En recuerdo de Manuel Ramos Armero
A los 67 a?os de edad ha muerto Manolo Ramos Armero. Era -es- un hombre excepcionalmente inteligente, m¨¢s a¨²n, ejemplarmente bueno. De esp¨ªritu elegante, rigurosa seriedad, aut¨¦ntica sencillez, excelente criterio, apasionado entusiasmo. Profesionalmente, un magn¨ªfico notario, primero entre los primeros, que trabaj¨® en su despacho hasta el ¨²ltimo de sus d¨ªas pese a las graves limitaciones que le impon¨ªa su enfermedad. Ciudadano comprometido con la causa de la libertad, europe¨ªsta convencido, milit¨® en la clandestinidad junto a Jos¨¦ Mar¨ªa Gil-Robles, y en la democracia, cercano a las posiciones de progreso, fue el art¨ªfice del armaz¨®n jur¨ªdico de algunas de nuestras m¨¢s importantes y significativas organizaciones pol¨ªticas. Crey¨® en el m¨¦rito del esfuerzo, pero ocult¨® el m¨¦rito propio, como escondi¨® pudoroso las penalidades de su lucha contra el c¨¢ncer, al que casi lleg¨® a vencer. Durante m¨¢s de dos a?os ofreci¨® un ejemplo de coraje a cuantos padec¨ªan situaciones an¨¢logas. Al angustiado interrogante de sus pr¨®ximos, respond¨ªa siempre con la verdad; porque nunca enga?¨® ni se enga?¨®. Una verdad que no le rindi¨®, que no le rest¨® su sentido del humor, que no le arrebat¨® su ilusi¨®n por vivir, que no dobleg¨® su voluntad por intentar curarse, que no quebr¨® su estoica dignidad. Su esp¨ªritu rezumaba nostalgia de su Mediterr¨¢neo natal. De ah¨ª su afici¨®n viajera por los distintos pa¨ªses ribere?os, su profundo conocimiento de las culturas ¨¢rabe y jud¨ªa, y su tard¨ªo descubrimiento de ese Toledo de ra¨ªz oriental. A Toledo le dedic¨® lo mejor de su entusiasmo, all¨ª pas¨® algunas de sus mejores horas, all¨ª anidaron algunos de sus mejores sue?os. Desde su sensibilidad por cuanto la cultura evoca, constituy¨® la Real Fundaci¨®n de Toledo, convoc¨¢ndonos a algunos de sus amigos: Paloma Acu?a, Manuel Casamar, Antonio L¨®pez, Julio L¨®pez Hern¨¢ndez, Rafael Canogar, Samuel Toledano, Francisco Longoria...Amigo extraordinario, siempre disponible, siempre solidario en la adversidad y en la alegr¨ªa. Generoso con todos y con todo, procur¨® que su liberalidad pasara inadvertida. Padre entra?able, que supo ser amigo de sus hijos sin dejar de ser su maestro. Hoy todos sentimos un profundo desconsuelo, una frustraci¨®n grande por su muerte, una ¨ªntima sensaci¨®n de rebeld¨ªa ante su destino prematuramente truncado. Estamos m¨¢s solos, pero nos queda la sombra bienhechora de su recuerdo.
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