El centenario de Rimbaud desencadena en Francia un movimiento a favor de la poes¨ªa
Festivales en Par¨ªs, Marsella y Charleville en homenaje al poeta y explorador
A las diez de la ma?ana del 10 de noviembre de 1891, Arthur Rimbaud, falleci¨® en un hospital de Marsella. Ten¨ªa una sola pierna -la otra, corro¨ªda por un tumor canceroso, le hab¨ªa sido amputada meses atr¨¢s- y 37 a?os. Hab¨ªa dejado de escribir hacia mucho tiempo. Un siglo despu¨¦s de este acontecimiento, o sea, este fin de semana, Francia rinde m¨²ltiples y espectaculares homenajes al "hombre de las suelas de viento".
En la placa instalada en la casa de Charleville donde naci¨® en 1854, Rimbaud es presentado como "poeta y explorador", dos palabras que definen a la perfecci¨®n su personaje. La vida y la obra de Rimbaud son de una coherencia pocas veces igualada en la historia de la literatura. Rimbaud practic¨® la poes¨ªa como una exploraci¨®n, y explor¨® tierras desconocidas como una actividad po¨¦tica. Y, como dice Alain Borer, uno de sus mejores bi¨®grafos, ambas cosas, poes¨ªa y exploraci¨®n, fueron para Rimbaud "una fuga en direcci¨®n a algo que se alejaba a medida que ¨¦l se acercaba".Rimbaud fue un ni?o prodigio que compuso versos en lat¨ªn a los 12 a?os, se escap¨® a Par¨ªs a los 16, se entusiasm¨® con la Comuna, se convirti¨® en amante y protegido del poeta Verlaine y escribi¨® algunos de los textos m¨¢s fulgurantes del siglo XIX. Tambi¨¦n fue ¨¦l personaje maldito que abandon¨® pronto la literatura para ejercer de mercenario, desertor, ge¨®grafo, traficante de armas y v¨ªctima de enfermedades como la s¨ªfilis, el reumatismo y el c¨¢ncer.
El poeta del Bateau ivre se agitar¨ªa en su tumba si le llegaran noticias de que, seg¨²n afirma Alain Borer, los creadores de Rambo, el brutal superh¨¦roe norteamericano encarnado por Silvester Stallone, escogieron este nombre con la intenci¨®n de expresar su admiraci¨®n por el poeta franc¨¦s. En ingl¨¦s, recuerda Borer, Rimbaud suena igual que Rambo.
Faro de surrealistas
Al faro de surrealistas, libertarios, beats y otros rebeldes tampoco le har¨ªa mucha gracia saber que su nombre est¨¢ vinculado al jaleo que este fin de semana agita Par¨ªs, Marsella y Charleville. Conscientes de ello, los organizadores del centenario de Rimbaud, y a la cabeza de ellos el ministro de Cultura, Jack Lang, afirman que su intenci¨®n es desencadenar un "un movimiento a favor de la poes¨ªa". Esa "acci¨®n militante", dice Lang, pretende "restablecer los lazos entre la poes¨ªa y la juventud".El centenario de la desaparici¨®n del autor de Una temporada en el infierno coincide con un notable renacimiento del inter¨¦s de la juventud francesa por la poes¨ªa. El pasado verano, con ocasi¨®n de otro aniversario, el de la muerte en 1971 por sobredosis de hero¨ªna de Jim Morrison, miles de adolescentes acudieron al cementerio de P¨¦re Lachaise para leer poemas de Rimbaud delante de la tumba del cantante de The Doors.
Morrison, el muchacho norteamericano que pretend¨ªa abrir las puertas de la percepci¨®n, era un gran admirador del poeta franc¨¦s. Seg¨²n explic¨® a sus amigos, si se instal¨® en Par¨ªs meses antes de su muerte fue con Ia intenci¨®n de vivir en el anonimato y el culto a la poes¨ªa, a partir del modelo de Rimbaud.
El mito de la vida fulgurante y la muerte prematura es el tema de uno Rainbow pour Rimbaud, de Jean Teul¨¦, uno de los numerosos libros publicados este a?o en torno a la personalidad del poeta. El libro cuenta la historia de Robert e Isabelle, dos j¨®venes franceses muy contempor¨¢neos que van a amarse a ?frica con las estrofas de Rimbaud como ¨²nico equipaje.
Parada salvaje
El Grand Halle de La Villette, en Par¨ªs, es el punto de convergencia de todos los actos del fin de semana nacional consagrado a Rimbaud. Parada salvaje se llama el festival de La Villette, en recuerdo de ese verso del poema en prosa Iluminac¨ªones que dice: "S¨®lo yo tengo la clave de esta parada salvaje".A La Villette llegar¨¢ hoy la caravana de poetas franceses que, siguiendo la pista de Rimbaud, ha viajado por Chipre, Alejandr¨ªa, El Cairo, Sanaa, Aden y Marsella. Desde ese momento y durante 24 horas seguidas, poetas, cantantes, pintores, escultores, actores y bailarines se suceder¨¢n en los distintos escenarios del recinto, en un intento de revivir ese "Iargo, inmenso, razonado desorden de los sentidos" propuesto por Rimbaud. Yannis Kokkos es el autor de la escenograf¨ªa.
Leo Ferr¨¦, John Cale y Tom Verlaine cantar¨¢n textos de Rimbaud, y los azmaris de Etiop¨ªa y los gnauas de Marruecos recrear¨¢n las atm¨®sferas africanas vividas por el poeta. Mientras tanto, una bater¨ªa de fax enviar¨¢ textos po¨¦ticos a todos los rincones del planeta. Ser¨¢ la culminaci¨®n de la cadena iniciada por Lang hace unos meses, al enviar un poema al entonces primer ministro Michel Rocard.
Charleville y Marsella, primera y ¨²ltima escala en la vida de Rimbaud, tambi¨¦n consagran el fin del semana al poeta. Una "carrera de ladrones de fuego" recorrer¨¢ los 350 kil¨®metros que separan Charleville de La Villette. Durante la carrera, de 36 horas de duraci¨®n, un centenar de personas se relevar¨¢n para llevar al recinto parisiense el poema Mi bohemia.
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