Libertad total para los emigrantes espa?oles y portugueses

El 1 de enero de 1992 significa la igualdad de oportunidades laborales en la CE. Los trabajadores espa?oles y portugueses podr¨¢n emigrar sin traba alguna a los restantes pa¨ªses de la Comunidad, salvo a Luxemburgo que cuenta con un a?o m¨¢s de plazo para mantener las restricciones. La reforma del Tratado de Adhesi¨®n de Espa?a y Portugal fue acordada por los ministros de Trabajo de los Doce el pasado 25 de junio y representa un a?o de adelanto (tres en el caso de Luxemburgo) sobre las condiciones pactadas. Portugueses y espa?oles. podr¨¢n demandar empleo libremente en otro Estado comunitario, sin tener que someterse a la criba de la, autorizaci¨®n administrativa para lograr el permiso de trabajo y de residencia.La reducci¨®n de los per¨ªodos transitorios negociados a la hora del ingreso se produjo a iniciativa de Portugal que protest¨® contra el agravio de mantener una discriminaci¨®n cuando a los alemanes del Este se les hab¨ªa aceptado sin ning¨²n tipo de cortapisas. El Gobierno espa?ol no pudo negarse por una raz¨®n de principio auna mejora de las condiciones de adhesi¨®n, pero era reacio a la medida por el temor a una anticipaci¨®n masiva de las entradas de. portugueses en nuestro pa¨ªs.

El ministro de Trabajo, Luis Mart¨ªnez Noval, present¨® una declaraci¨®n escrita en la que se deja constancia d¨¦ que "la emigraci¨®n espa?ola hacia los dem¨¢s pa¨ªses comunitarios registra un volumen pr¨¢cticamente inapreciable desde la adhesi¨®n, en tanto que ha aumentado sensiblemente la presi¨®n migratoria de trabajadores de la Comunidad hacia Espa?a". "Al negociar el ingreso pedimos una solidaridad que no recibimos y en este momento Espa?a, por coherencia con su compromiso en la perspectiva de la uni¨®n europea, ofrece esa solidaridad a algunos pa¨ªses", manifest¨® el ministro. Desde 1986, nuestro Pa¨ªs ha cambiado su condici¨®n de exportador de mano de obra por la de receptor de extranjeros.

El saldo neto de inmigraci¨®n es todav¨ªa preocupante para el mercado de trabajo, seg¨²n Mart¨ªnez Noval. Las cifras de 1990 reflejan 40.547 permisos de trabajo a extranjeros como total acumulado, de los que 35.070 corresponden a ciudadanos comunitarios. Los brit¨¢nicos (8.716) y los portugueses (7.790) est¨¢n a la cabeza. Estos datos recogen s¨®lo contratos a asalariados y no incluyen familiares ni la inmigraci¨®n irregular o clandestina. Espa?a tiene 800.000 trabajadores en otros pa¨ªses de la CE, m¨¢s los emigrantes temporales.

El Tratado de Adhesi¨®n de Espa?a y Portugal a la CE fijaba el fin de las trabas para la emigraci¨®n. en el 1 de enero de 1993 y tres a?os m¨¢s tarde en el caso de Luxemburgo. La excepci¨®n luxemburguesa se justificaba en que este pa¨ªs cuenta con un 40% de poblaci¨®n asalariada extranjera (30% de la poblaci¨®n total, incluidos los trabajadores y sus familias).

La Comisi¨®n Europea apoy¨® adelantar la libre circulaci¨®n a Portugal y Espa?a porque la amenaza de flujos migratorios, esgrimida a la hora de negociar el ingreso, no se ha producido. No han crecido las demandas de permisos de trabajo de portugueses y espa?oles ni, tampoco, las denegaciones por parte de los Gobiernos.