?Qu¨¦ clase de dem¨®cratas son ¨¦stos?
Mija¨ªl Gorbachov, "como persona al servicio de los principios de la democracia y del Gobierno constitucional" y en su papel de presidente de la URRS, se declara dispuesto a respetar lo que decidan las republicas. "Pero quiero que el proceso sea gradual, paso a paso, que no propicie la desintegraci¨®n y el caos. Esto no quiere decir que haya cambiado mi postura. He pensado mucho en todo esto y he analizado mi propia situaci¨®n de forma bastante cr¨ªtica. Puede que se me haya pasado algo por alto. Soy capaz de autoanalizarme. Pero hasta ahora no he o¨ªdo ning¨²n argumento que me haga querer cambiar mi postura". "Es crucial que no perdamos el control de la situaci¨®n", a?ade. "Las fuerzas armadas deben tener la seguridad de que se velar¨¢ por ellas, de que constituyen una importante instituci¨®n del Estado y de que no van a ser objeto de ninguna manipulaci¨®n pol¨ªtica.P. ?Sigue creyendo que es posible salvar a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, como tal?
R. Me gustar¨ªa que eso fuera posible, pero tengo mis dudas. No creo que una comunidad de naciones sea m¨¢s prometedora que el propuesto tratado de la uni¨®n.
P. ?Puede garantizar que durante este periodo de transici¨®n mantendr¨¢ usted el control sobre el bot¨®n nuclear?
R. Absolutamente, absolutamente. Todo va a seguir siendo como siempre. Cualquier especulaci¨®n alarmista, aqu¨ª o en el extranjero, respecto a qui¨¦n tiene su dedo sobre el bot¨®n, carece de fundamento.
P. Hemos o¨ªdo muchos t¨¦rminos: uni¨®n, confederaci¨®n, comunidad. Usted habla de una uni¨®n "blanda". ?Qu¨¦ quiere decir con eso?
R. Puede que haya notado que estos d¨ªas me dedico m¨¢s a plantearles preguntas a mis colegas que a ofrecer yo mismo respuestas. Es una s¨ªtuaci¨®n muy delicada. No quiero que parezca que les estoy imponiendo nada. Existe la impresi¨®n falsa de que Gorbachov est¨¢ intentando reactivar el antiguo centralismo y las antiguas estructuras. Pero en realidad esas cosas ya no existen. Ten¨ªa algunas preguntas que hacerle a Yeltsin cuando vino a verme el lunes. "No tengo muy claro qu¨¦ clase de comunidad est¨¢s intentando establecer", le dije. "Tanto desde un punto de vista pol¨ªtico como legal, no es m¨¢s que un concepto, un esbozo, que :se presta a todo tipo de dudas y cuestiones". Sin embargo, procur¨¦ dejarles claro a mis camaradas, desde el principio, que hab¨ªa algunos aspectos positivos en el acuerdo de Minsk. Si compara la parte econ¨®mica del tratado de la uni¨®n con ese acuerdo, se dar¨¢ cuenta de que son id¨¦nticos. Al mismo tiempo, pens¨¦ que tambi¨¦n deb¨ªa destacar los aspectos negativos. Esas tres rep¨²blicas no tienen derecho a declarar que la Uni¨®n Sovi¨¦tica no existe. ?Qu¨¦ clase de dem¨®cratas son ¨¦stos? ?C¨®mo pueden siquiera llamarse a s¨ª mismos dem¨®cratas? ?Qu¨¦ hay de nuestro compromiso de desarrollar un Estado gobernado por la ley? Les dije todo eso a ellos y les hizo espabilar un poco. Me dicen que, retrocediendo al 37, una troika [un tribunal desautorizado de tres hombres, frecuente durante las purgas del terror estalinista] pod¨ªa decidir el destino de una persona. ?Y ahora una troika est¨¢ decidiendo el destino de naciones enteras!
P. Los autores del acuerdo de Minsk han interpretado algunas declaraciones de Washington como apoyo a su postura.
R. Siempre he considerado que su pol¨ªtica era constructiva y de apoyo. Estiman que el proceso que est¨¢ teniendo lugar en este pa¨ªs es un asunto interno nuestro. Pero EE UU ha dado algunos pasos recientemente, en particular en v¨ªsperas del refer¨¦ndum en Ucrania, que, debo decir, no estuvieron bien pensados. Aqu¨ª, algunos lo vieron como un intento de estimular el separatismo en Ucrania. Se lo dije al presidente cuando hablamos por tel¨¦fono. James Baker se precipit¨® demasiado al decir: "La Uni¨®n Sovi¨¦tica ya no existe". Mientras nosotros todav¨ªa estamos intentando comprenderlo, ?parece que Estados Unidos lo sabe todo! No creo que eso sea leal, en particular frente a aquellos de nosotros que estamos a favor de una relaci¨®n entre socios y de una cooperaci¨®n con todas las de la ley.
