Espa?a corta los fondos de ayuda a los refugiados de la Europa ex comunista
Espa?a ha suspendido este mes las ayudas econ¨®micas y la asistencia sanitaria a las personas procedentes de Rumania, Checoslovaquia, Hungr¨ªa y Bulgaria que hab¨ªan pedido refugio en nuestro pa¨ªs. Todos ellos quedan incluidos en la lista de Estados -la que ya figuraba Polonia, desde la primavera pasada- a cuyos ciudadanos se niega el asilo pol¨ªtico, por entender que sus reg¨ªmenes ya son democr¨¢ticos. Adem¨¢s de estos pa¨ªses ex comunistas, Espa?a ha suspendido igualmente la ayuda a los procedentes de Per¨². El Gobierno trata as¨ª de cortar el paso a millares de personas que se presentan en los puestos fronterizos acogi¨¦ndose al resquicio del asilo, para no ser rechazados como inmigrantes.
Los que pretendan venir a partir de ahora tampoco recibir¨¢n ayuda alguna. Ni podr¨¢n acogerse al proceso de regularizaci¨®n abierto para la generalidad de los inmigrantes ilegales, porque una de las condiciones del mismo consiste en haber llegado a Espa?a antes del 15 de mayo de 1991.
El a?o pasado recibieron ayuda un total de 4.454 polacos, 515 rumanos, 356 b¨²lgaros, 248 checosvolacos y contingentes m¨¢s peque?os de los dem¨¢s pa¨ªses ex comunistas. Tambi¨¦n percibieron auxilios del mismo tipo m¨¢s de 500 peruanos, todo ello con cargo a los programas que ahora han sido suspendidos. A falta de datos sobre el impacto de las nuevas medidas en los desplazamientos desde el este de Europa, esas cifras de atendidos en 1990 dan una idea de las dimensiones del colectivo afectado.
El corte de los fondos fue formalizado por el Ministerio de Asuntos Sociales, a trav¨¦s de una comunicaci¨®n que se recibi¨® a primeros de agosto en la Cruz Roja, que es la entidad encargada de gestionar tales ayudas con los acogidos. Antes de formalizar la decisi¨®n, el problema fue debatido en el seno de la Comisi¨®n Interministerial de Asilo y Refugio, en la cual participa un representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR).
Un gran incremento
Hasta ahora, los peticionarios de asilo ten¨ªan garantizadas dos facilidades: su entrada en territorio espa?ol -derecho que otros pa¨ªses no reconocen- y una ayuda econ¨®mica "de emergencia" durante el tiempo necesario para tramitar la solicitud. Las cantidades oscilaban entre las 31.600 pesetas mensuales, para los que llegaran solos, y las 51.000, en caso de venir con familia, sumas que pod¨ªan percibir durante un periodo que oscilaba entre 6 y 18 meses, seg¨²n los casos. Adem¨¢s, se les prestaba asistencia sanitaria y ayuda para alojamiento.
Pero el Gobierno est¨¢ asustado por la contundencia de las cifras. Frente a los 4.788 peticionarios de asilo en 1988 -el 61% de los cuales eran del este de Europa-, el n¨²mero de solicitantes aument¨® en 1990 hasta 7.810, de ellos el 46% procedentes del mismo ¨¢rea geogr¨¢fica. En el primer trimestre de este a?o se han registrado 3.876 peticiones, principalmente de polacos y peruanos. A este ritmo, 1991 pod r¨ªa terminar con una marca sin precedentes: 13.000 o 14.000 solicitudes en un a?o.
De hecho, s¨®lo se concede el 11% de las peticiones de refugio planteadas. Fuentes de las organizaciones no gubernamentales reconocen, por su parte, que entre el 25% y el 30% de los peticionarios de asilo no est¨¢n en condiciones de probar las razones de sus solicitudes, lo cual no implica que sean falsas.
Inquietud por Yugoslavia
Los ciudadanos de Yugoslavia no figuran a¨²n en la lista de pa¨ªses a los que se deniega el asilo en Espa?a. No s¨®lo las autoridades de inmigraci¨®n, sino las organizaciones de ayuda a refugiados, se muestran muy preocupados respecto a la posibilidad de que el conflicto civil provoque nuevas emigraciones hacia Occidente. Italia ha recibido ya los primeros contingentes de personas que huyen de la guerra.
El a?o pasado, cuando la tensi¨®n en ese ¨¢rea era menor, una treintena de yugoslavos fueron atendidos en Espa?a como solicitantes de refugio. Aunque la cifra no es alta, da indicios de que la lejan¨ªa geogr¨¢fica y cultural no impide la b¨²squeda de salidas hacia donde sea.
Pero la solidaridad con los pueblos en dificultades no es un concepto de moda. La complacencia por la ca¨ªda de los reg¨ªmenes comunistas ha cedido al p¨¢nico a un ¨¦xodo hacia Europa occidental. Por el momento, la pol¨ªtica espa?ola consiste en conceder asilo s¨®lo a personas que cuenten con un fuerte apoyo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR) o la Comisi¨®n Cat¨®lica de la Inmigraci¨®n, como garantes de que el peticionario es un verdadero perseguido y no como puerta falsa para intentar una mejora de sus condiciones de vida.
En general, el nivel cultural de los inmigrantes de la Europa ex comunista es m¨¢s elevado que el de otras ¨¢reas. Entre ellos hay m¨¦dicos, ingenieros y abogados, con serias dificultades para ejercer sus profesiones, que terminan trabajando de camareros, peones o criados. A pesar de este mayor nivel cultural, el Gobierno no quiere ser v¨ªctima de una presi¨®n similar a la que sufren pa¨ªses fronterizos con el antiguo tel¨®n de acero, como la Rep¨²blica Federal de Alemania o el caso ya mencionado de Italia.
La pol¨ªtica restrictiva tiene cobertura en una moci¨®n parlamentaria del pasado abril.
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