Violentos combates y ataques a a¨¦reos sacuden Zagreb
ENVIADO ESPECIALAviones de combate, fuego de blindados y de armas ligeras estremecieron anoche la oscurecida capital croata de Zagreb. La guerra hab¨ªa llegado puntual, media hora despu¨¦s de que el presidente croata, Franjo Tudjman, anunciase que el acuerdo de alto el fuego, firmado con el presidente de Serbia, Slobodan Milosevic, en presencia del presidente de la conferencia de paz en Yugoslavia, lord Carrington, ten¨ªa m¨¢s posibilidades de ser respetado, ya que esta vez lo hab¨ªa sucrito la c¨²pula del Ej¨¦rcito federal. Los combates estallaron en torno a las principales guarniciones.
Tudjman dijo en rueda de prensa, media hora antes del ataque, que consideraba a este acuerdo m¨¢s estable que los anteriores, pero, a?adi¨® que no abandonar¨ªa los cuarteles tomados al Ej¨¦rcito federal. "Croacia no se retirar¨¢ dentro de su propio territorio".En la Ciudad yugoslava de Igalo, pocas horas antes, el presidente de la Conferencia de Paz de la CE para Yugoslavia, el brit¨¢nico Lord Carrington, hab¨ªa logrado el compromiso en la mesa de negociaciones de los presidentes de Serbia, Slobodan Milosevic, de Croacia, Tranjo Tudjman, y del jefe del Ej¨¦rcito federal, general Veljko Kadijevic, para un cese del fuego. El texto afirmaba entre otras cosas que: "Por lo tanto nos comprometemos a que todos aquellos bajo nuestro control, y bajo nuestra influencia pol¨ªtica y militar, deben cesar el fuego de inmediato. Cuando las fuerzas se encuentran en disposici¨®n de m¨¢xima proximidad, existe el inevitable problema de las provocaciones, reales o imaginarias, y represalias. Es por lo tanto imperativo para las fuerzas de tierra retirarse lo suficiente como para garantizar que el cese del fuego sea genuino y total". Anoche el texto parec¨ªa papel mojado, y las circunstancias parec¨ªan preanunciar un nuevo fracaso de la gesti¨®n comunitaria.
El texto establec¨ªa adem¨¢s que "todas las fuerzas paramilitares y unidades irregulares tendr¨¢n que desmovilizarse y disolverse. La Guardia Nacional croata tendr¨¢ que desconvocar a sus reservistas y el Ej¨¦rcito federal deber¨¢ internarse en sus cuarteles. Este proceso se desarrollar¨¢ simult¨¢neamente.
Noche infernal
Los enfrentamientos se extendieron posteriormente desde los dos grandes cuarteles c¨¦ntricos a varios puntos de la ciudad. Eran las once de la noche cuando despu¨¦s de o¨ªrse el estruendo de una fuerte explosi¨®n sonaron las sirenas antia¨¦reas. Inmediantemente despu¨¦s, con la ciudad completamente a oscuras, se inici¨® la batalla alrededor de los cuartes de Borongaj y, Mariscal Tito, asediados desde hace d¨ªas por las; fuerzas croatas. Desde el hotel Esplanade, en pleno centro de la ciudad, se o¨ªa perfectamente el fuego de artiller¨ªa pesada y de los blindados, salpicado de disparos de armas ligeras. El cielo de Zagreb se asemejaba a las im¨¢genes del Beirut de los peores tiempos de guerra. Hacia las 0.30 aparecieron los primeros aviones de combate Y' se inici¨® un infernal fuego antia¨¦reo. Grandes fogatas se divisaban en la zona del cuartel de Borongaj, donde probablemente resultaron alcanzados los dep¨®sitos de combustible.
Es imposible a la hora de escribir esta cr¨®nica decir qui¨¦n desencaden¨® las hostilidades. Desde que el Gobierno croata orden¨® el bloqueo de todas las instalaciones militares, la tensi¨®n ha ido en aumento en Zagreb, especialmente entre los soldados bloqueados en el interior de las guarniciones, y las fuerzas civiles y militares croatas que ocupan las trincheras en el exterior. En una situaci¨®n como la que se vive en Zaigreb desde el viernes pasado, cualquier excusa era buena para hacer saltar la chispa.
A pesar del sol radiante con que despert¨® Zagreb, el d¨ªa se presentaba sombr¨ªo para la capital de Croacia. Mientras en el pl¨¢cido balneario montenegrino de Igalu Tudjman, Milosevic y los dos m¨¢ximos responsables del Ej¨¦rcito federal discut¨ªan con lord Carrington los t¨¦rminos del en¨¦simo alto el fuego que debe entrar en vigor a las doce del mediod¨ªa de hoy, las alarmas sonaban de nuevo en Zagreb. Eran las diez de la ma?ana. Tres aviones atacaron un repetidor de televisi¨®n en la monta?a de Slejme, en las proximidades de Zagreb.
La alerta se repiti¨® de nuevo por la tarde. Seis aviones procedentes de la base de Bihac (Bosnia) ametrallaron una estaci¨®n de unidades especiales de la polic¨ªa croata en el barrio de Lucko. En los alrededores de los cuarteles de Borongaj, Mariscal Tito y el comando de la Quinta Regi¨®n Miligar se escucharon disparos espor¨¢dicos.
Un nuevo elemento aument¨® el p¨¢nico cuando se supo de la presencia de francotiradores en varios puntos de la ciudad, uno de ellos junto al hotel Esplanade. El nerviosismo de las patrullas de vigilancia iba en aumento, aunque hacia las nueve de la no che son¨® el fin de la alarma antia¨¦rea. Poco antes de mediano che empezaba la batalla de Zagreb. Entretanto el enviado de la CE, Lord Carrington, regresaba a casa. Su portavoz en Londres afirmaba que descansaba en su casa tras una agotadora misi¨®n.
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