Bienvenida a tiros en Dubrovnik
Cr¨®nica desde el buque italiano 'Palladio', que hoy evacuar¨¢ refugiados de la ciudad croat¨¢
En el puerto de Zelenica, en Montenegro, unos kil¨®metros al sur de la ciudad croata de Dubrovnik, hay contrabandistas italianos que cargan sus lanchas en pleno d¨ªa y un oficial federal que saca su pistola y dispara, porque s¨ª, dos veces al agua. Hay tambi¨¦n una motonave que se sit¨²a sobre una milla a popa de la Palladio, la nave enviada por Italia en ayuda de Dubrovnik, y lanza dos o tres ca?onazos al agua.
ENVIADO ESPECIAL, Son datos absurdos de una guerra absurda marcada por el terror, y ¨¦ste es lo ¨²nico que les da coherencia. Cuando la Palladio zarp¨® de Zelenica para Dubrovnik, ayer hacia el mediod¨ªa, despu¨¦s de pasar un duro chequeo de los federales, la motonave sigui¨® su singladura y, en un cierto punto, cuando estaba frente a la ciudad sitiada, dispar¨® una r¨¢faga de ametralladora hacia el barco de los voluntarios de la Cruz Roja y una veintena de periodistas. Los disparos pasaron a unos metros de la borda.La nave entr¨® en Gruz, el puerto industrial de Dubrovnik, y las metralletas reiniciaron su traqueteo. Las disparaban los serbios ocultos en las colinas, y ¨¦sta parece ser su peculiar bienvenida a una ciudad sitiada y aterrorizada desde hace 56 d¨ªas.
Una hormigonera y dos autobuses cortan la carretera hacia el puerto, que, como todos los de esta costa d¨¢lmata, se aplasta contra las monta?as. Y cada colina controlada por los serbios es una amenaza.
Algunos uniformes verdes, se dejaron ver, en la altura, cuando la Palladio se aproximaba. La destrucci¨®n no es grande, m¨¢s bien insignificante para lo que se puede esperar de este cerco prolongado. En el propio puerto, que es la zona de la ciudad mas tocada, hay un almac¨¦n en ruinas, otro quemado parcialmente, y mucho efecto gruy¨¦re sobre fachadas que han sufrido impactos de metralleta. Pero no hay nada que no pueda ser arreglado en pocas semanas o meses.
El d¨ªa es bueno y la gente est¨¢ en la calle, sentada en las aceras, con las manos en los bolsillos,sin nada que hacer m¨¢s que esperar. Hay un aspecto general de desali?o debido a la falta de agua y de electricidad. Ambas est¨¢n bajo el control de los federales, que lo vigilan todo desde lo alto, a vecesa s¨®lo 400 metros dedistancia. Lo primero que hicieron fue. cortar esos suministros b¨¢sicos y erripezar a disparar su artiller¨ªa ligera.
Es un brutal juego del gato y el rat¨®n, que se coimplica cuando cae la, tarde y entran en funci¨®n los francotiradores. La noche se ilumina de cuando en cuando con bengalas y hasta la proximidad de una ventana puede ser peligrosa.
Pero Dubrovnik ha vivido horas peores que ¨¦sta, ya que, tras el acuerdo de Ginebra del pasado s¨¢bado, revalidado el lunes a nivel local, s¨®lo se disparan metralletas: adem¨¢s, el pasillo humanitario abierto por Italia y Francia ha tra¨ªdo a la ciudad medicinas y agua. Las cosas han mejorado, seg¨²n reconoce en el hospital local el doctor Toiny Yurkovic, un neurocirujano.
"Ahora tenemos un grupo electr¨®geno y podemos esterilizar, aunque s¨®lo operamos de urgencia. Tambi¨¦n hay agua", dice.
En el centro sanitario
La entrada del centro sanitario est¨¢ saturada de humo'de tabaco. Hay una peque?a cafeteria, d¨®nde se sienta una mujer en bata, que tiene una gestaci¨®n avanzada. La acompa?a su marido y un hombre.que habla ingl¨¦s. ?ste dice que es empleado del aeropuerto local, aunque ahora no trabaja. "La situaci¨®n sigue siendo mala", afirma, ?pero yo de aqui no me muevo, ni mis tres hijos. El Ej¨¦rcito croata resistir¨¢ a los cornunistas% a?ade. Circulan muchos milicianos por el hospital. Uno de ellos se va, a bordo de un flamante Golf blanco; se llama Sergio, tiene 22 a?os y unas ojeras profundas. Lleva un rosario al cuello, bajo la guerrera. ?Resistir¨¢n en Dubrovnik? Lanza un profundo suspiro y dice: "La gente se des moraliza. No podemos esperar nada de nadie si no tenemos armas. S¨®lo esto", dice mostrando el Kal¨¢shnikov que lleva en el asiento trasero, junto al casco.
