Sainz, forzado a abandonar el Rally Catalunya
Carlos Sainz y Luis Moya, los campeones del mundo de rallies, trataron de no llorar. Intentaron mantenerse intactos, pero era demasiado lo que se les ven¨ªa abajo como para reprimirse algo tan emotivo como el llanto. Eran poco m¨¢s de las ocho de la ma?ana y su Toyota no pod¨ªa ser arrancado. Hac¨ªa ya una hora que lo hab¨ªan sacado a empujones del parque cerrado en el que la noche anterior lo hab¨ªan estacionado en perfectas condiciones. No tuvieron m¨¢s remedio que abandonar el Rally Catalunya y preparar las maletas para jugarse el t¨ªtulo en el RAC de Inglaterra. Le llevaban un minuto al finland¨¦s Juha Kankkunen, el ¨²nico que puede privarles del bicampeonato. Estaban a pocos pasos de un nuevo triunfo.
Puede que sean 5.000 millones de pesetas de presupuesto. Ese coche es un modelo ¨²nico en cada carrera. Se hace uno para cada rally. Lo repasan cien, quinientas veces. Lleva los materiales m¨¢s sofisticados. Un inmenso cami¨®n, 15 furgonetas, veh¨ªculos de asistencia r¨¢pida, una avioneta, un helic¨®ptero... M¨¢s de 200 personas velan por su buen funcionamiento. Nadie sabe lo que vale, lo que cuesta.Pero ayer, cuando todav¨ªa era de noche (7.02 horas), no hubo forma de ponerlo en marcha. Ni con la llave que Sainz us¨® diez, veinte veces; ni con los empujones de una docena de curiosos que se prestaron a ayudar; ni con las artima?as de dos voluntariosos mec¨¢nicos de Toyota; ni con las pericias del propio Sainz, que toc¨® todo lo tocable y cambi¨® las buj¨ªas; ni con los empellones a lo bestia de la furgoneta del equipo; ni siquiera con la mirada implorante que Sainz elev¨® al cielo antes de sacarse los guantes y dirigirse, desesperado, decepcionado, harto, a su hotel.
Todo eso pas¨® entre las siete y las ocho de la ma?ana. "?Carlos, Carlos!", grit¨® Moya a su compa?ero cuando enfilaba la acera; "dice Ove [Andersson, el due?o del Toyota Team Europel que Intentemos llegar donde sea". Sainz volvi¨® corriendo:
"?Pero arranca o no?". Salt¨® por encima del maletero, enganchado a¨²n al parachoques de la furgoneta, que volvi¨® a empujarlo tan violentamente que por poco atropella un Golf de la Polic¨ªa en su carrera hacia la frustraci¨®n.
Pero nada. All¨ª se qued¨® el Celica mientras Sainz y Moya se consolaban mutuamente camino del hotel. Los mec¨¢nicos se llevaron aquel ingenio a un descampado. All¨ª, con todos los t¨¦cnicos bajados del cielo en helic¨®ptero -a las siete, no pod¨ªa volar al carecer de visibilidad, lo que trunc¨® su presencia en el parque-, se descubri¨® la aver¨ªa. Era ya demasiado tarde.
Telefonearon a Sainz, quien acudi¨® al improvisado taller de Toyota. Fue all¨ª, al contemplar la maltrecha centralita [una computadora electr¨®nica] sobre la palma de la mano de un mec¨¢nico, cuando Sainz rompi¨® a llorar. Se acababa de volatilizar buena parte de su segundo t¨ªtulo mundial, pues pensaba adquirir ayer, en los 13 tramos que restaban de asfalto (216 kil¨®metros cronometrados), otro minuto de ventaja sobre Kankkunen, diferencia suficiente para ser administrada con destreza en las dos jornadas posteriores de tierra. Esa era la t¨¢ctica, ¨¦sa era la f¨®rmula para conquistar el bicampeonato, que no pasaba por ganar el Rally Catalunya, sino por superar al n¨®rdico.
Pero ni se pudo poner en marcha el sofisticado coche millonario ni uno de los mejores y m¨¢s completos equipos del mundo previ¨® tener un experto en motores a la salida del parque cerrado de la etapa, donde s¨ª hab¨ªa un par de mec¨¢nicos, de ¨¦sos que montan y desmontan con la celeridad del rayo, pero a los que, no les pagan por encontrar el punto, el fallo, en un mot¨®r en el que resulta casi imposible introducir la mano.
Todas esas furgonetas, todos esos coches, todas esas asistencias... estaban ya desperdigadas a esas horas por media Catalu?a para revisar, tramo a tramo, el Toyota del campe¨®n. Sin luz, sin sol, el helic¨®ptero en el que van los ingenieros de sus diversas partes estaba inutilizado en tierra.
