s estable no pueda superar el 1,5% y que los tipos de inter¨¦s a largo plazo no se separen en m¨¢s de un 1%. Estos dos objetivos imponen a la econom¨ªa espa?ola un gran esfuerzo de estabilizaci¨®n.

Por lo que se refiere al d¨¦ficit acumulado por la Administraci¨®n central, las comunidades aut¨®nomas y tambi¨¦n los ayuntamientos, se quiere fijar un tope del 3%, mientras que la deuda p¨²blica en circulaci¨®n no podr¨¢ exceder del 60% del producto interior bruto (PIB) anual.