La carretera del hospital a la ciudad vieja, centro de veraneo preferido d¨¦ muchos italianos, alemanes e ingleses, es otra sucesi¨®n de casas agujereadas. En una acera hay una fila de coches carbonizados. Pero los rastros de proyectiles desaparecen cuando se llega a los muros medievales que circundan el centro.
En el interior de una de estas murallas se abre un refugio donde viven unas 300 personas. Una de ¨¦stas es Yelena, una mujer de unos 45 a?os, que vive ah¨ª desde hace 56 d¨ªas, entre camas de campa?a alineadas y cubiertas por una manta, Trabajaba de camarera en un hotel, pero tiene que cuidar de sus dos hijos de 8 y 11 a?os. Los ni?os en Dubrovnik apenas sonr¨ªen y tienen una palidez que asusta. En un camastro vac¨ªo hay un anciano que se tapa todo lo que puede con la manta. No hace fr¨ªo, pero hay mucha humedad.
Yelena explica que vienen de otro pueblo vecino llamado Bosanka y que su casa, fue destruida. Lo mismo pas¨® luego en Dubrovnik con la casa de sus padres, que ahora le acompa?an en el refugio. Por eso no quiere marcharse. Su marido combate en Split y todo lo que le queda se encuentra en la ciudad sitiada.
Stradlu? es la calle central de la parte vieja y a media tarde est¨¢ llena. Hay muchos j¨®venes apoyados en las casas. Todas las tiendas est¨¢n cerradas,y las iglesias, abiertas. Hay sacos terreros en algunas ¨¦squin¨¢s y los cristales se protegen con cinta adhesiva. Pero las calles del centro son las m¨¢s seguras porque los francotiradores no pueden hacer punter¨ªa.
Control croata
La monta?a Srdj que la domina, es una de las pocas partes elevadas de la ciudad controlada por los croatas, pero la antena de televisi¨®n que se alza en ella no funciona, pocos metros detr¨¢s hay fuerzas serbias.
Un miliciano que pasea por Stradun confiesa que s¨®lo espera la llegada de los cascos azules de la ONU para quitarse el uniforme y coger una buena borrachera., Estudia Derecho en Zagreb y ha perdido a su mejor amigo, que era miembro de su unidad.
Un hombre con gorra azul cuenta c¨®mo consigue el agua: "De la lluvia, de cisternas, Aquil del mar no se puede, porque el putrto viejo es abierto y disparan". Con agua de mar se han estado lavando los habitantes de la part¨¦m¨¢s modetnade la ciudad.
Otra mujer que habla it¨¢liano y trabaja para el Ayuntamiento valora as¨ª la ayuda humanitaria europea: "Ha sido positiva porque ha normalizado la situaci¨®n, pero tambi¨¦n ha hecho posible que se vaya mucha gente y esto es malo, porque los serbios esperan para entrar en las monta?as y no tienen prisa. Tomar¨¢n m¨¢s f¨¢cilmente la ciudad".
El buque Palladio tiene previsto zarpar hoy para Fiume, en el norte de Croacia, con 850 refugiados. La salida de la nave es posible gracias al acuerdo alcanzado el lunes por el comandante Paniabovic, jefe local de las fue?zas federales. El compromiso prev¨¦ el mantenimiento del pasillo humanitario, el retorno de los observadores de la CE y la desmilitarizaci¨®n de la zona.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Env¨ªo v¨ªveres
- Serbia y Montenegro
- Observadores internacionales
- Cascos azules
- Regularizaci¨®n inmigrantes
- Campos refugiados
- Guerra Bosnia
- Ayuda humanitaria
- Misiones internacionales
- Mediaci¨®n internacional
- Contactos oficiales
- Montenegro
- Croacia
- Serbia
- Cooperaci¨®n y desarrollo
- Crisis humanitaria
- Italia
- Pol¨ªtica migratoria
- Cat¨¢strofes
- Francia
- Proceso paz
- Desastres
- Migraci¨®n
- Europa occidental
- ONU