Gorbachov y las rep¨²blicas debatir¨¢n el 'plan Yavlinski'

ENVIADA ESPECIALLa pr¨®xima semana se dibuja como decisiva para el futuro de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica. En el plano econ¨®mico, el Consejo de Estado, que re¨²ne a los presidentes de todas las rep¨²blicas, comenzar¨¢ a discutir ma?ana el proyecto de acuerdo elaborado por el joven economista Grigori Yavlinski. Y para el jueves 19, en el plano pol¨ªtico, se prev¨¦ una tormentosa sesi¨®n del S¨®viet Supremo (mini-Parlamento), si como parece los partidarios del presidente ruso, Bor¨ªs Yeltsin, reclaman todav¨ªa m¨¢s poder para su l¨ªder y menos para el centro, representado por Mija¨ªl Gorbachov.

Probablemente no hay hoy en el mundo otro pa¨ªs que conf¨ªe tanto en la econom¨ªa como remedio y explicaci¨®n de todos sus males como la URSS. El tema, ir¨®nicamente, le resultar¨ªa conocido a Carlos Marx. Todo el mundo en Mosc¨² contiene estos d¨ªas el aliento en espera de la reacci¨®n de las rep¨²blicas frente al plan de Yavlinski. El programa, resumido en 20 apretados folios, es, seg¨²n su autor, "flexible y respetuoso con la autonom¨ªa de cada cual". En el caso de ser aprobado, para lo que har¨¢n falta seis semanas de debate, exigir¨¢ como poco cuatro meses para su desarrollo legislativo.En principio, Yavlinski (que podr¨ªa terminar siendo el Miguel Boyer de la econom¨ªa sovi¨¦tica si se le concede el Ministerio de Econom¨ªa en un eventual Gobierno federal) propone un acuerdo por el que durante los cinco pr¨®ximos a?os todos cooperar¨ªan en las distintas ¨¢reas econ¨®micas, desde el pago de la deuda exterior hasta la regulaci¨®n del dinero en circulaci¨®n.

Quienes no firmen no recibir¨ªan cr¨¦ditos ni subvenciones, sus mercanc¨ªas ser¨ªan tratadas como extranjeras y pagar¨ªan sus compras, incluida la necesaria energ¨ªa, en divisas fuertes. Por el contrario, los que acepten el pacto aceptan tambi¨¦n la libre circulaci¨®n de mano de obra, mercanc¨ªas y servicios, as¨ª como la propiedad privada y la libre empresa. El acuerdo les comprometer¨ªa a realizar pol¨ªticas econ¨®micas convergentes para luchar contra la inflaci¨®n y mantener el rublo como moneda com¨²n. S¨®lo se podr¨ªan emitir otras monedas si no perjudicaran al sistema monetario conjunto, controlado por una reserva federal, al estilo norteamericano.

Arrimar el hombro

Yavlinski asegura que la situaci¨®n es tan desastrosa que deber¨ªan olvidar sus diferencias y arrimar el hombro. Su equipo calcula que la inflaci¨®n es actualmente de tres o cuatro puntos semanales, la producci¨®n cae en lo que va de a?o un 10% (hasta un 25% en determinados sectores) y hay que pagar los cr¨¦ditos, concedidos la mayor¨ªa de ellos a corto plazo. Seg¨²n la agencia Interfax, Georgia y, lo que es m¨¢s grave, Ucrania dejaron el pasado mes de julio de contribuir al presupuesto general, y Moldavia ha reducido sus pagos.

El abastecimiento alimenticio es tambi¨¦n muy deficiente, aunque resulta imposible realizar c¨¢lculos fiables. El ex ministro de Exteriores Edvard Shevardnadze considera la situaci¨®n "cr¨ªtica", mientras que el primer ministro, Silayev, asegura que no teme una hambruna. En cualquier caso, Gorbachov y el propio Silayev han enviado sendas cartas a la Comisi¨®n Europea solicitando una ayuda alimenticia masiva. Tanto que ha dejado boquiabiertos a los expertos: 5,5 millones de toneladas de trigo, 900.000 toneladas de az¨²car, 800.000 de carne y cantidades inferiores de otros 15 productos, incluidos cigarrillos. En total, seg¨²n Bruselas, 5.000 millones de d¨®lares.

La carta de los 5.000 millones lleg¨® escasamente 24 horas despu¨¦s de que Jacques Delors dijera ante el Parlamento de Estrasburgo que se necesitar¨ªan 2.000 millones de d¨®lares para sacar a la URSS del atolladero.

"No podemos pedir nada", insiste Yavlinski, "mientras no haya un acuerdo econ¨®mico interrepublicano".