Patada a la puerta

El ministro del Interior, Jos¨¦ Luis Corcuera, ha reiterado estos d¨ªas que en pa¨ªses europeos, como el Reino Unido, existen legislaciones similares a la ley de seguridad que ¨¦l propugna. El comentarista del diario brit¨¢nico The Times Bernard Levin expresa su alarma por las normas que se preparan en el Reino Unido sobre registros domiciliarios sin autorizaci¨®n judicial en un art¨ªculo del que publicamos un extracto.

Imag¨ªnense una ley que diera a la polic¨ªa de este pa¨ªs poderes para entrar en su casa en cualquier momento del d¨ªa o de la noche, sin mandato judicial alguno y sin advertencia previa; para tirar abajo su puerta si usted le niega la entrada, sacarle de su casa mientras registran y llevarse lo que quieran; interrogar a su esposa y detenerla si se niega a responder, exigir una respuesta a sus preguntas y ser acusado de delito si permanece en silencio e insiste en que est¨¦ presente su abogado durante el iterrogatorio; hacer cualquiera de estas cosas, o todas ellas, a cualquier habitante de su casa -ya sea familiar, amigo o secretaria- o a cualquier vendedor de aspiradoras a domicilio que pasara por all¨ª.?Y qu¨¦ dir¨ªa usted si le digo que exactamente esta ley, con estas mismas disposiciones, no forman parte de un juego, sino que es real y est¨¢ a punto de aplicarse en el sistema legislativo de este pa¨ªs, bajo el modesto nombre de Statutory Instrument 1991. N? 1.531? (...)

Estas sorprendentes disposiciones, originadas en un intento de ordenar las leyes referentes a la propiedad, tenencia y uso de explosivos, son explosivas pero en su sentido legislativo (...).

La m¨¢s tenue o incluso falsa sospecha de que se han olvidado unos fuegos artificiales de la noche de Guy Fawkes o un cartucho olvidado en un bolsillo tras una cacer¨ªa de faisanes, permite una intervenci¨®n como la descrita. M¨¢s a¨²n, aunque las leyes sobre tenencia de armas son ya suficientemente estrictas, los que tienen permisos de armas tendr¨¢n que tener otro certificado para tener la munici¨®n.

Pero dado que este n¨²mero de personas es muy restringido, en la pr¨¢ctica, estas invasiones monstruosas afectar¨¢n casi exclusivamente a los ciudadanos inocentes que jam¨¢s han tocado un arma de fuego ni un explosivo en su vida.

Llegados a este punto me podr¨ªan preguntar qu¨¦ tiene que ver la polic¨ªa con todo esto. Estos temas son competencia de la Direcci¨®n de Seguridad e Higiene que por ley est¨¢ encargada de emplear a inspectores expertos en explosivos. La respuesta es que en un ejercicio de lun¨¢tica extra vagancia, incluso para lo que se estila en el Ministerio del Interior, este nocivo departamento ha decidido convertir a los polic¨ªas en inspectores de explosivos. Al hacer esto, los polic¨ªas tendr¨¢n estos desmesurados poderes sobre las viviendas privadas y tambi¨¦n sobre las minas y f¨¢bricas y, les dir¨¦, si es que no lo han adivinado todav¨ªa, que har¨¢n uso de ellos.

Ahora oiremos, probablemente de alg¨²n oscuro diputado tory que busca promocionarse y ansiosamente agite su discurso, que por supuesto, las disposiciones del Statutory Instrument 1.531 no est¨¢n pensadas para acosar a los honrados ciudadanos que tienen una caja de petardos en su garaje.

?De verdad? ?Y cu¨¢ndo fue la ¨²ltima vez que oy¨® usted que una persona con autoridad, por poca que sea, dejara de ejercerla? ?Qu¨¦ alegr¨ªa le dar¨¢ cuando un aburrido polic¨ªa pueda dar una patada a su puerta a las tres de la madrugada con la esperanza de encontrar una lata de gasolina utilizada para la podadora o una bombona de gas para la cocina! (...)