La carrera m¨¢s cara

"Aluche, junto al metro. Alquilo a se?oritas". Cuando el propietario de ese piso, que se anunciaba en la p¨¢gina 34 del diario Segundamano el pasado mi¨¦rcoles, explicaba las razones de su exigencia, lo hac¨ªa as¨ª: "Los hombres somos muy guarros. Las mujeres, aunque no limpian gran cosa, al menos no contaminan". Varios redactores, que no se identificaron como tales, intentaron durante dos d¨ªas sumarse a la carrera que supone encontrar un piso de alquiler y que s¨®lo unas 500 personas consiguen cada mes.

"Solteros con n¨®minas, 75.000 pesetas. Abst¨¦nganse agencias y matrimonios". Era otro piso en Aluche y al tel¨¦fono contest¨® una se?ora.-Por favor, le pago 90.000 pesetas, pero preferir¨ªa que viniera mi mujer a vivir.

-De eso nada. Gu¨¢rdese su dinero, que falta le har¨¢.

Otra se?ora, con piso en el barrio de Estrecho, tampoco quer¨ªa matrimonios, y lo explicaba mejor: "Si despu¨¦s de meterlos les falla el trabajo, como nos pas¨® una vez, da mucho cargo de conciencia ponerlos en la calle".

El propietario de un piso, funcionario de profesi¨®n, pregunt¨® a su posible inquilino cu¨¢nto ganaba. "Quiero asegurarme que la gente no entra asfixiada", dec¨ªa, "porque t¨² puedes estar ignorante un mes o dos, pero despu¨¦s te enteras de c¨®mo est¨¢ el mercado y te vas".

Esta vez el anuncio indica: "Zona Vaguada, Piso amueblado, dos dormitorios". Una chica joven contesta al tel¨¦fono, informa Elsa Fern¨¢ndez Santos. "?Es tuya la casa?". "No", contesta. "?De tus padre?" "No. Yo trabajo para una gestor¨ªa. No es exactamente una agencia, pero tambi¨¦n nos encargamos de cosas como ¨¦sta.

Nada de agencias

La palabra tab¨² parece ser "agencia". Nadie quiere actuar bajo esa denominaci¨®n, aunque cobre igual por el mismo servicio. La chica, Paloma, ense?a la casa y mientras tanto deja muy claras las condiciones: "Tienes que pagar, adem¨¢s de las 90.000 de un mes, dos meses de fianza y 90.000 de honorarios".

-?Qu¨¦ honorarios?

-Los nuestros. Pero este piso es un chollo, alquilamos otro por aqu¨ª cerca que cuesta lo mismo y es mucho peor.

Otra caracter¨ªstica com¨²n en la b¨²squeda: suele haber uno bastante peor al lado, que en teor¨ªa cuesta lo mismo.

La carrera puede empezar a las siete de la ma?ana -seis y media en algunos casos-, que es cuando el Segundamano aparece en los quioscos todos los lunes, mi¨¦rcoles y viernes de la semana. Y suele terminar a las nueve de la noche, que es cuando o bien el portero o bien el propietario deciden que ya est¨¢ bien de ense?ar la vivienda.

El due?o de un piso de la calle Abtao, cerca de la avenida del Mediterr¨¢neo, cuando lleg¨® el redactor, a las seis de la tarde, hab¨ªa recibido ya 60 llamadas. M¨¢s de quince Personas fueron a ver el. piso tambi¨¦n entre las cinco y las siete de la tarde.

El propietario estaba dispuesto a cederle el piso al primero que se entendiera con su abogado (fotocopia de n¨®minas, avales, etc¨¦tera) y le pagara dos meses de fianza. El piso lo estaba remodelando en esos momentos (un carpintero colocando muebles en la cocina), pero el due?o dec¨ªa que en dos d¨ªas pod¨ªa vivir all¨ª. cualquiera.

Seg¨²n informan varias agencias de alquileres, s¨®lo unas 500 personas de todos los que pueden participar en la carrera hacia el piso consiguen cada mes una vivienda alquilada.