Un banquero en Carabanchel

Los inspectores del Banco de Espa?a se mostraban ayer satisfechos. Nadie quer¨ªa opinar abiertamente, pero a todos se les notaba una cierta alegr¨ªa. Lo mismo suced¨ªa en la c¨²pula de la autoridad monetaria y de la propia Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores. El mensaje estaba muy claro. "Por fin, una investigaci¨®n sobre irregularidades en el sistema financiero acababa con varios implicados en prisi¨®n", comentaba una fuente oficial. Aunque el proceso no haya hecho m¨¢s que comenzar y todav¨ªa puede pasar de todo, comentaba la misma fuente, "la decisi¨®n del juez supone un buen precedente para el sistema".En la memoria de todos ellos est¨¢n los m¨¢s de 50 casos de crisis bancarias que se han producido en Espa?a desde la ¨²ltima mitad de la d¨¦cada de los setenta hasta nuestros d¨ªas. En muchos de estos casos, los indicios delictivos estaban a la orden del d¨ªa. Pero nadie fue a la c¨¢rcel. Por eso probablemente, cuando ayer trascendi¨® la noticia de que Francisco Peir¨® y Enrique Pastor hab¨ªan ingresado horas antes en prisi¨®n, los funcionarios encargados de velar por la limpieza del sistema bancario se felicitaron unos a otros con un expresivo: "alg¨²n d¨ªa hab¨ªa que empezar.

Los que no se felicitaron tanto son los dos primeros implicados en el proceso, ni la lista de personas que tendr¨¢n que declarar, por una u otra raz¨®n, en los pr¨®ximos d¨ªas. A estas alturas de las investigaci¨®n nadie puede prever el alcance de la acci¨®n de la Justicia. Lo que s¨ª parece claro es que la batalla que se ha desencadenado entre los distintos grupos que componen el capital del Banco Europeo de Finanzas puede sacar a la superficie muchas irregularidades. Parece probado que han desaparecido cientos de millones de la caja del BEF y que se han falsificado 1.400 millones en pagar¨¦s forales. Pero puede haber m¨¢s.

Ayer, el mundillo financiero estaba revuelto. Hab¨ªa un banquero en Carabanchel. Aunque sus colegas le consideren una oveja negra y las presuntas acciones delictivas de Peir¨® no tienen nada que ver con la pr¨¢ctica bancaria habitual, el sistema comprendi¨® que la Justicia hab¨ªa entrado, por fin, con valent¨ªa a juzgar los delitos de cuello blanco. Mientras tanto, Francisco Peir¨® y Enrique Pastor pasaban su primer d¨ªa en la c¨¢rcel, tras siete horas de declaraci¨®n ante el juez y treinta minutos de viaje en un furg¨®n judicial. Empieza la cuenta atr¨¢s.