Bancos y pobres
El sonido de las bocinas atron¨® anoche en Lisboa, como suele ocurrir en Portugal tras cada final de campa?a. Esta vez proced¨ªa de las huestes de la clase media urbana que apoya a Cavaco Silva y de los comunistas, que, contra viento (del Este) y marea (portuguesa), acudieron a escuchar a Cunhal.La diferencia con 1987, perceptible tanto en la capital como en otras ciudades de] pa¨ªs, no estaba en el sonido, sino en los veh¨ªculos, ya que en pocos anos se ha renovado el trasegado parque automotor portugu¨¦s, en una de las muestras m¨¢s notables de la reactivaci¨®n de] consumo.
Antes de los nuevos autom¨®viles llegaron los bancos, y la multiplicaci¨®n de los cajeros autom¨¢ticos, con su uso generalizado en los ¨²ltimos meses. En el paisaje de la siempre dulce Lisboa coexisten ahora estos signos de la nueva ¨¦poca con sus m¨¢s tradicionales rincones de abandono y pobreza.
"Antes no hab¨ªa ning¨²n banco extranjero, ahora quieren estar todos", comenta un militante socialista al analizar el fen¨®meno. Sin embargo, agrega, salvo en nuevas profesiones vinculadas al flujo financiero, los portugueses no han visto aumentar sustancialmente su salario real.
En el Portugal naranja, como se define al cavaquismo en alusi¨®n a los colores que identifican al PSD, "los salarios en el sector textil son m¨¢s bajos que en Corea del Sur o en Taiwan", afirma Vieira Mendes, dirigente de la Uni¨®n de Sindicatos de Oporto y candidato a diputado del PCP. Mendes atribuye a factores externos favorables estos a?os de crecimiento, que, a su juicio, no han correspondido a la resoluci¨®n "de los problemas de los trabajadores".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.