El gaviero ?lvaro Mutis
El colombiano ?lvaro Mutis es una de las voces literarias m¨¢s pre?adas de sentido en el panorama iberoamericano. La recopilaci¨®n de sus poemas escritos entre 1948 y 1988, titulada Summa de Magroll el Gaviero, supone para el lector adentrarse. en una regi¨®n creada como barrera contra la muerte.
El diccionario define la palabra gaviero como "grumete de vig¨ªa en las gavias". Mutis, como Magroll, tambi¨¦n otea horizonte y azar, en busca de un futuro d¨²ctil, ni acuciante ni forzoso."Y yo que soy hombre de mar", dice Magroll, "para quien los puertos apenas fueron transitorio pretexto de amores ef¨ªmeros y ri?as de burdel, yo que siento todav¨ªa en mis huesos el mecerse de la gavia a cuyo extremo m¨¢s alto sub¨ªa para mirar el horizonte y anunciar las tormentas (...)".
No obstante, cuando el Gaviero inicia, "sin prop¨®sito deliberado, un examen de su vida", ese avance interior concluye llev¨¢ndole "a un tercer impasible, vig¨ªa de su existencia". Mutis viene as¨ª a convertir a Magroll en un gaviero de s¨ª mismo. Las contradicciones, ambig¨¹edades y paradojas que a menudo se vuelven elementos turbadores en las posturas p¨²blicas del poeta aqu¨ª se convierten en riqueza po¨¦tica.
Si nos limitamos a sus libros de poes¨ªa, no sabremos muy bien cu¨¢ndo el Gaviero se va y ad¨®nde va, cu¨¢ndo vuelve y de d¨®nde vuelve, si muere una vez o varias veces. En ocasiones tenemos la impresi¨®n de que el Gaviero fuera varios gavieros, distintos rostros de un mismo ?lvaro Mutis. Quiz¨¢ por eso el volumen que re¨²ne su poes¨ªa escrita entre 1948 y 1988 se titule Summa de Magroll el Gaviero, ya que no es s¨®lo una recopilaci¨®n de poemas, sino tambi¨¦n una suma de todos los gavieros que en su mundo han sido.
Es cierto que el poeta suele ser un reconocedor, y por consiguiente Mutis va reconociendo el mundo a trav¨¦s de los ojos vig¨ªas de su entra?able, enigm¨¢tico personaje. Y esos ojos, esas miradas van abarcando "el mito perdido, irrescatable, est¨¦ril".
Mutis inventa vidas, trayectorias, en ocasiones con un ritmo y un talante m¨¢s afines con la prosa que con la poes¨ªa. Sin embargo, aun en la prosa (incluida en los libros de poemas), las se?as de identidad son siempre po¨¦ticas. La enumeraci¨®n y la invocaci¨®n ("la poes¨ªa es invocatoria", ha dicho alguna vez ?lvaro Mutis) son dos de sus rasgos diferenciales.
Organizaci¨®n
Pero la enumeraci¨®n no es ca¨®tica, como descubr¨ªa Leo Spitzer en ciertos poetas contempor¨¢neos, sino minuciosamente organizada. En Trilog¨ªa, por ejemplo: la ciudad, el campo, las monta?as, son presencias abstractas que la poes¨ªa de alguna extra?a manera vuelve concretas. "Hay objetos que no viajan nunca", dice en Cinco im¨¢genes, "se detienen en una eternidad hecha de instantes paralelos que entretejen la nada y la costumbre".
Al igual que en otros poetas latinoamericanos (pienso en Juan Gelman, en Jos¨¦ Emilio Pacheco) hay en Mutis una porfiada presencia de la muerte. Desde Un bel morir hasta Poema de l¨¢stimas a la muerta de Marcel Proust; desde En los esteros hasta los Diez lieder (que en el fondo son cantos de amor y de muerte), el deterioro, la desaparici¨®n, el acabamiento, son constantes de esta poes¨ªa.