P. ?C¨®mo es realmente su relaci¨®n con Yeltsin?
R. Nos hemos separado respecto a los conceptos b¨¢sicos. Yo estoy a favor de mantener la uni¨®n como un pa¨ªs. Estoy en contra de lo que he descrito como partir en trozos el pastel y servirlo con el t¨¦. [Gorbachov hace unos garabatos en una hoja; le sale el dibujo de un pastel con l¨ªneas en zigzag que lo. atraviesan]. ?Qui¨¦n tiene derecho a partir este pa¨ªs en trozos? Si el proceso conduce al establecimiento de una comunidad, lo aceptar¨¦ como una realidad. Incluso aunque no comparto sus ideas en cuanto a lo que se requiere, espero que tengan ¨¦xito. Pero no quiero que esta cuesti¨®n se decida en la calle, y usar¨¦ mi autoridad para hacer que el proceso siga adelante con normalidad y de manera constitucional. Todav¨ªa estoy firmemente convencido de que estamos cometiendo un error. Preferir¨ªa que me demostraran que me equivoco de plano. Pero quiero seguir en la brecha. Si el proceso se nos va de las manos, entonces habr¨¦ enterrado todo aquello a lo que he dedicado los mejores a?os de mi vida.
P. La pasada noche [hace una semana] era obvio que estaba usted furioso con Yeltsin.
R. Mire c¨®mo se comport¨® Yeltsin. Llevamos juntos todo el proceso del tratado de la Uni¨®n, lo enviamos a las rep¨²blicas y de repente Yeltsin, en Brest, sale con un planteamiento diferente. No puedo aceptar esto. Ni siquiera me llam¨®. Me encontr¨¦ con que hab¨ªa hablado con Bush y conmigo no. No hab¨ªa necesidad de meter a Bush en esto. Es una cuesti¨®n de la ¨¦tica pol¨ªtica de Yeltsin. No puede aprobar ni justificar este tipo de conducta.
P. ?De qu¨¦ manera puede ayudar Occidente al proceso de reformas?
R. Necesitamos su ayuda ya. Inmediatamente. Si persisten las dudas, todos tendremos que pagar un precio mayor. Deber¨ªais promover la reforma en la Comunidad y, ante todo, en Rusia. Se necesita ayuda urgente en forma de divisas fuertes para suministrar bienes de consumo al mercado y acelerar el paso al un rublo convertible. Quieren avanzar m¨¢s deprisa, pero no pueden hacerlo sin un fondo estable de varios miles de millones de d¨®lares. Si se ha prestado ayuda a Polonia y a Hungr¨ªa, sin duda Rusia tambi¨¦n se la merece.
P. ?Existe el peligro de un nuevo golpe?
R. Es responsabilidad nuestra velar para que eso no ocurra. Creo que un golpe militar est¨¢ fuera de lugar. Ni Yeltsin, ni yo, ni ninguno de los dem¨®cratas recurrir¨ªamos a eso. Simplemente, no es aceptable. Pero puede que tenga que haber firmeza y un duro fortalecimiento de la ley y la disciplina. Es necesario un fortalecimiento del poder ejecutivo, no una dictadura, durante este periodo de transici¨®n. Los conservadores y los reaccionarios, despu¨¦s de su fracaso, est¨¢n cobrando fuerza y esperando sacar provecho de las dificultades del pa¨ªs. Hay un gran descontento, que p uede ser canalizado en cierta direcci¨®n. Pero no ser¨¢n capaces de conseguir que el Ej¨¦rcito se alce en un golpe. Si algo hemos logrado tanto dentro de este pa¨ªs como en el mundo entero, ha sido s¨®lo cuando hemos usado medios pol¨ªticos. Esto no quiere decir que se excluyan medidas de emergencia en situaciones de emergencia, en particular cuando existe un amenaza para la seguridad del pa¨ªs.
?De d¨®nde puede venir la mayor amenaza? Si la situaci¨®n del mercado se deteriora todav¨ªa m¨¢s, si se cierran las f¨¢bricas, esto llevar¨¢ a un mayor declive y obligar¨¢ a la gente a salir a la calle con exigencias pol¨ªticas. Sin embargo, cada vez que la gente se echa a la calle, surgen inmediatamente todo tipo de manipuladores pol¨ªticos y aventureros que sacan partido de la situaci¨®n para sus propios fines.
P. ?Qu¨¦ hay del KGB?
R. Yo no me preocupar¨ªa por ellos. El servicio de espionaje se ha dividido [en ramas internas y externas] de manera que pueda operar como una agencia normal en un Estado civilizado.
P. Hoy hemos venido aqu¨ª pensando que ¨¦sta ser¨ªa la ¨²ltima entrevista con Gorbachov como presidente, pero, por la manera como usted habla, no parece que vaya a ser as¨ª.
R. Por lo que respecta a mi trabajo, la finalidad principal de mi vida ya se ha realizado. Me siento en paz conmigo mismo. Las experiencias que he vivido me hacen sentirme absolutamente libre. Al mismo tiempo, creo que el capital que he acumulado deber¨ªa utilizarse ¨ªntegramente para la libertad de mi pa¨ªs y para las relaciones internacionales. Me siento lo bastante fuerte como para seguir adelante.
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