"Desesperante"
"Puedes estrellarte, salirte de la pista, pinchar diez veces, romper el motor, sufrir cualquier aver¨ªa seria... O, simplemente, que tus adversarios sean, ese d¨ªa, ese rally, mejores que t¨². Pierdes y punto. No ha pasado nada. Lo frustrante, lo que me desespera, es perder por una aver¨ªa tan absurda, por una aver¨ªa que, si la encuentras, la solucionas en medio minuto. Eso es lo desesperante, m¨¢xime cuando est¨¢ en juego el t¨ªtulo mundial", se desahog¨® Sainz.
No es la primera experiencia de este tipo que el espa?ol vive a lo largo de su triunfal carrera, pero s¨ª es la primera ocasi¨®n en que una tonter¨ªa le birla la posibilidad de ganar un nuevo campeonato. Ya hab¨ªan pasado las horas de las lamentaciones e incluso del llanto. Con la maleta en la mano, Sainz abandon¨® su hotel de Lloret a las 11.45. "Me voy de vacaciones al RAC, ya ve", coment¨® con rabia contenida.
"Todos me daban por favorito. Todos cre¨ªan que esto era pan comido. Sin embargo, no cesa de demostrarse que hasta, que termina el ¨²ltimo tramo puede suceder de todo. Los rallies cambian de la noche a la ma?ana. Eso ha sucedido esta vez. Nunca mejor dicho. El domingo, cuando lo aparcamos, el coche estaba en perfect¨ªsimas condiciones. Puede que la humedad de la noche, ?qu¨¦ s¨¦ yo!, haya estropeado esa centralita. Es la primera vez que sufrimos una aver¨ªa as¨ª. De nada sirve lamentarse. Habr¨¢ que jug¨¢rselo todo en Inglaterra, la prueba menos previsible del Campeonato del Mundo", concluy¨®.
El t¨ªtulo mundial se decidir¨¢ en el RAC
El abandono de Carlos Sainz (Toyota) permitir¨¢ que el f¨ªnland¨¦s Juha Kankkunen (Lancia) supere al espa?ol en la clasificaci¨®n mundial de pilotos en caso de que consiga un buen resultado en el Rally Catalunya, que anoche concluy¨® con dominio del alem¨¢n Armin Schwarz (Toyota). Kankkunen, que ha perdido ya m¨¢s de cuatro minutos con respecto al l¨ªder en las dos jornadas sobre asfalto que se llevan disputadas, intentar¨¢ recuperarse a partir de hoy en la primera de las dos etapas de tierra -su superficie preferida- con las que termina la prueba catalana. Kankkunen, sexto ayer, tiene por delante a dos compa?eros de marca (Gustavo Trelles y Andrea Aghini). El finland¨¦s mantendr¨¢, pues, un duro pulso con el compa?ero de Sainz (Schwarz), el gran especialista franc¨¦s sobre asfalto (Fran?oise Delecour) y la revelaci¨®n del presente Catalunya, Josep Mar¨ªa Bardolet, Mia, (Ford).Kankkunen es mucho Kankkunen sobre tierra y es perfectamente capaz de enjugar los tres minutos y medio que le lleva Delecour, segundo en estos momentos. M¨¢xime teniendo en cuenta que a la carrera le quedan a¨²n 15 tramos cronometrados (287 kil¨®metros).
Sainz abandon¨® ayer Lloret convencido de que Kankkunen concluir¨¢ el Catalunya entre los dos primeros. "Queda mucha tierra, Kankkunen es un gran piloto y Lancia se volcar¨¢ por entero en ¨¦l", indic¨® el espa?ol, "est¨¢ claro que lo que m¨¢s me perjudica es que gane o sea segundo; de cualquier forma iremos al RAC con la imperiosa necesidad de ganar, pues s¨®lo nos servir¨¢ ese resultado".
El RAC, que se disputar¨¢ del 24 al 29 de noviembre pr¨®ximos, es el rally que menos le gusta a Sainz, pues s¨®lo puede entrenarse dos veces cada tramo, est¨¢n prohibidos los abr¨ªdores y contar¨¢ con la mejor participaci¨®n de todo el a?o.
Sainz tendr¨¢ que luchar all¨ª contra otros 12 coches oficiales: tres Subaru (Vatanen, Alen, McRae), dos Mitsubishi (Salonen y Eriksson), dos Nissan (Blornqvist y Leguelin), tres Lancia (Kankkunen, Biasion y Auriol) y dos Toyota (Ericsson y Jonsson).
Clasificaci¨®n provisional: 1. Schwarz-Hertz (Toyota), 3 horas 11 minutos 51 segundos; 2. Delecour-Grataloup (Ford), a 30s; 3. Bardolet-Rodr¨ªguez (Ford), a Im 42s; 4. AghiniFarnoccia (Lancia), a 2m. 22s; S. Trelles-Ivetich (Lancia), a 3m 29s; 6. Kankkunen-Piironen (Lancia), a 4m 01 s.
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