Aun su versi¨®n po¨¦tica de la naturaleza (es notable su capacidad para mostrar o describir el paisaje) suele nutrirse de una tonalidad postrimera: en su permanente ciclo de muertes y resurrecciones la naturaleza permanece, pero su testigo, su veedor est¨¢ condenado al estrago final.
En la Rese?a de los hospitales de ultramar se habla de "esos pasos que da el hombre us¨¢ndose para la muerte, gastando sus fuerzas y bienes para llegar a la tumba y terminar encogido en la ojera de su propio desperdicio".
Es posible que, para Magroll, la miseria y el deseo Figuren entre esos pasos. "Una palabra y se inicia la danza / de una f¨¦rtil miseria". ?Por qu¨¦ la elecci¨®n de un adjetivo vital. (f¨¦rtil) para calificar la miseria? Tal vez porque de la conciencia de la miseria nace un impulso que es vida: vida miserable, pero vida al fin.
De ah¨ª que Magroll / Mutis aconseje (o se aconseje a s¨ª mismo) cuidar esa miseria f¨¦rtil como un bien patrimonial: "Cala tu miseria, / sond¨¦ala, conoce sus m¨¢s rec¨®nditas cavernas. /Aceita los engranajes de tu miseria, / ponla en tu camino, ¨¢brete paso con ella / y en cada puerta golpea / con los blandos cart¨ªlagos de tu miseria. Cultiva tu miseria, / hazla perdurable, alim¨¦ntate de su savia, / envu¨¦lvete en el manto tejido con sus m¨¢s secretos hilos", y luego concluye: "No mezcles tu miseria con los asuntos del d¨ªa".
Su venganza contra la invicta muerte consiste simplemente en denunciarla como promotora de nuestra degradaci¨®n. En ese solo tema la poes¨ªa de Mutis asume cierto aire de predicador: satanizar la muerte, despojarla del alivio de cualquier salvaci¨®n o sobrevida, se convierte en un ataque frontal, claro que sin esperanza de victoria.
Su voz pregonera llega a convocar as¨ª: "?Vengan a hacer el noviciado de la muerte tan ¨²til a muchos, tan sabio en dones que infestan la tierra y la preparan!".
Placer
El otro argumento contra la muerte es el placer. Argumento que es tambi¨¦n ant¨ªdoto, exorcismo. El Gaviero llega a almacenar esta sabidur¨ªa: "La carne borra las heridas, lava toda huella del pasado, pero nada puede contra la remembranza del placer y la memoria de los cuerpos a los cuales se uniera anta?o".
Antes hab¨ªa escrito: "Que te acoja la muerte / con todos tus sue?os intactos", ?y qu¨¦ mejor sue?o intacto que aquel que contiene y preserva la plenitud del placer?
?lvaro Mutis posee un excepcional dominio del lenguaje. Tiene raz¨®n Fernando Charry Lara cuando afirma que es reconocible en Mutis "un goce nunca disimulado por dar a la poes¨ªa un rostro alegremente desde?oso de lo consabido po¨¦tico" y tambi¨¦n que "en sus poemas se reconoce un trabajo secreto por descubrir la esencial funci¨®n delatora del lenguaje".
Jos¨¦ Miguel Oviedo, cr¨ªtico sagaz de la obra de Mutis, ha escrito: "Todo -sonidos, colores, olores: esa sensualidad oprobiosa del tr¨®pico- est¨¢ aqu¨ª para apagarse, para volverse ceniza ( ... ). La poes¨ªa es, antes que nada, una desgracia, una admisi¨®n de derrota; la poes¨ªa se hunde junto con las cosas que celebra". Es cierto. El mundo de Mutis tiene esa particularidad. Sin embargo, la poes¨ªa de este gaviero colombiano incluye la pertinente refutaci¨®n, al menos cuando toma "el mito perdido, irrescatable, est¨¦ril", y lo encuentra, lo rescata, lo fecunda. Tengo la impresi¨®n de que la poes¨ªa de Alvaro Mutis sobrevivir¨¢ largamente a las perecibles cosas que celebra.
Babelia
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