Francia y Espa?a proponen decidir por mayor¨ªa de ocho pa¨ªses el paso a la moneda ¨²nica en 1999
La instauraci¨®n de la moneda ¨²nica podr¨ªa decidirse por mayor¨ªa de al menos ocho pa¨ªses, seg¨²n una propuesta defendida ayer en Bruselas por Francia y Espa?a. En ese caso, la decisi¨®n, en lugar de producirse a finales de 1996, se retrasar¨ªa dos a?os, de forma que hasta 1999 como m¨ªnimo no se iniciar¨ªa la tercera fase de la uni¨®n econ¨®mica y monetaria. Ocho pa¨ªses al menos deben estar dispuestos y tener sus econom¨ªas preparadas para ello. El Reino Unido, seg¨²n manifest¨® el ministro Norman Lamont, "est¨¢ totalmente en contra" de que se pueda ir adelante si no hay consenso.
Los brit¨¢nicos rechazan perder el poder de veto en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno cuando llegue el momento de decidir la fecha de .Creaci¨®n de la moneda ¨²nica. Por una parte, el Reino Unido pide una cl¨¢usula de exclusi¨®n general, que le permita quedarse fuera de la uni¨®n monetaria. Por otro, no quiere perder la capacidad de hipotecar la decisi¨®n que pueda asumir el resto.Estos dos temas clave ser¨¢n el plato fuerte de la primera parte de la cumbre de Maastricht, en la que, por primera vez, participar¨¢n los ministros de Econom¨ªa para reforzar a los de Exteriores en la tarea de asesorar a los jefes de Estado y de Gobierno. Lamont, visiblemente irritado por el aislamiento de su pa¨ªs, manifest¨® que "por su relevancia pol¨ªtica el Reino Unido no puede aceptar que se cierre el tema del optingout (la cl¨¢usula de exenci¨®n de la moneda ¨²nica), que ir¨¢ a la cumbre".
La propuesta, presentada ayer por el ministro franc¨¦s Pierre B¨¦r¨¦govoy, coincide sustancialmente con la que Carlos Solchaga defendi¨® en el Consejo de Finanzas del pasado 9 de septiembre. En opini¨®n de Espa?a, seg¨²n el secretario de Estado de Econom¨ªa, Pedro P¨¦rez, "la f¨®rmula tiene un sentido positivo, para facilitar que el tren de la uni¨®n monetaria eche a andar y pueda superar un bloqueo sucesivo por la falta de consenso en el Consejo Europeo". Solchaga defendi¨® que "no conviene precipitar la entrada o un inicio prematuro de la uni¨®n monetaria".
M¨¢s que un recurso para el retraso, la f¨®rmula es una garant¨ªa para el comienzo de la verdadera uni¨®n monetaria. Tal como est¨¢ concebido el proyecto de tratado, la cumbre de la CE es la que tiene que fijar, siempre por unanimidad, el inicio de la tercera fase. A finales de 1996 se plantear¨¢ el tema. Si no hay consenso, en lugar de volver a estudiar el tema dos a?os despu¨¦s con el peligro de un nuevo bloqueo, la nueva f¨®rmula prev¨¦ que la decisi¨®n pase en la segunda oportunidad a los ministros de Econom¨ªa y Finanzas. ?stos, por mayor¨ªa cualificada y reforzada de ocho pa¨ªses, podr¨ªan decidir el inicio inminente o aplazado de la creaci¨®n de la moneda ¨²nica y el banco central europeo. La mayor¨ªa opina que ocho pa¨ªses, en lugar de siete o seis, deber¨ªan estar decididos y tener sus econom¨ªas preparadas para la uni¨®n monetaria.
La reuni¨®n de ayer en Bruselas de los ministros de Finanzas de la CE fue continuaci¨®n de las discusiones iniciadas el s¨¢bado y el domingo en Scheveningen (Holanda) para intentar ultimar un texto de tratado de uni¨®n monetaria. Pero el cambio de ciudad no produjo alteraciones en el m¨¦todo. El debate se convirti¨® de nuevo en un ejercicio de aproximaciones, pero sin voluntad de cerrar ning¨²n acuerdo. La presidencia holandesa no ayuda a concretar consensos. Holanda tampoco est¨¢ interesada en el debate de la cohesi¨®n, que ayer, desde el lado de las contribuciones de cada pa¨ªs a la CE, ten¨ªa previsto plantear Solchaga. Prefiere dejar la b¨²squeda de un compromiso a los contactos bilaterales.
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